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No
Hay Salida
sin las
Fuerzas
Armadas
por Alberto Franceschi
martes, 23
septiembre
2003
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Los
dilemas que se presentan a la sociedad venezolana en estos
meses suelen aparecer en las naciones cada 50 ó 100 años.
Depende como los resolvamos tendremos o no derecho a
contarnos entre los países con grandes chances de salir de
los graves desequilibrios sociales heredados y ya
exponenciados en los últimos cinco años por el régimen del
marginalato chavista.
A Chile se le presentó una situación en el fondo análoga, y
la resolvieron sacándonos 10 años de ventajas competitivas y
de solidez institucional, aunque logremos salir del bicho
ahora. Argentina padeció sus propios males extremistas y al
resolverlos mal, corre pareja con nosotros dando tumbos.
Brasil desde 1964 debió padecer, como Chile en 1973, graves
correctivos que le convirtieron en una potencia económica; y
cuando de nuevo, en la plena democracia restaurada, apareció
un líder socialista en su presente político, (Lula) se
encarnó en un gobierno democrático consustanciado con sus
intereses de potencia industrial, política y militar
regional y su régimen de libertades. Comparar a Chávez con
Lula es una soberana estupidez. Lula puede ser arrastrado a
difíciles opciones y sus ideas pueden desbarrancarlo, pero
ese es un político diestro que no necesita abandonar su
sindéresis para mantener su vocación solidaria de líder
popular.
Nuestra mala suerte entonces no tiene límites porque
nuestros males convocaron desde el cementerio de la
quincalla del caudillismo decimonónico y de lo peorcito del
marxismo, a un ignaro cuartelario cuyo único mérito será el
obligar a lo mejor de nuestras FFAA y sus dignos oficiales a
reinvindicarse históricamente y salvar el honor de los
uniformados ayudándonos a sacar la nación descuartizada del
atolladero histórico en que nos metió este otro uniformado.
Yo sé que es aceptada fácilmente la tesis sobre que no pocos
de nuestros problemas políticos provienen del indulto a
Chávez quien, luego de su aventura genocida y magnicida de
1992, fue tratado como héroe por grandes oportunistas desde
la cúpula de la clase política en bancarrota. Se cometió la
pendejera de violentar equilibrios políticos de gran
sensibilidad, llevando a la salida de Carlos Andrés Pérez
del poder para conveniencia de senectos caudillos, que
premiaban al magnicida con la vía libre al poder y
encarcelaban al ex-presidente demócrata.
Pero no será fácil verle el hueso a la verdad sobre estos
hechos, pendientes aún del juicio histórico. La valoración
de ellos seguirá en discusión quizá por décadas. Quienes
actuamos en política y tenemos el privilegio de no haber
sido parte beligerante de esos tiempos de graves dislates,
también tenemos el de equilibrar nuestros juicios.
La firmeza de rumbo del régimen democrático se fue al
demonio el día que sacaban al felón de la prisión y
arreciaba la colosal campaña mediática contra los partidos
so- pretexto de que habían corruptos, como si desde
Nabucodonosor, o Pericles, o Ramsés, escojan cualquiera, a
la fecha de hoy, la contaminación entre poder, privilegios y
dinero no fuese simbiótica y no entuviesen coludidos para
conspirar contra la transparencia de los actos de gobierno.
El transe final de ésta comedia de disparates, escenificados
por los protagonistas del derrumbe de la vieja clase
política, llevó a AD, el principal partido democrático del
país, a escoger para el proceso electoral del 98 al
candidato menos indicado, craso error, pero cometió otro
disparate aún mayor al quitarlo apenas 15 días antes de las
elecciones. La Democracia Cristiana que quería hacerse de
los muchos potenciales votos de la Señorita Sáez términó
arruinándole su popularidad y luego abandonándola, igual que
AD a Alfaro, con una desconsiderada conjura digna de las
peores causas. Salas Romer el ungido por todos para
“enfrentar el mal mayor”, resolvió innovar en la política
despreciando en público los votos de los partidos que tenían
el afecto de los adeptos a quienes quería cautivar. Nunca
entendió el Dr. Salas, y al parecer sigue sin entenderlo,
que él no puede obtener los votos populares de AD sino tiene
el afecto por AD. La estampida de los votos de AD y Copei
fueron a parar a donde le aconsejaron grandes poderes
fácticos.
