Una
lectora manifiesta su extrañeza porque hasta
este martes 05/06 no hubiese aparecido en nuestra página
http://historiactual.blogspot.com la opinión sobre lo
ocurrido el 03D-06.
Y la amiga María Carolina Barrios nos señala que
se dio el escenario menos probable de los tres que planteamos y
que para ella esto fue producto de un pacto o negociación entre
gobierno y oposición, lo que explicaría, entre otras cosas, el
pronto reconocimiento de la derrota para evitar que la gente,
anonada y frustrada, se pudiera sentir impulsada a protestar y
así alejar toda posibilidad de confrontación inmediata que
pudiera terminar en una tragedia.
Lo relevante, sin embargo, no es determinar si
hubo o no negociación, sino advertir que lo ocurrido es la
resultante de la decisión de las oposiciones de transitar por
los caminos de la democracia del voto, con lo cual, de paso se
hace un total reconocimiento a la condición, capacidad y
convicción democrática de un régimen que, en principio, ha sido
calificado de autoritario-personalista-caudillista, con firme
inspiración dictatorial-totalitario-fascista.
Con ello se echa por tierra esta imagen para
reivindicar la inclinación hacia la
democracia-igualdad-libertad que supuestamente prevalece hoy en
este ex-país. Y al recibir este presente, el régimen no puede
menos que agradecer los favores concedidos. De allí que
permanentemente se elogie y reconozca la brillante y cívica
página que llenaron ‘las oposiciones’ al hacer lo que nadie
esperaba: tener un comportamiento democrático sin precedentes en
la llamada historia republicana de Venezuela.
Se reconoció en términos
de limpidez y transparencia los resultados de las elecciones
presidenciales del 03D-06 y desestimó las irregularidades
señaladas por investigadores-técnicos del área electoral. Al
comando de campaña del señor Rosales se le alertó respecto a los
mecanismos para la realización del fraude realizado el 15Ag.-04
y de las reales posibilidades que se practicara algo similar.
Pero en cada caso el equipo desechó los
señalamientos porque aceptarlos serviría para fortalecer
posiciones abstencionistas como las del 04D-05, que tanto
atormentaron y acusaron al régimen y a las ‘las oposiciones’.
La abstención se constituyó, en consecuencia, en
el enemigo a vencer por cada una de las partes. Y se actuó en
consecuencia. No pudieron hacerlo el 15Ag-04, y esto les costó
quedarse completamente fuera de la AN y desaparecer de todos los
espacios de representación-presencia.
Visto ese error era necesario adquirir ahora el
control político en una doble dirección: aplastar-liquidar la
“insurrección abstencionista” del 04D-05 y volver de ese modo a
la lucha democrática en el marco de las acciones que pagan
dividendos: la lucha por el voto que es, en definitiva, el
camino para adquirir las apetecibles cuotas de poder.
Pero para "las oposiciones"
no era fácil decirle a los abstencionistas que ahora se les
invitaba simplemente a votar. La gente no quería saber nada con
la maquinaria electoral después de la experiencia del 15Ag.-04.
Quedó claro entonces que máquina no solo mata marchas sino toda
posibilidad de enfrentar con posibilidades de triunfo al dueño
de las mismas. Y esta desconfianza debía ser vencida con un
operativo político que devolviera las fichas al redil electoral.
De allí que se comenzara a tejer toda una nueva
trampa-engaño para devolver al colectivo a posiciones
electorales. Se le ofrece de nuevo la figura-imagen del
blindado: esta vez no nos dejaremos quitar el triunfo que nos
pertenece porque somos mayoría.
La victoria está asegurada y se trata de cobrar,
es decir, impedir que se pueda burlar esa voluntad. Se debe
enfrentar el miedo-temor-angustia y cada ciudadano debe
‘atreverse a combatir por la democracia’ y cumplir con el reto
que le impone la historia. Los dirigentes-vanguardias estarán
dispuestos a dar la vida si fuera necesario ‘por preservar el
triunfo que le pertenece al pueblo’.
Se quería hacer creer así que detrás de lo
meramente electoral había una fuerza dispuesta a echar el resto
para impedir cualquier fraude-trampa. Una voluntad mayoritaria
que la Fuerza Armada haría respetar.
El mandado estaba hecho y sólo faltaba la fecha
de las elecciones para que se decretara la derrota de la
‘revolución’ y el triunfo de la ‘nueva Coordinadora
Democrática’, fiel heredera del Pacto de Punto Fijo, dispuesta a
enfrentar en todas sus manifestaciones a los continuadores del
proyecto golpista que se inicia el 04F-92 y, simultáneamente, a
detener, la insurgencia abstencionista antifraude-trampa
electoral que se pronuncia el 04D-05.
De allí que, una vez más, se condujo al
colectivo a una nueva batalla-trampa de Santa Inés, pero esta
vez convocada no sólo por el monstruo gubernamental sino también
por el de ‘las oposiciones’, quienes actuaron solícitas al lado
del dueño de todos los poderes, para detener el peligro del
04D-06. Por ello, una hora después del boletín del CNE
declarando el triunfo del GP, se reconoce sin reparo ni reserva
alguna el triunfo del contrincante.
Indispensable admitir que
a esta hora no podían hacer otra cosa. Pero no puede negarse que
lo actuado tiene todo el contenido de una negociación que no se
queda en reconocer el triunfo del adversario sino que va mucho
más allá. Deja sin efecto todo lo que se ha actuado hasta el
presente sobre el fraude-trampa electoral y lo realizado en el
campo de las investigaciones que se presentaron al comando de
campaña. Todo eso se convirtió en simples y vulgares mentiras.
Por ello, obtenidos los resultados del 03D-06 no
podían hacer otra cosa que celebrarlos a la par que señalar que
se han producido los comicios más limpios-transparentes de la
historia de este ex-país. En esta oportunidad el gobierno no ha
tenido que decir ni una palabra en defensa de sus máquinas
smartmatic. Estamos en presencia de la gran fiesta de las
máquinas montada por los supuestos adversarios al ‘modelo
socialista del siglo XXI’.
En síntesis, la
negociación-complicidad prevaleció como el mayor colofón de la
‘fiesta democrática’ del 03D-06. Las ‘oposiciones’ tienen el
mérito histórico de haberle restituido al régimen la condición
de demócrata. La historia de la máxima descomposición parece
estar montada en la realización de otro importante capítulo de
nuestra Historia Actual.
De ella hay todavía quienes marcamos distancia
en nombre y por la construcción de la historia de un colectivo
que tendrá que alcanzar la condición-jerarquía de verdadero
agente de su historia. Sólo y de este modo se logrará la
sepultura de los impostores.