El domingo 23/09/06 se comento por todas partes que el excomisario de la Digepol-Disip Henry López Sisco seria imputado por  la masacre de Yumare ocurrida en  l986. Entonces se habló de enfrentamiento,  de  investigar hasta las últimas consecuencias para establecer responsabilidades, ‘caiga quien caiga’. Después, todo quedó en el olvido. 

Por esto no debe extrañar que  20 años después, la opinión pública esté conmovida por la masacre de La Paragua y por advertir que el comportamiento gubernamental es esencialmente el mismo: no hubo  masacre. Todo en el marco de una historia que, desde los inicios de la invasión en 1492, tiene en la masacre-sometimiento una de sus principales instituciones. 

Una vez más se argumenta que el aparato de seguridad del Estado actuó en defensa propia, o en medio de un enfrentamiento que no provocó. Así ocurrió con los asesinatos individuales y colectivos de la lucha armada de  los 60 y de tiempos posteriores. 

Hoy, ante el ataque criminal que produce el TO-5 contra trabajadores de la ‘minería ilegal’, se presenta el mismo discurso del enfrentamiento. Pero no en voz de López Sisco sino del general Baduel. 

En su primera declaración señaló  que los trabajadores mineros del sector Papelón de los Picachos, en La Paragua, se enfrentaron armados con funcionarios del TO-5 con un resultado de 4 muertos y un herido: apenas el helicóptero aterrizó, personas ...“armadas se adentraron en la selva circundante y desde allí dispararon a la comisión. En el lugar fueron incautadas armas.” (EN, 25/09/06, B/23). 

Horas después el ministro fue desmentido por el minero  que logró sobrevivir haciéndose pasar por muerto a la hora de la ejecución realizada por la ‘comisión’. 

Se inscribe además en la posible agenda asesina cuatro ahogados y dos ejecutados, también ligados a la minería. A esto se junta la reacción violenta de rechazo de la población a un cuadro en el cual se junta la pugna por la acumulación, el narco, el contrabando, el peaje y la comentada pugna ejército-GN. 

¿Cuántos  y quiénes son los implicados en los 10 kilos de oro-botín ‘perdidos’ o apropiados? ¿Es esta la causa de la discordia? ¿Se evita así la depredación? ¿Revolución ambiental a paso de masacradores? Sancho, si esta es  una muestra del socialismo criminal-minero del siglo 21 ¿cómo será en pleno desarrollo?