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El
cimbronazo
que viene
por Alberto Franceschi
sábado, 1
julio
2006
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La
mayor paradoja de la Venezuela de hoy, es que en el peor
momento del gobierno de la revolución pirata, no surgen
todavía la fuerza y figuras que dirijan la reconstrucción
nacional, ante el viraje brusco que se dibuja en el
horizonte político inmediato. No nos atribulemos. Siempre
surgen, sólo que por definición sus caras no son las
exitosas de ayer y de hoy…
La crisis del país se reduce dramáticamente a la crisis de
la dirección alternativa que no termina de aparecer con la
fuerza necesaria para imponerse. Si esa dirección hubiera
aparecido ya habría señales y no es así.
El concurso lastimoso por una candidatura presidencial, que
transformaron en rochela de protagonismos de cuarta
categoría, nos ha dado la medida de la pobreza de quienes
aun se nos ofrecen desde los últimos retoños de la vieja
clase política, desplazada e incapacitada por antonomasia,
para pretender dirigir desde la primera línea el huracán
político-militar que se avecina.
El abanico candidatural tiene de todo menos lo necesario.
TODOS creen en la viabilidad de elecciones, sin que medie
una ruptura y derrumbe del aparataje del régimen convulsivo
que Chávez armó para eternizarse y no para rifarlo a fecha
cierta el 3 de diciembre del 2006.
Como la política no es para brujos, he sostenido que la
campaña electoral podía ser útil si es convertida en una
oportunidad para la unidad y la movilización, que de inicio
permitiera, por ejemplo, desconocer ese CNE de acólitos
tramposos del poder chavista espurio.
La amarga verdad es que con los liderazgos en presencia del
llamado polo opositor no llegamos ni a la esquina. No seré
yo quien descalifique las notorias personalidades
opositoras, sacando viejos y nuevos trapos sucios. He
despreciado siempre el adjetivo fácil en política que casi
nunca explica la complejidad de las conductas humanas.
Estoy convencido además que decir verdades crudas y duras,
sin reparar en conveniencias conlleva pagar el precio,
muchas veces, de la incomprensión o colocarse como
pararrayos de los críticos de las más diversas motivaciones.
Corriendo los riesgos, lo que no puedo ocultar es mi
convicción de que la gravísima falla común en todos de
quienes he oído o leído de aspiraciones candidaturales es
que NINGUNO dice que el atronao de Sabaneta, y este no es un
adjetivo, NO sale de Miraflores por votos, por la sencilla
razón que Chávez posa de demócrata pero gobierna con los
objetivos de su felonía golpista del 4 de febrero de 1992.
La otra verdad elemental, y que no aparece ni siquiera en un
vocablo de los candidatos, respetables unos, patéticos
otros, es que la fuente de sustentación de este gobierno no
es la voluntad popular, ni la legitimidad y legalidad
constitucional, perdidas rotundamente desde el 11 de abril
del 2002 y con el revocatorio robado del 15 de Agosto de
2004, sino la cúpula militar corrupta y la cadena de mandos
medios de compinches que montó García Carneiro, con el G2
cubano, desde el contragolpe del 13 de abril de 2002.
La cadena paralela con las que compiten el General Baduel y
el Almirante Maniglia al estar plagada de disminuidos frente
a los de línea dura cubana no hacen mas que entretener sin
destino la crisis de identidad que socavan a las FFAA al
intentar cambiarles su naturaleza y desplegarlas en ofensiva
para imponer la idiotez geopolítica del chavismo convertido
en agencia político-militar del castrismo senil, y a nivel
interno ejercitarlo como el destacamento armado de un poder
ideologizado, contra la mayoría nacional que repudia esa
cubanización del régimen político.
Esa impúdica parafernalia y que en contra de el imperio, en
unas FFAA asesoradas y entrenadas por décadas por los
yanquis, no es más que una ridícula postura de jalamecates
del mecenas de Miraflores, que depara cargos, ascensos,
privilegios y fortunas a quienes se presten a ese juego de
gastar enormes recursos públicos para sostener una insensata
carrera armamentista en la zona, por demás imposible de
sostener, si se compite con la relación mil a 0,1 con USA.
La crisis que madura al interior de las FFAA como un reflejo
INEVITABLE de la crisis del Estado, del régimen y del
gobierno, convulsionados por la parálisis, la corrupción, la
subversión interior, y el colonialismo cubano generados
desde la propia presidencia de la república, apuntan al
estallido de fuerzas centrifugas en los movimientos sociales
y políticos afectos al gobierno y del funcionariado,
incluido el militar.
