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Conde amigo,
ahora el país necesita tu renuncia

por Alberto Franceschi  
viernes, 20 octubre 2006

 

Estimado Benjamín Rausseo, ( Er Conde del Guácharo ).

A los amigos y a los honestos  se les dice  solo la verdad.

Como les consta a quienes me leen y a ti mismo, fue público y notorio, hasta donde  pueda ser notorio un pronunciamiento mío, que  apenas te lanzaste como candidato, en el programa del Sr. Acosta en Globovisión, te defendí como una buena opción para superar el nefasto régimen de Chávez. 

Defendí tu honor cuando demasiados mezquinos, incluyendo a quienes considerabas amigos, denostaron de ti  y te suponían aviesas intenciones al lado del gobierno. No te lo cobro, pero es útil recordarlo. 

Atrajiste hostilidades viscerales cuando sin cálculo alguno dejaste constancia, en fotos al lado del General Baduel, que eras un venezolano que no fue arrastrado al vendaval de odios que sacude este país desde 1998, por responsabilidad de las huestes a las que Chávez empantanó en el revanchismo social y político, en sus diatribas y sus necedades. 

Hasta te supuse cultor entonces de una astucia legítima y no de complicidades, para dejar constar que respecto a  un jefe militar, corresponsable de un desgobierno como este, en la tradición venezolana, no hay sino tres opciones, o te le acercas, o lo desprecias con tu indiferencia, o te le alzas apenas tengas la oportunidad. 

Defendí que era valedero, aunque soy partidario de alzarme apenas pueda,  dada tu condición de aspirante a la Presidencia, que te le acercaras si querías que no te robaran los votos, que estarán la noche del 3 D en las manos de su CUFAN.   

Saludé tu mensaje de reconciliación nacional y por sobre todo me alegró el gran impacto de tu lanzamiento, sobre una oposición ultra dividida y errática y en vísperas, además,  de  cometer un gran disparate con aquellas Primarias, felizmente evitadas en ese momento, en medio de la abulia general del país respecto a la campaña electoral.  

NADIE podrá regatearte el mérito, por las razones que sean, que si fuiste un importante catalizador, para lograr una primera gran unidad opositora, pero que se dio en torno a Manuel Rosales, arraigado en el oficio de la política, con no pocos éxitos.

Con una  alta dosis de pragmatismo el país se inclinó por él y creo que no se equivocó, al fin y al cabo hacemos frente a un bicharraco de siete suelas, con más mañas y trampas que todas  las ya conocidas por los resabiados del pasado. 

Ya es un hecho que Rosales fue logrando, con tesón, apoyos importantes y sobre todo fue capaz de resaltar la mejor  de sus cualidades, para concitar alrededor suyo un gran consenso nacional  y convertirse, en solo 3 meses, en un verdadero  tsunami electoral. 

Pudiste haber sido tu el protagonista, pero los hechos dieron oportunidad fue  a Rosales y no a ti.

Recuerda Benjamín,  que esta carambola presente de la historia tampoco dio oportunidad a otros muy calificados venezolanos, para representar el vasto mundo opositor. De manera que no hay ninguna indignidad en admitir, como les tocó a muchos que han pasado por lo mismo, que sencillamente  no es tu  momento.

Tienes derecho, por supuesto en tu fuero interno o ante tu familia y amigos, a prodigar reproches,  hasta de gran calibre, al designar a los que estimes fueron responsables del derrumbe de tus expectativas.

Hay quienes desde el primer día hasta  te insultaron con un  ensañamiento  del que no les creíamos capaces para expresarse así ni contra seres deleznables, menos aún contra ti que creías merecer de ellos por lo menos respeto sino afectos sinceros…”mais, c'est la vie mon cher”.  Si me tienes entre los que mas resueltamente te apoyó, para  luego dejar de hacerlo, espero también que guardes la memoria de lo que hizo inviable una colaboración estrecha.

En esos días, en los que se truncó tu ascenso para mutar en colapso tus posibilidades de convertirte en Presidente, al menos en esta situación nacional, me sobrarían indicios para  demostrarte,  que hasta públicamente responsabilicé a tu entorno de la asfixia de tu candidatura.

Pero amigo Benjamín como entre gente que se estima, hay que decirse verdades por amargas que sean, quiero decirte que ese fue el entorno que escogiste y mantuviste. Al final  lo que hiciste o dejaste de hacer es de tu exclusiva responsabilidad.

La mejor de tus ideas, desde el primer día que te lanzaste, fue proclamar que si surgían evidencias incuestionables sobre que otro candidato podía reunir mas apoyo que tu, sencillamente  renunciarías en su favor.

