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La Infinita Levedad del Gradualismo Opositor
por Alberto Franceschi  
martes, 16 septiembre 2003

 

Lo de infinito da la idea de inmutable, eterna, inmodificable. La levedad distingue la cualidad etérea, superficial, de futilidad y liviandad de la acción, de un gradualismo que señala la paciencia inagotable de los voceros que pueden tolerar al régimen chavista por medio siglo mientras éste les permita sobrevivir sin sobresaltos, sacando cuentas sobre como les remunera la espera..

Con otro firmazo cada seis meses y una cobertura mediática que los presente como los arrojados guerreros de la fe democrática, soldados Ironside de Cromwell imponiendo a sangre y fuego el Parlamento, o que les parangone con un destacamento Gurka nepalés, esos legendarios que usa la reina de Inglaterra para liquidar a sangre fría a la primera línea de quien se le atreva a discutirle sus dominios. En poses épicas, nuestros grafomaníacos disimulan que en última instancia sólo conciben la oposición como un torneo interminable de educadas maneras de raigambre constitucional.

No crean que desestimo que haya que firmar otra vez, mis preguntas increpan es sobre es que haremos cuando saboteen las nuevas firmas. Estas llevarán el rabito de cochino, la tinta indeleble y el papel perfumado y tornasol donde deberán asentarse en orden alfabético descendiente y alternando cada suscrito su firma autenticada y con un sitio de residencia de por lo menos diez kilómetros intercalados en la misma planilla. Muy bien las logramos, y entonces dicen que deben recogerse en luna llena. ¿Que hacemos?

El título pretencioso y muy delicado de este artículo quiere dar una primera pista sobre la manía de la oposición en general de seguir jugando dominó, mientras el atronao insiste en responder con marranas de bolas criollas. Cuando la bola a toda velocidad es tirada a ras del suelo con toda la fuerza posible, “de marrana”, si agarra a un jugador o a un mirón puede destrozarle un tobillo. Nosotros cuadramos a blanco o nos acostamos con doble uno y de allá para acá lo que el locario te zumba es un boche. El no sabe jugar dominó, el es un recogedor de apuestas que disfruta viendo matarse a dos gallos o a dos humanos. Es indiferente siempre y cuando sea la sangre de otros. Y siempre busca ganar quedándose con una tajada grande por fullería.

La conducta noruega de nuestra clase media política vuelve a ilusionarse sacándole punta a una bola de billar argumentando que ahora el maracucho está entrampado. Y es cierto que lo está porque para responderle a su amo tuvo que repetir, con cara de serio, las bolserías que le dictó Rangel, hasta contra SUMATE.

Siguiendo la lógica de Chávez ese arbitro NO SIRVE está vendido. No aguantó dos pedidas. O dos cañonazos de dólares. Si es honrado y no cobró, por tan insignes servicios a la patria chavista, entonces en un pobre de espíritu acobardado, que no sabe lo inútil de la trampa que quiera detener la voluntad de una nación que decidió librarse de un presidente atronao porque destruye nuestro presente y futuro con una tenacidad digna de mejor causa.

Frente al hecho ostensible, inconfundible, insolente de que el hombrecillo trabaja para Chávez lo único que procede es exigir su renuncia inmediata. Pero no aspiremos esta exigencia de nuestros gradualistas expertos en esperas y paciencias. Pero como yo no ando en campaña para sustituirles puedo hasta ser ecuánime. Si Estamos embarcados en las nuevas fechas de firmazos y otros blandenguerías, es por la sencilla razón que una amplia gama de factores aún creen que puede sacarse a este sayón del poder con su constitución en la mano y con formas archicivilizadas de lucha. Como tampoco creo en el cuento chino que el régimen se afianza por no se cuantos espías cubanos que se disfrazan de guardias nacionales y que tendrían la capacidad de copar nuestras FFAA para colocarlas del lado malandrín, soy de los que espera pacientemente que aquí truenen también las verdades elementales extraídas de la experiencia política milenaria que no soslaya la capacidad de bribonería de un bicharraco, como el que nos gobierna, al que sólo puede sacársele a piedra y candela.

Entonces sigo tragando grueso para no maltratar a quienes ponen tanto empeño y pasión en la ruta democrática que sigue siendo hasta hoy la de la inmensa mayoría de la oposición. Sólo les digo a los reconciliadores y maniáticos de la juridicidad pluscuamperfecta que se bajen de esa nube en la que andan encaramados, que se supone les reserva y garantiza triunfos candidaturales autopropulsados con caras encuestas, consensos algodonados, labrados con hilos de seda por sapientes orfebres de la política de sombras, desde poderes fácticos.

Estos adalides de la obviedad, pescueceros impenitentes prestos a declarar de primero sobre la levedad del día, puede que se queden con los crespos hechos, porque un día de estos puede producirse un viraje brusco, de los que querrán salir de Chávez ese mismo día, dispuestos a arriesgarse porque no toleran más a esta araña gobernando.

Ese estallido de impaciencia será impulsado por los arruinados, por los desempleados, por los endeudados, por los que pasaron de propietarios a vivir alquilados, por los embargados, por los supliciados, por los mal comidos, mal dormidos, mal despertados, mal vestidos, por los que no le prende más el carro porque se lo comieron las fallas que no pudo arreglar, por los esposas o esposos abandonados por la ruina de la economía familiar, por los que empezaron a levantarle la voz a su pareja por primera vez en diez o veinte años, y así sigue una lista interminable de agraviados por la descomposición, que nos costará años arreglar luego de estos dislates y la absurda fragmentación económico social que le es concomitante. De entre las victimas más notorias designaremos una nueva dirección de la oposición que nos garantice además de firmar y firmar; GANAR.

 
 
 
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