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¡Hay muchas preguntas en el caso  Faddoul! 
por Agustín Blanco Muñoz
domingo, 16 abril 2006

 

Nadie duda que el caso es terrible, duro. Aunque no único. Vivimos en un ex-país tomado por el asesinato, la acción destructiva que tiene en el 11A-02 una de sus más grandes manifestaciones. Cuatro años después la estadística de la muerte se acrecienta. Y ante la reacción nacional e internacional que produce el secuestro-crimen Faddoul-Rivas, se responde, una vez más, con una conocida expresión: se tomará medidas destinadas a enfrentar esta violencia con mayor represión-abatimiento.

Es la misma respuesta que en la actualidad aplica esta república de la destrucción y que tiene en el número de exterminios, abatidos, “ajustes de cuentas”, muerte carcelaria, asesinados sus grandes logros. La respuesta que llena los contenidos de ‘justicia’ de un Estado que hace de la delincuencia su ejercicio ordinario y que carece de capacidad o voluntad para enfrentar los productos criminales que se generan en su propio seno. Un Estado delincuente que promueve y mantiene una sociedad igualmente delincuente.

I

Entre los delitos más comunes que registra en este medio está el secuestro. Según cifras oficiales, el año 05 se producen 189 a nivel nacional. Los estados Aragua con 37 y Zulia con 21 están a la cabeza de las estadísticas. Hoy, los casos: Sindoni y Faddoul crean una gran conmoción, tal vez por la acumulación de miedo-terror que hay en una sociedad sometida a la angustia-incertidumbre-cansancio. En ambos casos se aprecia un acentuado impacto.

Estos secuestros, y en particular el de los muchachos, no se pudieron resolver. Pero el homicidio ‘se soluciona’ en cuestión de horas. Y todo apunta a señalar que los cuerpos de seguridad del Estado están implicados en estos crímenes.

Estamos indudablemente ante un hecho muy difícil y controversial, en el cual abundan las interrogantes. De algunas de estas dudas parece oportuno hacer algunos comentarios que puedan contribuir a un debate esclarecedor.

En la carta de la madre a los secuestradores del 22/03/06 se lee lo siguiente: ...“Ya ustedes señores secuestradores conocen a mis hijos. Saben que no son malos y saben que nacieron para no ser negociados (…) Si Dios los escogió para finalizar con la misión de esas criaturas, no puedo hacer nada para evitarlo (…) Sólo les suplico que lo hagan rápido y mientras ellos duermen, les suplico que le den una foto de cualquier santo para que no se sientan solos. Lo único que puedo yo hacer de mi parte es rezarle a sus ángeles para que la subida al cielo sea rápida y hermosa.” (EU, 05/04/06, 1-2)

Sus hijos no nacieron para ser negociados. ¿Se ajusta esta afirmación a la realidad? ¿Por qué se vende la idea de que no se aceptaría ningún tipo de negociación si en la práctica se actuaba en ese sentido y dirección?

¿Es bajo la convicción de la ausencia de negociación como se llega a la conclusión de que los hijos morirían? ¿Es por esta razón que se procede a despedirlos y a organizar la forma como deben morir?

¿Cómo puede una madre aceptar como inevitable la muerte de sus hijos? ¿Es verdad que no había posibilidad de salvarlos?

Para la colectividad en general el asesinato fue un impacto ¿Pero lo fue en la misma medida para la madre que desde un comienzo sabía que sus hijos morirían?

El caso es de una enorme y desgarradora complejidad, más allá de las creencias religiosas que se profesen. La negociación se produce. Y está evidenciada en la fe de vida, realizada el 09 de marzo, y enviada por los secuestradores a los padres el 12-03 (www.eluniversal.com, 07-04-06). Uno de los hijos dice: “Mamá, papá, ellos (los secuestradores) no van a aceptar lo que ustedes ofrecen sino lo que exigen. Negocien rápido para que se acabe rápido esta situación.”

Y agrega Jhon: “Nosotros sabemos del sacrificio y esfuerzo que han hecho ustedes para tener lo que tienen, pero la vida no se recupera. Los secuestradores invirtieron dinero para investigarnos y llevarnos y quieren recuperarlo.” ¿Llegan a sentir los hijos que sus padres podían negarse a seguir negociando? ¿Está relacionada la conducta ante la negociación con alguna estrategia policial? Y si fuese así ¿cómo explicar el dramático desenlace?