Bien amigo Benjamín ya eso esta palpablemente demostrado para que tomes una decisión que se hizo impostergable. ROSALES TIENE  5 VECES MAS APOYO que tu y contrastando con el espíritu y letra de lo que declarabas entonces, ahora desde tu comando solo se oyen  expresiones de  una autoafirmación suicida.

Ha llegado la hora que tus  amigos,  los de verdad te digan CUIDADO CON VAINAS CONDE. Quien divida  a la oposición, recibirá como mínimo maldiciones hasta para su descendencia.

Te convertirías en un paria, si se te ocurriera hacerle el juego a Chávez, renunciando a la unidad de todos los que queremos, como tu,   salir  de la pesadilla.

No se trata solo de los votos necesarios para ganar, que ya los tiene Rosales, sino que está fuera de toda lógica y dignidad, que te convirtieras  en un comodín del gobierno para sus fines siniestros, con la peregrina idea, que ya oyes entre los de tu entorno, que si mantienes tu candidatura debilitas también al gobierno.

Esa es una soberana estupidez y te la dirán aquellos que aspiran a medrar de tu prestigio en mengua y que solo merecerían tu atención, si la maldita vanidad ya te hizo perder la chaveta, como a otros, lo cual me resisto a creer.

En la única oportunidad que tuvimos de  hablar te dije: amigo Benjamín la mayoría de los candidatos enloquecen y terminan creyéndose ungidos por dioses o el destino o la providencia. De esa ley no escapan ni siquiera los muy inteligentes.

Es que la maldición de la candidatitis es una enfermedad mental, curiosa,  pero ya demasiado conocida en las esferas de los aspirantes del poder, como para que los cuerdos no sepamos que hay que hasta gritarles cerca de los oídos, que se bajen de ese trono de oropeles de fantasía. Que no puede ser que una persona sensata termine como uno de los posesos de ese paroxismo particular que envuelve a los “tocados” por ese demonio de la exaltación  de la vanidad personal.

Benjamín, esperar mas allá de fines de este mes de Octubre, como máximo, para apoyar a Manuel Rosales y tener el tiempo de alegrarte de sus éxitos, que es el éxito del país y el tuyo en destacadísimo lugar, contra la barbarie, es abonar a la confusión que aun prima en un sector, felizmente minoritario, de la oposición para salir del abstencionismos  o de dudas y dar el salto de garrocha final para ganar y cobrar.

Tú fuiste Benjamín,  quien acuño la expresión “que si uno gana, uno sabe y se queda allí para obligar a los otros a reconocerle el triunfo”.

Manuel dijo lo mismo con una feliz expresión muy cortica y popular: VOY A GANAR Y VOY A COBRAR.

Alguna gente amiga  dice que tú te retirarías el 18 de Noviembre, quiero decirte públicamente que eso es un disparate. Es como si no te retiraras. Eso es  muy tarde y NO HAY TIEMPO para que todo el país, que vio hacia ti no solo se entere, sino que entienda las razones de tu retiro. Necesitas el mes de Noviembre completo, para ayudar a Rosales y al país a la gran unidad para salir de la tronera en que nos metió el chavismo.

Cuando te atacan me indigna porque insultan tu dignidad e inteligencia. Quienes te atribuyen querer dividir la unidad del país contra el sabaneitor y te reservan el destino infeliz como cómico  de quinta en VTV, me digo  con absoluta convicción: NO LO CONOCEN.

Benjamín, los que además de conocerte te estimamos,  te decimos: NO OIGAS DISPARATES de resentidos, ni des espacio en tu alma noble para rencores y mezquindades, pero por sobre todo no oigas cantos de sirena porque si algo se destaca en tu personalidad, por encima de todo, es tu perspicacia para no vivir  de fábulas.

 “La política  es sucia” dice la gente para salir fácilmente de la dificultad de entender las complejidades del poder y de quienes lo buscan, o defienden su usufructo. En realidad la política puede ser impoluta y virtuosa, no solo para quienes hemos demostrado que despreciamos el poder, sino para aquellos que como tu sintieron que podían serle útil a su pueblo, con una candidatura presidencial.

Pero ahora solo puedes demostrar tus valores de venezolano cabal con la renuncia a tiempo de tus aspiraciones. Palabra de amigo. Recuerda que a la hora de las chiquitas son muchos menos de los que siempre creíamos…

Un fuerte abrazo Benjamín  y si quieres hablar conmigo estoy a tu orden, sabes como conseguirme.

franceschi1947@gmail.com

 
 
 
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