Estimado Benjamín Rausseo, ( Er Conde del
Guácharo ).
A los amigos y a los honestos se les dice
solo la verdad.
Como les consta a quienes me leen y a ti
mismo, fue público y notorio, hasta donde pueda ser notorio
un pronunciamiento mío, que apenas te lanzaste como
candidato, en el programa del Sr. Acosta en Globovisión, te
defendí como una buena opción para superar el nefasto
régimen de Chávez.
Defendí tu honor cuando demasiados
mezquinos, incluyendo a quienes considerabas amigos,
denostaron de ti y te suponían aviesas intenciones al lado
del gobierno. No te lo cobro, pero es útil recordarlo.
Atrajiste hostilidades viscerales cuando sin
cálculo alguno dejaste constancia, en fotos al lado del
General Baduel, que eras un venezolano que no fue arrastrado
al vendaval de odios que sacude este país desde 1998, por
responsabilidad de las huestes a las que Chávez empantanó en
el revanchismo social y político, en sus diatribas y sus
necedades.
Hasta te supuse cultor entonces de una
astucia legítima y no de complicidades, para dejar constar
que respecto a un jefe militar, corresponsable de un
desgobierno como este, en la tradición venezolana, no hay
sino tres opciones, o te le acercas, o lo desprecias con tu
indiferencia, o te le alzas apenas tengas la oportunidad.
Defendí que era valedero, aunque soy
partidario de alzarme apenas pueda, dada tu condición de
aspirante a la Presidencia, que te le acercaras si querías
que no te robaran los votos, que estarán la noche del 3 D en
las manos de su CUFAN.
Saludé tu mensaje de reconciliación nacional
y por sobre todo me alegró el gran impacto de tu
lanzamiento, sobre una oposición ultra dividida y errática y
en vísperas, además, de cometer un gran disparate con
aquellas Primarias, felizmente evitadas en ese momento, en
medio de la abulia general del país respecto a la campaña
electoral.
NADIE podrá regatearte el mérito, por las
razones que sean, que si fuiste un importante catalizador,
para lograr una primera gran unidad opositora, pero que se
dio en torno a Manuel Rosales, arraigado en el oficio de la
política, con no pocos éxitos.
Con una alta dosis de pragmatismo el país
se inclinó por él y creo que no se equivocó, al fin y al
cabo hacemos frente a un bicharraco de siete suelas, con más
mañas y trampas que todas las ya conocidas por los
resabiados del pasado.
Ya es un hecho que Rosales fue logrando, con
tesón, apoyos importantes y sobre todo fue capaz de resaltar
la mejor de sus cualidades, para concitar alrededor suyo un
gran consenso nacional y convertirse, en solo 3
meses, en un verdadero tsunami electoral.
Pudiste haber sido tu el protagonista, pero
los hechos dieron oportunidad fue a Rosales y no a ti.
Recuerda Benjamín, que esta carambola
presente de la historia tampoco dio oportunidad a otros muy
calificados venezolanos, para representar el vasto mundo
opositor. De manera que no hay ninguna indignidad en
admitir, como les tocó a muchos que han pasado por lo mismo,
que sencillamente no es tu momento.
Tienes derecho, por supuesto en tu fuero
interno o ante tu familia y amigos, a prodigar reproches,
hasta de gran calibre, al designar a los que estimes fueron
responsables del derrumbe de tus expectativas.
Hay quienes desde el primer día hasta te
insultaron con un ensañamiento del que no les creíamos
capaces para expresarse así ni contra seres deleznables,
menos aún contra ti que creías merecer de ellos por lo menos
respeto sino afectos sinceros…”mais, c'est
la vie mon cher”.
Si me tienes entre los que mas resueltamente
te apoyó, para luego dejar de hacerlo, espero también que
guardes la memoria de lo que hizo inviable una colaboración
estrecha.
En esos días, en los que se truncó tu
ascenso para mutar en colapso tus posibilidades de
convertirte en Presidente, al menos en esta situación
nacional, me sobrarían indicios para demostrarte, que
hasta públicamente responsabilicé a tu entorno de la asfixia
de tu candidatura.
Pero amigo Benjamín como entre gente que se
estima, hay que decirse verdades por amargas que sean,
quiero decirte que ese fue el entorno que escogiste y
mantuviste. Al final lo que hiciste o dejaste de hacer es
de tu exclusiva responsabilidad.
La mejor de tus ideas, desde el primer día
que te lanzaste, fue proclamar que si surgían evidencias
incuestionables sobre que otro candidato podía reunir mas
apoyo que tu, sencillamente renunciarías en su favor.