II

Y esta situación se vuelve más compleja cuando la familia solicita y recibe autorización de la FGR para proceder a la cremación de los restos de los hermanos Faddoul. El sentido común dice que el cuerpo de un delito de tantas aristas y repercusión social no debe desaparecer, porque se niega la posibilidad de cualquier nueva diligencia requerida a nivel del expediente que se elabora.

Consultamos un grupo importante de penalistas y ninguno vio coherencia-pertinencia en la actuación del funcionario estatal. Gustavo Rodríguez (EU, 07/04/06, 1-4) señala: “A los detectives les preocupa que se autorizara la cremación de las víctimas. Temen que durante el proceso requieran realizar experticias posteriores a los cadáveres. Por regla general se prohíbe este práctica hasta que el caso quede cerrado, definitivamente firme y se condene a los imputados.”

Por todo esto no se puede menos que calificar de extraña la actuación de la FGR. ¿Por qué se desecha una previsión? ¿Tendrá el Fiscal la convicción de que los imputados serán indefectiblemente condenados y que no hará falta ninguna diligencia adicional?

¿Es este un pensamiento basado en el Derecho, en lo emocional o en algún otro motivo? ¿Habrá que admitir que en esta investigación hay indicios de un previo establecimiento de responsabilidades? ¿Cómo dejar de pensar que todo se ajusta a un orden de conveniencias?

III

En esta tragedia hay y habrá muchas cuestiones por responder. Entre ellas, por ejemplo, las relativas al desenlace del secuestro que toca aspectos como el referido a la posición de los cuerpos después de más de 90 horas del fallecimiento.

¿Por qué las policías no trabajaron la grabación-fe de vida que envían los secuestradores el 12/03/06 y que permitía ubicar la zona en la cual se encontraban los secuestrados? (EU, 07/04/06, 1-4).

¿Y cómo explicar que la diligencia, prontitud y ‘eficiencia’ con la cual esos organismos detectan y apresan a los ‘responsables’, apenas horas después del hallazgo de las víctimas, no se haya producido para dar con el paradero de los secuestrados?

¿A quién puede extrañar que los imputados corran en Yare II el designio de la muerte carcelaria?

¿Por qué los propios hermanos piden que el abogado de la familia no haga más declaraciones que indispongan a los ‘agentes del crimen organizado? ¿Por qué piden que se aclare que “en el ‘secuestro que padecen no está comprometido el Gobierno Nacional”? (www.eluniversal.com.ve, 07-04-06) En el material se comenta sobre los diversos contactos para determinar el precio del rescate que finalmente se reduce a una cantidad que no alcanzaron a entregar. ¿Qué impidió este acto y el desenlace? ¿Decisión familiar o intervención de los ‘organismos de seguridad’?

En una primera instancia, la madre le dice, a quien califica de ‘orientador de la república’, que “Al pasar por alto y no darle importancia a esta tortura y asesinato de cuatro personas, entre ellos un niño con parálisis, yo, Gladys Diab, públicamente anuncio: lo aborrezco”...

Pero al día siguiente, rectifica al señalar que se refería al ‘orientador de los secuestros en Venezuela’ y no al presidente. Y concluye expresando el carácter humanitario del GP que no es capaz de matar una serpiente ni una cucaracha. (RCTV, La Entrevista, 06 y 07/04/06).

En su primera declaración dice: “Les pido a ustedes y a cada uno de los que me están escuchando: cumplan su misión, no dejen que la muerte de mis hijos pase al olvido. No debe pasar al olvido. Éste es el inicio del fin de la violencia; este es el inicio del fin del odio.” (Idem)

¿Qué la lleva luego a hacer esta petición: “yo no quiero que mi dolor sea utilizado con fines políticos. Necesito guardar luto.”? Da la impresión que en este terrible caso quedan muchas preguntas que esperarán largo tiempo por respuestas.

Como contrapartida al horror-violencia que padecemos se crea hoy una Comisión contra el crimen y se anuncia nuevas leyes e investigaciones, inclusive de las policías, ‘para llevar el caso hasta las últimas consecuencias’. Mientras, esta sociedad sigue en el ciclo de la descomposición-padecimiento-destrucción.

¿Cómo levantará vuelo aquí el porvenir?

          abm333@gmail.com

 
 
 
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