Quien niegue que el chavismo entró en una crisis
irremediable, de todos contra todos, surgida por supuesto en
el reparto desigual de la torta, o no vive en este país o
desconoce que la ley natural de las sociedades socialmente
desiguales, y la nuestra es una de las peores del mundo,
impone su lógica de dentelladas, bajo normas civilizadas, en
democracia donde los colmillos son disfrazados y limados por
las leyes, o brutalmente, en los regimenes de espurios
despotismos de camarillas o aluvionales repartos sociales
desordenados y antojadizos, producto de alguna onda
gubernamental populista, fascista, socialista o militarista
de corta o larga duración.
Es un hecho innegable que este gobierno se lanzó, con un
éxito relativo, por un par de años, a una vorágine de
reparto desordenado del ahorro nacional. La mayor parte de
esos condumios se convirtió en fortunas para los nuevos
magnates chavistas y las migajas para el pueblo humilde en
piñatas, ropa nueva, carros, neveras, cocinas, motos,
aguardiente y sobre todo se fue por las pocetas.
Nadie en su sano juicio puede desconocer el hecho que muchos
pobres, desde años y años, agradecen ahora la demagogia de
unos reales que le llegaron sin el menor esfuerzo
retributivo durante un tiempo. Eso bien vale ponerse una
franela roja y hasta asistir a algunos actos proselitistas
que cobran esa adhesión clientelar. La idiotez de Chávez
está en creer que esos venezolanos educados en la mano
extendida, durante décadas, darán la vida por mantener este
gobierno mamarracho.
De nuestro lado la frivolidad de los fanáticos de la
participación electoral, con cualquier escenario ventajista
del gobierno, aún se empeñan en creer que puede ganársele a
esa poderosa maquinaria clientelar estatal, subsidiada por
miles de millones de dólares. Este despropósito es solo
comparable al de creer que sólo basta abstenerse para evitar
que el gobierno legalice su continuación, sobre todo dando
por descontado que el gobierno haría votar, bajo chantaje,
por lo menos al 50 % de los venezolanos, a los que les
agregaran tres o cuatro millones de virtuales en la trampa
electrónica de Smartmatic ya montada.
No hay razonamiento simple, ni propuestas simples para una
situación que nuestros antecedentes históricos y los
dirigentes de la oposición hicieron complejas, desde años
atrás, cuando entre aventuras y cobardías nos entregaron al
gobierno atados de pies y manos.
Es cierto que Chávez es un coloso derrotable, por que es
fraudulento, pero también lo es, que nuestras fuerzas fueron
diezmadas por los disparates de nuestros dirigentes, sin
olvidarnos de este último capitulo vergonzoso de candidatos
que quieren marchar en cualquier condición al patíbulo del 3
de diciembre.
Por supuesto que hay que abstenerse de convalidar el fraude
de las Jorguitas y Smarmatic. Pero también creo que los
abstencionistas intransigentes, deberían dejar tranquilos a
quienes quieren usar la campaña electoral para exigir que
tal fraude no se posibilite. Nada nos cuesta esperar tres
meses. Sólo transitoriamente podemos dejar de irritarnos por
la falsa polarización entre nosotros, entre abstencionistas
y electoralistas. Si se mantienen las condiciones
fraudulentas del CNE chavista, sólo participaran quienes
quieran ser acreedores del gobierno para cobrar alguna
factura futura en la cohabitación con este régimen
delincuente.
La verdadera discusión tendrá su oportunidad que no es
ahora, compitiendo con los goles y las trifulcas tempranas
del certamen de egos exacerbados, con su pléyade de
candidatos “dispuestos a sacrificarse por la patria”.
La discusión nacional es en octubre y noviembre, cuando
algunos de estos candidatos honorables y los piltrafas
pagados por el gobierno, pretendan llevarnos al matadero del
fraude con las marramuncias impuestas por el CNE chavista.
Será el gran momento de la abstención militante. O el
gobierno entra en crisis y se abre una brecha que posibilite
contra Chávez unas elecciones limpias—en política nunca se
descarta nada—o sencillamente aquí comeremos hallacas en
medio de una poderosa crisis política que inaugurará, en
medio de la deslegitimación del gobierno, una etapa de
graves incertidumbres.