Bien amigo Benjamín ya eso esta
palpablemente demostrado para que tomes una decisión que se
hizo impostergable. ROSALES TIENE 5 VECES MAS APOYO que tu
y contrastando con el espíritu y letra de lo que declarabas
entonces, ahora desde tu comando solo se oyen expresiones
de una autoafirmación suicida.
Ha llegado la hora que tus amigos, los de
verdad te digan CUIDADO CON VAINAS CONDE. Quien divida a la
oposición, recibirá como mínimo maldiciones hasta para su
descendencia.
Te convertirías en un paria, si se te
ocurriera hacerle el juego a Chávez, renunciando a la unidad
de todos los que queremos, como tu, salir de la
pesadilla.
No se trata solo de los votos necesarios
para ganar, que ya los tiene Rosales, sino que está fuera de
toda lógica y dignidad, que te convirtieras en un comodín
del gobierno para sus fines siniestros, con la peregrina
idea, que ya oyes entre los de tu entorno, que si mantienes
tu candidatura debilitas también al gobierno.
Esa es una soberana estupidez y te la dirán
aquellos que aspiran a medrar de tu prestigio en mengua y
que solo merecerían tu atención, si la maldita vanidad ya te
hizo perder la chaveta, como a otros, lo cual me resisto a
creer.
En la única oportunidad que tuvimos de
hablar te dije: amigo Benjamín la mayoría de los candidatos
enloquecen y terminan creyéndose ungidos por dioses o el
destino o la providencia. De esa ley no escapan ni siquiera
los muy inteligentes.
Es que la maldición de la candidatitis es
una enfermedad mental, curiosa, pero ya demasiado conocida
en las esferas de los aspirantes del poder, como para que
los cuerdos no sepamos que hay que hasta gritarles cerca de
los oídos, que se bajen de ese trono de oropeles de
fantasía. Que no puede ser que una persona sensata termine
como uno de los posesos de ese paroxismo particular que
envuelve a los “tocados” por ese demonio de la exaltación
de la vanidad personal.
Benjamín, esperar mas allá de fines de este
mes de Octubre, como máximo, para apoyar a Manuel Rosales y
tener el tiempo de alegrarte de sus éxitos, que es el éxito
del país y el tuyo en destacadísimo lugar, contra la
barbarie, es abonar a la confusión que aun prima en un
sector, felizmente minoritario, de la oposición para salir
del abstencionismos o de dudas y dar el salto de garrocha
final para ganar y cobrar.
Tú fuiste Benjamín, quien acuño la
expresión “que si uno gana, uno sabe y se queda allí para
obligar a los otros a reconocerle el triunfo”.
Manuel dijo lo mismo con una feliz expresión
muy cortica y popular: VOY A GANAR Y VOY A COBRAR.
Alguna gente amiga dice que tú te retirarías
el 18 de Noviembre, quiero decirte públicamente que eso es
un disparate. Es como si no te retiraras. Eso es muy tarde
y NO HAY TIEMPO para que todo el país, que vio hacia ti no
solo se entere, sino que entienda las razones de tu retiro.
Necesitas el mes de Noviembre completo, para ayudar a
Rosales y al país a la gran unidad para salir de la tronera
en que nos metió el chavismo.
Cuando te atacan me indigna porque insultan
tu dignidad e inteligencia. Quienes te atribuyen querer
dividir la unidad del país contra el sabaneitor y te
reservan el destino infeliz como cómico de quinta en VTV,
me digo con absoluta convicción: NO LO CONOCEN.
Benjamín, los que además de conocerte te
estimamos, te decimos: NO OIGAS DISPARATES de resentidos,
ni des espacio en tu alma noble para rencores y
mezquindades, pero por sobre todo no oigas cantos de sirena
porque si algo se destaca en tu personalidad, por encima de
todo, es tu perspicacia para no vivir de fábulas.
“La política es sucia” dice la gente para
salir fácilmente de la dificultad de entender las
complejidades del poder y de quienes lo buscan, o defienden
su usufructo. En realidad la política puede ser impoluta y
virtuosa, no solo para quienes hemos demostrado que
despreciamos el poder, sino para aquellos que como tu
sintieron que podían serle útil a su pueblo, con una
candidatura presidencial.
Pero ahora solo puedes demostrar tus valores
de venezolano cabal con la renuncia a tiempo de tus
aspiraciones. Palabra de amigo. Recuerda que a la hora de
las chiquitas son muchos menos de los que siempre creíamos…
Un fuerte abrazo Benjamín y si quieres
hablar conmigo estoy a tu orden, sabes como conseguirme.
franceschi1947@gmail.com