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Hay
Referéndum
o el País
Revienta
por Alberto Franceschi
viernes,
23 enero
2004
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Como
otras veces, empecemos por espantar fantasmas de la
discusión. Aquí lo urgente, necesario, impostergable, lo que
nos une a todos y lo mejor para el país, es que se imponga
la realización del Revocatorio presidencial. No hay tarea
más importante ni otro tema que suplante su preeminencia en
el debate, y todas las energías deben invertirse en hacerlo
viable frente a las marramuncias del gobierno y del árbitro
vendido, porque está comprado desde que lo empaquetó el
acuerdo soterrado entre quienes han hecho viable éste
régimen.
El atronao confía plenamente en el árbitro. Pero él no se
refiere ni siquiera al CNE; todo su montaje se basa en el
voto decisivo del maracucho que si se pone cómico no podrá
volver más al Zulia. Los otros dos chavistas están
amarrados, los dos de la oposición ya veremos. El alzaito,
que ya empezó a sacar las uñas, lo maneja el gobierno porque
viene en el mismo paquete del Tribunal Supremo.
Lengua e` vaca Rincón tiene que responderle, al Boves de
Sabaneta, sobre las decisiones con su pescuezo y los de todo
su combo. Y la banda del gobierno malandro ya resolvió que
no habrá Referéndum Revocatorio. ¿No será que el atronao si
sabe lo que los líderes opositores sólo suponen, cuando se
comprometieron a respetar lo que diga el ahora alebrestado
réferi ?
Oyendo al marabino arrechito lanzar admoniciones contra
quien vacile en reconocer su prosapia constitucional, de
como se considera así mismo lo más virtuoso del país,
amenazando a quien dude de su pontificia infalibilidad ¡VERGACIÓN
que rápido aprendió !, no podemos ocultar que nos embargan
sentimientos cruzados. Es para entrar en ataque de pánico,
si percibimos hasta que punto estamos ensartados, por
aceptarlo como el alfa y omega de todo este proceso, como lo
vienen pidiendo los medios de comunicación y los líderes
opositores.
De manera que si a éste pequeño zuliano, hasta ayer un
inocuo ciudadano, sin más méritos que los detentados por
otro millón de venezolanos, se le ocurre decidir contra los
tres y medio millones de firmantes -que exigimos el
Revocatorio presidencial-, y considera que el referéndum no
va, ¿debemos aceptar semejante despropósito por el sólo
hecho que Chávez lo impuso para montar su fraude
constitucional desde el Tribunal Supremo, manejado por
lengua `e vaca Rincón?.
Un importante dirigente opositor ha dicho taxativamente que:
“O AQUÍ HAY REFERENDUM O EL PAIS REVIENTA”. Mi duda no es
sobre que efectivamente puede ser así. Mis interrogantes
comienzan allí donde él concluye. ¿Y si revienta… como
revienta?...¿para qué lado revienta? … ¿quién se queda con
el país reventado ?... ¿que pedazo le toca a quién?
Aquí parece que muchos no han percibido que nos estamos
jugando, en estos meses, nuestra existencia como Estado
Nacional y como lo que se decida, nos marcará por el resto
del siglo. En ese sentido todo dramatismo en los pronósticos
es válido. Por esta razón creo que debemos negarnos a
aceptar que nuestro destino lo decida un títere de Chávez en
el Poder Electoral.
Si el verdadero dilema del país está entre reventar o no, me
imagino que sea obligatorio, para los venezolanos sensatos
que somos el 95%, plantearse como evitar reventar, aún si
Boves impide el Revocatorio con su árbitro comprado. Y es
allí donde la gran decisión vuelve a quienes han querido, y
se les ha otorgado, el privilegio de ser los guías de la
opinión nacional.
CAPITULAR O PELEAR como que es un dilema previo a todos los
demás.
¿Quién quiere ser parte del régimen chavista ?… si, está
bien dicho… ¿Quién quiere sufrir la agonía de tratar de
ganarle una gobernación o una alcaldía a un dictadorzuelo
que defecando en su propia constitución niega el Referéndum
Revocatorio pedido por millones?
Los verdaderos dilemas no son los del señor Carrasquero,
porque su decisión a su vez se subordina al hecho físico,
absolutamente evidente, que es Chávez quien le soplará al
oído la decisión anulando el revocatorio. Yo dejé de creer
en los Reyes Magos, mi Santa Claus pueblerino de antes. La
silueta inconfundible de mi padre en la oscuridad, con una
linterna alumbrando los zapaticos de la muchachera, aclaró
ese confuso enigma de mi infancia. No creo entonces, e
invito a no tragarse la rueda de molino, que nos ofrecen
como ostia quienes despachan el problema pretendiendo
hacernos creer que todo está en manos del CNE.