Sin embargo, es muy difícil que abordemos el inicio de esa
crisis política sin haber saldado cuentas entre quienes
hemos adversado activamente al régimen. La crisis de la
oposición, que empezó hace rato, será aun mas profunda en
los próximos meses. Falta la fase, todavía, en que escupirán
en las calles a los ilusos que quieran ser comparsas del
fraude electoral, para satisfacer ambiciones anodinas de
figuración o proyectos inconfesables de cohabitación con el
régimen en su fase terminal más corrupta y antinacional.
Vean los rostros de quienes dirigieron y pretenden dirigir
la oposición con la apuesta electoral, a este gobierno,
véanles bien las caras porque la inmensa mayoría de entre
ellos serán sepultados en el olvido o en el desprecio
público.
El escepticismo de las grandes mayorías, contrarias a este
piltrafa de régimen autoritario, pero desconfiada al máximo
respecto a los lideres de nuestra oposición oficial, tiene
su origen indiscutible en que a este noble pueblo, que peleó
con las armas democráticas, incluso insurreccionándose el 11
de abril de 2002 y que fue burlado con el arrebatón del 12,
de los fantoches que se alzaron con el poder, para no hacer
un carajo, y para saltar al vacío y provocar la vuelta del
depuesto parlanchín.
A este noble pueblo se le llevó a una huelga general suicida
porque fue dirigida por cobardes, que escudándose en el
pacifismo natural de nuestra buena gente, convirtió aquella
interminable protesta en un juego floral en las autopistas
del este caraqueño.
Los famosos líderes militares de oposición resolvieron en
lugar de echar tiros, echar discursos en la Plaza Altamira,
descabezando el generalato y el coronelato y facilitándole,
con esa aventura, la purga a Chávez dentro de las FFAA.
Año y medio más tarde, después de habernos negociado el alma
a través del imbécil Carter y del apagafuegos Gaviria,
nuestra inefable dirigencia opositora no tuvo mejor idea que
dejarse robar el referéndum revocatorio, por andar
garantizando la pureza de las Smarmatic y del árbitro
cacharro que implementó ese fraude sin precedentes desde el
CNE, hasta con la aquiescencia de los “nuestros”.
Que conste que sólo digo pocas verdades, no medias verdades.
Mi interés no es el de prender el ventilador desde nuestro
lado con algún propósito avieso. Nótese que no nombro a
nadie. Me interesa, como a la inmensa mayoría de los
venezolanos, arreglar cuentas con las propuestas políticas
erróneas, no con las personas que son apenas instrumentos a
veces ciegos o involuntarios de las astucias con que la
historia va moldeando la vida de las naciones.
Puedo incluso admitir que muchas de esas conductas eran,
sino inevitables por lo menos convocadas al escenario por
precondicionamientos de toda nuestra historia y cultura. El
pacifismo, por ejemplo, idolatrado por nuestra pueblo y
fundamentalmente en las clases medias, siendo nuestra mejor
virtud, constituye un verdadero obstáculo para lidiar con
una bestia belicista como la que encarna este gobierno
lumpem.
He estimado conveniente empezar a decir cosas graves sobre
nosotros mismos porque se avecina un cambio drástico en la
situación política, donde todas las fórmulas de la oposición
tradicional, incluyendo las ilusas propuestas electorales
van a entrar en bancarrota.
El país ya se nos fue por la tronera del desorden, las
propias instituciones están estallando a manos de asaltantes
de caminos, que ejercen la autoridad por encima de la ley, y
lo dicen abiertamente, por si acaso alguien no se había
percatado que estamos ante un régimen de forajidos.
El ritmo de este despilfarro de la riqueza a manos de
depredadores e improvisados pirateando, a altísimos costos,
soluciones mediocres para problemas cada vez mas graves,
dejó muy atrás, con sus privaciones, desengaños y miseria a
quienes prestaron sus espaldas como escalera de los
rapiñadores y subversivos ahora convertidos en pequeños
déspotas de las oficinas publicas y de la muy desigual
repartidera de real a través de las misiones.
“Muy bien el diagnóstico pero cual es la medicina” me
increpó recientemente un lector.
La medicina amigo se llama ORDEN. Este país se fue al
demonio en manos de Chávez y su burguesía roja delincuencial
que sacia su irrefrenable apetito de poder para convertirlo
en mayores privilegios y riquezas.
No viene una victoria democrática que genere, con más
libertades reconquistadas, una gran armonía nacional. Eso
fuera lo ideal, pero lo inevitable ( y siempre fue así en
todos los tiempos, latitudes y situaciones) es que se
produzca un dramático cambio de signo político en la
conducción del Estado. La armonía volverá pero no puede ser
inmediata con los responsables de todo este desastre que
pretenderán mantenerse incluso desatando una infernal
escalada de violencia.