Volví, como por el túnel del tiempo, a estas disquisiciones
teñidas de esas viejas discusiones y desenfoques, porque
estos polvos vienen de aquellos lodos. Siguen sin saldarse
unas cuentas pendientes entre los demócratas. Si se mantiene
la desconfianza hacia los partidos los grandes ganadores
serán los detentores actuales del poder político. Y la otra
gran lección es que no podemos mantener la desconfianza de
los civiles, y de los partidos democráticos en particular,
contra los militares. Sabemos que las suspicacias son de
carácter histórico, porque la llevamos en los genes de la
República y en la herencia estatal del gomecismo, pero esto
nos enturbia la comprensión sobre la ruptura, ahora
necesaria, debido al agotamiento de los recursos
institucionales normales.
De mantenerse el contencioso sobre la necesidad de
participación activa de los militares en el reordenamiento
del Estado, en esta etapa de colapso histórico de todo el
orden anterior, nos mantendremos atornillados a las
trapisondas y usurpaciones del chavismo. En estricto sentido
apelar al reordenmamiento del poder por via de la irupción
militar, es el recurso institucional extremo para devolver
la paz y el orden a la República.
El 90 % de lo que dicen los civiles de los militares es
cierto y en igual proporción debe serlo lo que los militares
dicen de los civiles. Pero si los civiles no nos entendemos
con los militares, a los que Chávez resolvió colocar por
decreto de su lado y prestos, según él, a defender su
revolución de pacotilla, el atronao puede terminar
burlándose del referéndum, llevándonos a unas elecciones a
gobernadores y alcaldes fraudulentas el 2004, y a una espera
interminable para pretender sacarlo mediante la prédica de
la paciencia electorera y pacifista en unas elecciones del
2006 que serían aún más fraudulentas.
Entendámonos. No se trata de dividirnos entre traidores y
consecuentes, entre cobardes e intrépidos valientes. Esa
polémica es inevitable entre liderazgos rivales, pero no nos
resuelven los problemas de fondo. Si se le pide a la
Coordinadora Democrática o a los partidos políticos
fundamentales como Acción Democrática y a la miríada de ONG
que hacen profesión de fe pacifista, que contradigan su
credo y práctica de décadas, sencillamente no se entiende
donde estamos parados.
Los partidos democráticos están hechos y se perpetúan para
el terreno electoral, constitucional, institucional. Hay
límites que no pueden transgredir so riesgo de tener que
pasar décadas explicando su conducta asintótica con los usos
y costumbres de la democracia. !! Pero es que esto no es una
democracia ¡¡ podría gritarme cualquiera que está hasta la
coronilla de Chávez. El problema, sin embargo, es aún más
complicado que su apariencia. El gobierno de Chávez es
antidemocrático, pero no ha podido eliminar los fuertes
asideros, incluso institucionales, heredados del régimen
democrático anterior.
Analistas superficiales que pregonan aparentes dobleces de
los partidos tradicionales y supuestos acuerdos secretos con
el gobierno, no admiten que los partidos políticos no rompen
con el régimen porque no pueden o no quieren, ni deben
hacerlo, al estimar que si ellos se colocaran por fuera y
contra el andamiaje del régimen y de las instituciones del
Estado, que constituyen sus patas semi-democráticas, el
costo político, para toda la sociedad, sería altísimo.
Los más audaces les piden abandonar las tribunas
parlamentarias, ¿Por qué no también las gobernaciones,
alcaldías, consejalías, etc? ¡¡ CARAMBA !! Esa papaya ya la
quisiera el chavismo servida en bandeja de plata.
Lo que impide a los partidos marcharse de las instituciones
es sencillamente el sentido común, y menos mal que no les ha
dado por un tremendismo tan infantil como ese de dejarle
todo el espacio en el Estado al chavismo depredador.
Lo que impide a Chávez destruirnos es lo mismo que nos
permite resistirle desde hace cinco años. Los partidos y
quienes auspician salidas institucionales tienen razón desde
su punto de vista sobre que, en última instancia y a pesar
de las intenciones y tropelías de Chávez, la situación se
mantiene pendiendo de hilos y dentro de los asideros
democráticos que aún quedan en el aparato de estado. La
oposición la ejercen centripetamente. Es decir su fuerza
inercial ayuda a perpetuar el eje del poder chavista, aunque
no sea esa la intención.
El punto de encuentro entre el gobierno y la oposición
dentro del régimen se da en las gobernaciones, diputaciones
nacionales, regionales, alcaldías, consejalías, aparato
judicial, escolar, universidades, etc. Queramos o no
admitirlo, el régimen chavista se retroalimenta de las
migajas que reparte a la oposición institucional. Por eso es
tan sui-generis esta melcocha llamada la quinta República. Y
por eso es imposible que la iniciativa de derribarlo venga
de quienes, a pesar de ellos, son también su sustento. La
comedia de enrredos del Carmonazo el 12-04-2002, que
expropió en horas la descomunal victoria del pueblo que hizo
estallar el régimen el 11 de Abril, viene precisamente de
esas dualidades no resueltas. La estupidez hizo el resto.
