El coro del TSJ, bajo la acertada dirección de Omar Mora, cantó a todo gañote: ¡Uh, Ah, Chávez no se va! Muchos quedaron estupefactos. Sorpresa mayor. No concebían que el primer tribunal de este disminuido y desjerarquizado   ex-país pudiera dar esta muestra de obsecuencia o jalabolivarianismo, para decirlo  con la expresión de Zapata (EN, 01/02/06). Y el remate del presidente del organismo no podía ser más emocionante: manifestamos con nuestro canto la alegría de tener un presidente como él y eso no quiere decir que estemos parcializados (VTV, 31/01/06). Esta es la medida exacta de la justicia que tenemos. La misma que decretó la censura previa que hace mucho más difícil saber quién fue en definitiva el asesino de Anderson. 

Y ante una justicia que canta su destrucción, se suma la  legislativa, llevada a la condición de asamblea gubernamental, la política convertida en enfrentamiento-polarización, la social que presenta un cuadro general dominado por el miedo-temor-angustia-padecimiento de un colectivo cada vez más golpeado, la económica que se esconde bajo la consigna de antiimperialismo, mientras se le otorga al imperio los mayores beneficios de la historia petrolera, la militar, visible en las fracciones que se expresan por encima de la compra-tarifa que hoy recae sobre la institución y que plantea  enigmas como el relativo a los ascensos y retiros de julio. ¿Cuál será la suerte de Baduel y el baduelismo? ¿Cuál el curso del ‘espionaje’ detectado en la Armada? ¿Hasta cuándo se mantendrá la infiltración anunciada por el presidente a la Embajada (territorio) de USA? 

¿Logrará este régimen destruir los rasgos de democracia que nos quedan  con el fin de abrirle todo el espacio a ‘su revolución’?  El 04F-92, como acción golpista-destructora ha tenido vigencia  en  estos 7 años. Cúpulas podridas y revolucionarias se hermanan e identifican. Y ante  este cuadro, la Cátedra Pío Tamayo y el Centro de Estudios de Historia Actual convocan (lunes 06, Sala ‘E’, UCV, 6pm) a las Jornadas para instrumentar las acciones que el colectivo debe adelantar  para construir una   democracia que nos permita tocar y diseñar el futuro de este maltrecho expaís dispuesto hoy, Sancho, a crear una sociedad sobre las bases de la justicia por conocer!