Desde
la expulsión de los fanáticos talibanes, Afganistán, el
conflictivo país islámico ha estado bajo ocupación militar y
ahora agoniza en la miseria, dice un informe de expertos de
Naciones Unidas
El informe de UNDP incluso advierte que, a
este paso, el país podría caer otra vez en la telaraña de la
organización terrorista Al Qaeda y de los talibanes.
El informe de casi 300 paginas, destaca los
aspectos positivos desde que el régimen talibán fue
desplazado por una invasión militar norteamericana por dar
protección al líder del terrorismo islámico, el árabe
saudita Osama Bin Laden, quien sigue siendo buscado por
militares norteamericanos en Afganistán y el vecino
Pakistán.
En lo positivo, se destaca el boom de la
economía afgana. Creciendo en un 25 por ciento anual. Unos 4
millones de niños están yendo ahora a la escuela y más de
tres millones de afganos que se habían visto forzados a huir
a países vecinos, están regresando, para enrolarse a la
agricultura.
La economía se fortaleció con la avalancha
de donaciones y ayuda desde el exterior y la exportación
clandestina de enormes cantidades de la cosecha de amapola,
la planta básica para producir opio y heroína. Esta curiosa
economía está controlada por lideres tribales, conocidos
como “señores de la guerra” (war lords). Que mantienen
control de gran parte de este montañoso país y retienen o
controlan la mayoría de los recursos económicos.
Entretanto, ciertas áreas, como seguridad,
alimentación básica, salud y educación están totalmente
descuidadas y el informe de UNDP las señala como el más bajo
estandard en el mundo.
EL PROPIO Presidente Hamid Karzai, citado
en el informe dijo: "una paz sostenible en Afganistán no
está garantizada, pese a los éxitos iniciales en la
reconstrucción del estado, el desarrollo es necesario,
porque lo que la comunidad internacional tendría que pagar
para protegerse de Afganistán sería mucho mas alto de lo que
ahora se necesita para desarrollar el país".
Mientras el desarrollo social sigue
estancado, abriendo espacios a la nueva irrupción del
Talibán y Al Qaeda, fuerzas especiales de EE.UU. y
pintorescas bandas de diversas naciones, disfrazadas de
soldados de fortuna que esperan cobrar la recompensa -mas de
40 millones - ofrecida por el presidente Bush corren como
perros de presa de un lado para otro de un Afganistán
anárquico, inescrutable y empobrecido buscando la presa.
Pero Osama no aparece. Ridícula situación de
la globalidad. |