Los partidos no pueden organizar ni impulsar un
pronunciamiento militar contra Chávez. Eso no está en su
naturaleza que es más bien contraria a ese desideratum. Pero
la sociedad más allá de los partidos y de quienes pretendan
mantener sus espacios democrático-institucionales, si puede
apelar a una vanguardia cívico-militar esclarecida, perdonen
lo polémico del ejemplo, como la que encarnó Rómulo
Betancourt a lo que se plegó AD en Octubre de 1945.
Contradictoriamente los grandes beneficiarios de una
irrupción de las FFAA, en el mediano plazo, serían los
partidos políticos democráticos. Compartiendo ellos con las
FFAA en el poder de transición el país tendrá destino. Con
Chávez tienen su muerte o su clandestinidad segura.
El tema del Referéndum no tendrá jamás mejores defensores
que AD, los demás partidos, las ONG y la Coordinadora, no
sólo porque creen en él, sino también porque quedan cesantes
en su papel protagónico si no lo logran, y esto en los
lapsos perentorios que eviten el estallido político-militar,
ante el sabotaje gubernamental a ésta gran aspiración
democrática del 85 % del país.
Ojalá haya podido explicarme sobre lo inútil que es pedir a
los partidos y a la Coordinadora lo que no pueden dar,
sencillamente porque es contrario a su naturaleza pacifista,
institucional, democrática y electoral. Del sufragio vienen
todos y por medio del sufragio quieren salir del atolladero
que representa Chávez y en el que por él se metió al país.
Pero si comprendemos esta conducta de los partidos, para no
juzgar mal ni sus intenciones ni sus ejecutorias, ellos
deberán entender que sus soluciones pueden ser
hipotéticamente eficientes sólo en el mediano y largo plazo,
y el país quedará irreversiblemente dañado si el chavismo
sigue en el gobierno. Esto sería irremediablemente cierto
sobre todo luego de perder su asidero constitucional de
fachada saboteando el referéndum.
La burla y sabotaje al Referéndum sería la primera de una
cadena de atropellos en gran escala que le permitirían a la
casta depredadora chavista montar un nuevo régimen, con una
oposición apenas simbólica y disminuida hasta la inutilidad.
Ya en ese entonces los partidos descubrirían que pueden ser
convertidos en superfluos y lamentar que no se dieran
salidas extra-institucionales, las únicas eficientes, las
únicas realistas apenas sea saboteado, en cualquiera de sus
complicadas fases, el Referéndum Revocatorio, las únicas que
pueden devolverle a los partidos democráticos renovados, y
relegitimados en la lealtad popular, su papel protagónico en
la conducción del Estado.
Si entendemos como las fuerzas centrípetas se mantienen
desde la oposición político-partidista institucional,
ponderaremos lo dificil que resulta la ruptura dentro de las
FFAA, un cuerpo armado de obediencia jerárquica obligada,
sometido, por mandato constitucional a la discrecionalidad
del ejecutivo, del presidente en particular y manoseada
hasta la sordidez por estamentos corruptos conjurados con
Chávez.
Escribo éstas líneas usando las conquistas democráticas
heredadas, que Chávez no ha podido eliminar, para argumentar
que por estado de necesidad, las FFAA deben impedir el
sabotaje del chavismo al derecho constitucional al
Referéndum.
Si de ese estado de necesidad, del que se deriva un
pronunciamiento necesario, se desencadena un proceso que
genere un gobierno de transición, los partidos no deben
obstruir su constitución como Junta de Salvación Nacional a
la que deberían apoyar sin ambages. Si tuvieran un mayor
sentido estratégico en su lucha contra el macabro plan
chavista de copar todo el Estado para eternizar esta
demencial estupidez gobernante, estos mismos partidos, la
Coordinadora, las ONG deberían incluso emplazar a las FFAA a
compartir una audaz propuesta y solución de gobierno que
supere los estragos del poder chavista.
El 28 de Agosto de 2002 escribí un artículo sobre LA
COORDINADORA, perdonen que me cite: “ ¿ y esa Coordinadora
dirigirá la expulsión de Chávez del poder? No lo creo
viable. Ese conglomerado heterogéneo si se plantea el tema
estalla.” …“Ellos representan un sector, llamémoslo
respetuosamente gradualista, que sobre hipótesis o premisas
de cualquier género, prefieren un agotamiento aún mayor del
régimen. Proponen incluso resignarse a esperar el referendo
revocatorio dentro de un año o las elecciones del 2006” … y
termino diciendo…”O los coordinados resuelven esos dilemas o
esos dilemas se los comerán vivos y les sacarán del juego”.
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