El
cantor de la revolución lo señalaba: `Se acabó la diversión /
llegó el Comandante / y mandó a parar. Fidel derrumbó la
dictadura de Batista con disfraz de democracia, suprime el
antro-burdel establecido en la isla, se enfrenta de inmediato al
imperialismo para acentuar su nacionalismo y reclamar apoyo
internacional.
Pone en vigencia la permanente movilización política a favor del
régimen, crea una organización policial dispuesta para la
seguridad y el enfrentamiento a toda disidencia, maneja las
fuerzas armadas, establece un partido único y un pensamiento de
igual factura, acaba con todo vestigio de libertad de expresión,
estimula la confrontación para que la sociedad se divida entre
patriotas y ‘gusanos’, impulsa la confusión. Decide hacer una
revolución.
Desde entonces se está con la revolución o la contra-revolución.
El partido comunista lo dispone todo. El niño será seguidor de
ese ideario y pensará como se le indique. Todos los poderes
están en manos del comandante y ‘jefe único’ del Estado, el
partido, el secretariado, las policías, fuerzas armadas,
finanzas, educación, salud, ministerios.
En la década de los sesenta fracasa en la ‘exportación de la
revolución’. A Venezuela envía dinero, hombres y armas y termina
por romper con el PCV y el MIR. A comienzos de los 80 Puebla
hace su último viaje a este ex-país. En entrevista inolvidable
nos decía que la Nueva Trova había desplazado y acorralado al
Viejo Son. Difícil olvidar aquella expresión de tristeza.
Hoy, Fidel, con tanto poder concentrado, tanto exportar y
disfrutar la revolución, termina en un terrible espectáculo: él
mismo se manda a parar. Sólo que no hay diversión con la que
acabar, sino una profunda tragedia que se extiende y continúa.
Historia de un hombre-caudillo-mesías por encima del colectivo,
que toma el camino del atraso, el sometimiento, la
burla-manipulación.
Y aquí, el GP, guiado por Fidel, también mandó a parar. Pero no
para crear un mundo mejor, sino para resguardar los poderes que
le conceden toda la diversión a las cúpulas de una revolución
que se sustenta en el fraude, la trampa, el engaño, la violencia
y la represión. Sancho, ¿y que otra cosa puede hacer el
personalismo-autoritarismo-totalitarismo del fracaso y la
destrucción, allá y aquí?
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