Yo conozco el cuento como sigue. Cuando el gordete diga sus
letanías, para sencillamente birlarnos ese colosal derecho
al RR a los venezolanos, la dirección opositora tendrá un
culpable que exhibir, un chivo expiatorio a quien exorcizar.
Acto seguido nos llamarán a las elecciones regionales, no
sin antes cambiar, dado lo duro de las protestas verbales, a
los más achicharrados del CNE. Y así continúa el vals.
Las elecciones de Agosto y el 2006 serán los nuevos Reyes
Magos. Los ciudadanos venezolanos acudimos a éste sainete
“institucional” interminable como una mujer casada con un
borracho que tras llegar rascao en la pea 115 promete que no
habrá 116, y cuando llega a la 251 promete que no habrá 252.
Los malandros envalentonados con la paciencia internacional
y con el ritornelo verbal del bochinche candidatural
opositor, ya saben de cual pata cojean los próceres del
institucionalismo.
¿ No sería más lógico que dijeran que ya se hizo necesario
un gran pacto de gobernabilidad con el chavismo y dejar al
locario quieto hasta el 2006 ?. La Junta directiva de
Banesco dice a sus íntimos, que el mejor escenario es ese,
para ganar real por gandolas en lugar de camiones. La
política sería así, por fin, entendida por los ciudadanos de
a pie. El precio de eso ya lo sabemos. Venezuela se
convertiría en un gran Haití, federado con la Cuba de los
senectos hermanos Castro y costeando nosotros la totalidad
del presupuesto de esa isla.
Si quedó alguna duda de lo que quería dejar claro, resumo: o
se pacta con Chávez o se expulsa a Chávez.
Se está dentro de su régimen o se destruye su régimen.
Aceptan el nuevo reglamento en la Asamblea Nacional, que los
convierte en diputados a la cubana, o salen de ese chiquero
que montó el chavismo en el Capitolio. Se acepta o se
repudia al menos calificado de los generales, ahora con tres
soles y con su chineco de condecoraciones ganadas en la
ofensiva del ocumo, del ñame, del pollo brasileño. Ese
sujeto, ahora como ministro de la vergüenza militar, amenaza
con despojar a los dignos oficiales opositores de su arma de
reglamento y ronca como si le hubiera declarado la guerra a
la OTAN.
Escojamos tolerar o no el presidentico del CNE que ya ensaya
sus bravatas contra opositores que le criticaron con una
gentileza de colibrí y ni así detuvieron su impertinente
verbo de dignidad chavista ofendida. Ese está practicando
para cuando pretenda decir con su cara muy lavada que las
firmas o las huellas son falsas porque quedaron borrosas.
Aquí no hay término medio posible. Todo el juego electoral
lleva a un pacto con Boves así no sea escrito. Es un pacto
tácito de todos los que quieren sobrevivir con, o al lado
de, o como leal oposición a, este régimen de oprobio.
Quienes queremos expulsarlo decimos: participaremos en todos
los eventos electorales que se le ocurran a la oposición y
también al gobierno, pero sepamos que el gobierno del
atronao sale por expulsión, por tumbe, por la calle alzada,
por rebelión militar, cívico militar, a pedradas, con
candela, por obstinación colectiva o como quieran llamarla.
Ya es hora, por ejemplo, de colocar como principal consigna
de toda la oposición, decidida a sacar a Boves, que las
Fuerzas Armadas deben garantizar la realización del
Referéndum Revocatorio. Aunque suene no cónsona con la
sensiblera piel civilista, me parece que ellas son el único
árbitro real de este país. De ese verdadero arbitraje
armado, disciplinado, dependeremos y nos mantendrá como
nación y estado viable.
Sólo esas Fuerzas Armadas, de las que Chávez ha abusado
hasta el escarnio contra el país, para imponer su barbarie
castrista, versión de capitalismo haitiano o nicaragüense en
la década sandinista, sólo ellas, pueden detener en seco los
desafueros en curso en la Asamblea Nacional, en el propio
ámbito militar y el más prominente e inmediato de todos los
abusos políticos del régimen: la probable burla siniestra al
Revocatorio presidencial.
Cada día que pasa este locario nos dejará peor a todos,
particularmente a las FFAA que pueden ser derrotadas en
horas por un adversario externo. Menos mal que esa hipótesis
está descartada por ahora. La gente y sus gremios hicieron
lo que podían llenando las calles por millones. Hasta
intentaron tomar el cielo por asalto, pero los dirigentes
nunca estuvieron ni siquiera a la altura de los tobillos de
quienes marcharon una y otra vez. Sólo las FFAA democráticas
pueden desalojar del poder a las pandillas delincuenciales
que impunemente sostienen por chantaje a éste gobierno. Es
la única manera de evitar que el país y el estado revienten
para el lado que no es.
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