La libertad que queremos en la Venezuela de hoy no es la de
poder hablar mas sino la de lograr, con nuestras familias,
dormir tranquilos y sin que nos agobien las privaciones y la
inseguridad. La unidad del país y la paz interior, surgida
de los nuevos equilibrios y garantías para todos los
ciudadanos, que nos permitan la gran reconciliación
nacional, será el objetivo del cambio de signo en la
dirección del estado.
Ya vendrán los espacios y tiempos para restituir los
equilibrios de todas las instituciones, con la mayor
democracia formal y en particular la de elegir y ser
elegidos, sin menoscabo, por fraudes y ventajismos.
Viene un cimbronazo pendular hacia el ORDEN para restituir
la seguridad de los ciudadanos contra el hampa, la
protección de la propiedad, la familia, los derechos
económicos, la restitución de nuestras alianzas
internacionales.
Viene un parao en seco a la corrupción generalizada y un fin
abrupto a la impunidad en los delitos de latrocinio de
dineros públicos y devolución por confiscación de grandes
fortunas estafadas al fisco.
Viene un verdadero desarme de los barrios y la liquidación
de todos los grupos armados e ilegales.
Viene un acuerdo fundamental con el Estado Colombiano, para
liquidar, con todos los medios posibles, a ambos lados de la
frontera, a la narcoguerrilla y a los grupos irregulares,
ligados al secuestro y la extorsión.
Viene el desmantelamiento de todo el aparataje ideológico
cubano en la educación, FFAA, la salud, la policía, las
relaciones exteriores etc.
Viene una restitución rápida de las relaciones de respeto y
consideración con la Iglesia Católica y su jerarquía, de la
que son fieles la inmensa mayoría de los venezolanos.
Viene una restitución inmediata de un gran acuerdo con USA y
su DEA, para disminuir drásticamente el tráfico de droga por
Venezuela de los mayores volúmenes conocidos. Viene un
acuerdo de vigilancia aérea masiva en colaboración con los
americanos para cortar de cuajo ese infernal tráfico y
rescatar la confiabilidad del país en materia de lucha
antidroga y antiterrorismo.
Todas esas medidas traerán automáticamente la estabilidad y
prosperidad económica y la estabilidad de la moneda.
Entonces podrán usarse los gigantescos recursos ahora
despilfarrados y regalados a Cuba y otros gobiernos para
asistir a los venezolanos sin vivienda y sin trabajo y en la
pobreza.
No soy brujo para predeterminar la trama de los
acontecimientos que vienen luego que nos trajeran al borde
del abismo. Sólo se que antes de lanzarnos al precipicio
operarán las fuerzas de la conservación social para producir
el frenazo y la recomposición en seco del orden. De lo único
que estoy seguro es que la inmensa mayoría quiere ORDEN y
auspiciará o apoyará un cambio drástico del signo político
militar del Estado Venezolano. Antes o después de diciembre.
El mayor símbolo de que esto llegó a donde tenía que llegar,
lo constituye ese mitin del gran orate en el Poliedro, ante
unos diez mil adolescentes, a quienes prometió, para
defender a este gobierno, la próxima remesa de fusiles rusos
Kalashnikov. ¿Pudo haberse escuchado en décadas algo mas
irresponsable en boca de un jefe de estado, a no ser en la
de este embaucador, que propone derramar la sangre de
nuestros jóvenes y niños para defenderle su mierda de
gobierno o la dictadura decrepita de Castro en Cuba?.
Confieso que todavía el libertador de Sabaneta me sorprende,
porque es que los locos son así, te salen con una vaina que
ni siquiera creerías era posible oír.
Los adolescentes de su frente estudiantil Francisco de
Miranda,…pobre precursor… se levantaron como electrizados a
aplaudir… los camarógrafos se solazaban en recoger las
imágenes de los aplausos. A muchos les encantó la idea de
recibir un fusil de manos del presidente y así lo
exteriorizaban, pero también vi caritas de sorpresa, y en
otros una mueca de susto y una expresión de …¿porqué estaré
aquí, oyendo a este tipo que me quiere entregar un fusil, de
nombre impronunciable para ir a una guerra… si yo solo vine
para que a mi mama le sigan dando su beca de la Robinsón,
por hacé el curso pa´ hacé tortas...?
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