Inicio | Editor | Contáctenos 
 

 Webarticulistas

Manuel Malaver

 

Eli Bravo

 

Luis  DE LION

 

Roberto Palmitesta

 

Lucy Gómez

 

Alexis Márquez Rodríguez

 

Ted Córdova-Claure

 

Antonio Sánchez García

 

Aníbal Romero

 

Charles Cholaleesa

 

Agustín Blanco Muñoz

 

 

 

 

La división que Chávez necesita
por Alberto Franceschi  
domingo, 21 mayo 2006

 

La división entre quienes nos oponemos al régimen, entregaría el país, por toda una etapa de años, a quien ya nos impone un modelo totalitario de gobierno. Unos quieren votar y otros resolvieron,  desde un año antes, no votar. Entre los que votan, se dividen entre 15 opciones, de las cuales unas dos o tres representan verdaderas corrientes de opinión.

 

No puede negarse que algunas son importantes y otras realmente patéticas. Entre los abstencionistas, los hay desde quienes resolvieron apagar la luz e irse y los que estarían dispuestos a incendiar la sede del CNE y de paso Miraflores, de donde proviene el miserable poder que detentan los títeres para liquidar el derecho al sufragio.

 

Ya me dirá algún anónimo que quiere seguir siéndolo…  “gran vaina franceschi, descubriste el agua tibia”.

 

Estoy obligado sin embargo ha realizar primero el inventario de nuestras desgracias, para buscar ENTRE TODOS  un camino que nos una y nos permita movilizarnos para pararle el trote al déspota y derrotarlo.

 

Si aquí se imponen unas elecciones limpias contaríamos que SOMOS DOS TERCIOS  del país y él sólo tiene un tercio, así las encuestadoras digan misa. Sigue tibia el agua: aquí hay mucho miedo y un sector importante  se pasó al campo ni-ni, que encarna el sector que está más chorreado, aunque muy mezclado con las tropas de los simuladores del mas craso oportunismo, y sobre quienes gotea algo de la plata dulce del despilfarro sin límites de los forajidos gobernantes.

 

El excremento del diablo, sobre el que nos alertaron por décadas grandes venezolanos, como Pérez Alfonso y Uslar Pietri,  diagnosticando y pronosticando  el desastre de convertirnos, con la renta petrolera, en un país de mendigos y de corruptos, desarrolló su clímax clientelar con este mamotreto quinta-republicano edificado por la burguesía roja delincuencial.

 

Llegamos  al año electoral con los mas graves presagios sobre la imposibilidad, según los mas escépticos, de siquiera soñar con derrotar electoralmente a Chávez y aunque estemos convencidos de que todo es reversible en política, divaguemos sobre un cuadro de hipótesis que quizá nos ayuden a comprender mejor, entre todos, a cuales desafíos hacemos frente.

 

Las derrotas y el desconcierto en las filas opositoras, provocadas por  nosotros mismos, por complejas y duras razones que preferimos no evocar, han permitido que avance raudamente la estrategia  de imposición del proceso de confiscación de todo el ámbito privado, mientras nosotros, que lo padecemos bajo la bota autoritaria, parecemos no creer en la posibilidad y necesidad de contener y derrotar ese curso totalitario. Al propio tiempo resulta paradójico ver derrumbarse electoralmente en otros países a los candidatos que Chávez apoya y financia dolosamente.

 

Si para el 3  de diciembre en la guerra de los egos compiten 15 candidatos y el 60% de los venezolanos nos abstenemos, estaríamos ante el peor escenario posible frente al avance del plan totalitario de Chávez.

 

Si las elecciones se dieran hoy, o se mantuviera hasta diciembre la división que genera la enorme confusión que padece la mayoría nacional, Chávez gana fácil y su plan totalitario avanza.

 

Si logramos un sólo candidato de la mayoría democrática y la  abstención se redujera a cifras muy moderadas, el 3 D, probablemente  Chávez pierde y es derrotado el plan castrista. Sin embargo quien represente esa victoria deberá estar dispuesto a todo para cobrarla. El gobierno dirá que ganó y tendremos que sacarlo como el 11 de abril de 2002 pero con un 12 siguiente que nos pertenezca y que defendamos todos.

 

Pero si el CNE mantiene el plan de trampa y todos impulsamos la abstención, Chávez sería electo con el 20-25% de los votos del padrón electoral. Los comparsas que encuentre lograrían otro 5%.  Chávez se queda, no es contenido el plan totalitario y el país sigue en sus manos. La confrontación seguiría viva pero difiere sus desenlaces. Nadie puede, con propiedad, argumentar sobre las condiciones en que estará el país para ese momento. Es cierto que la abstención también puede derrotar a Chávez por cuanto el país indignado puede rechazar el fraude y lanzarse a la calle. Esa abstención solo será un arma poderosa si es la calle el escenario del 3 de diciembre en la noche.

 

Si el CNE mantiene su voluntad y mecanismos de fraude, aunque estemos unidos y la abstención es baja, Chávez gana por fraude, pero el país explota contra el gobierno.

 

Pero si nuestra gran unidad se moviliza para imponer elecciones limpias y nuestra fuerza es como mínimo la que teníamos para el 15 de Agosto de 2004, derrotamos la trampa y Chávez pierde. Si insistieran en producir un fraude masivo el país explota y la confrontación se hace abierta y generalizada.

 

Si tenemos una dirección decidida a no dejarse hacer trampa, con el país decente [ 90 % ]  de parte de las elecciones limpias, Chávez pierde y si gana lo logra por poco margen, pero queda con las manos atadas.

 

La pregunta sigue siendo entonces ¿como obtener la mejor hipótesis? a saber: imposición al CNE de las medidas que garanticen elecciones limpias, derrota de la trampa, un solo candidato, abstención muy baja y una dirección dispuesta a cobrar su victoria, por TODOS los medios, solo tiene como respuesta la de concebir UNA NUEVA ESTRATEGIA  que nos permita, de mayo a fines de noviembre de 2006, obtener grandes posibilidades para esa hipótesis óptima.

 

Sobre esa NUEVA ESTRATEGIA deberán concentrarse todos los esfuerzos de quienes queremos contener y derrotar el régimen.

 

Estoy absolutamente convencido que esa estrategia verá la luz y nos permitirá recuperar el grueso de nuestras fuerzas. Nunca seamos tan torpes como para creer que alguien puede hacer mejor que nosotros el trabajo de salir de esta pesadilla de gobierno y reunificar el país para prosperar en paz y en democracia.

 

Nada más fácil que concebir soluciones milagrosas. Las únicas que he oído nos harían pagar precios tan o mas altos de los que nos costaría salir nosotros mismos de la calamidad que se engendró en las entrañas mismas de nuestras desidias y renuncias.

 

Ni nadando en petróleo y en dólares pudimos evitar llenar de parias nuestras ciudades. Sólo mentes muy perspicaces comprendieron hace décadas que los engendros sociales de la riqueza fácil para pocos y la rebatiña clientelar, terminaría por hundirnos en el excremento del diablo.

 

Sólo nos queda encontrar la manera de emerger unidos contra quienes lograron dividir a los venezolanos. Ajustemos cuentas con el gran divisor empezando por unir a quienes queremos derrotarlo.

 
 
 
© Copyright 2006 - WebArticulista.net - Todos los Derechos Reservados.