La
llamada “revolución” se lanza hoy a producir un nuevo impacto:
hacerle creer a la pobreza que este gobierno la defiende de la
voracidad de los ricos. Una riqueza que debe ser expropiada y
administrada por el socialismo maisantero de Estado, y no llegar
a la gente llena de necesidades porque les quitaría la felicidad
de la pobreza. Este es el discurso del GP.
Atrás quedó el pedido de paciencia, para poner
en práctica una buena campaña de expropiaciones-cazavotos. Es la
hora de la radicalización: ¡estás con los que tienen o con los
pata en el suelo! Se quiere así tapar los huecos que dejan las
misiones y demás entidades oficiales. Una maquinaria para la
cual se dispone de una buena cantidad de millones y cuenta con
la planificación correspondiente al próximo fraude.
El oficialismo asume y controla todos los
espacios. El proceso de cambios para la destrucción es el primer
actor de la historia actual, que ahora le ofrece todo el poder
para un campesinado que no existe, pero sirve de cobertura para
la ampliación de la base económica del Estado maisantero. El
cuadro está completo. Y el próximo triunfo está asegurado: se
obtendrá la mayoría absoluta de diputados para modificar la
constitución y establecer ‘legalmente’ el socialismo del siglo
XXI, el cambio del concepto de propiedad y la reelección del GP
hasta su muerte si fuera necesario.
Se profundiza así la tragedia que padece el
colectivo de este ex-país. Y hasta el momento, las llamadas
‘oposiciones’ ni siquiera asoman la posibilidad de contar con el
mínimo de fuerzas para enfrentar esa maquinaria, que se muestra
debilitada por la ineficiencia, la implosión y la corrupción.
Los “cinco grandes” han acordado un pacto
electoral que llaman “unidad” y simplemente van a las
legislativas sin hacer mención siquiera del tantas veces
vociferado fraude-CNE, lo que hace pensar hasta en posibles
negociaciones. Sólo un imponderable podría conformar un cuadro
que muestre a la oposición como triunfadora el 04D-05.
Y frente a los ‘bloques de la politiquería’ está
un colectivo olímpicamente ignorado para las negociaciones
electorales y que hoy se siente apático e incrédulo. Los
partidos creen haber reconquistado la voz de mando y poder
disponer así de la ‘sociedad civil’ que estará obligada a votar
por ellos o hundirse cada vez más. Este es el peor de los
chantajes. Semejante al que utiliza la ‘revolución’ con los
despojados.
Y ante este doble chantaje y el cuadro de
confusión reinante se cuelan por una parte supuestos golpistas y
por otra manipuladores que han encontrado en los presos
políticos (PP) el único argumento para que el colectivo caiga
otra vez en lo que hasta hace unos días se denunciaba como
trampa-fraude electoral. Los PP pueden ser utilizados y hasta
electos, pero esto no modificará en nada un triunfal maisantismo
revolucionario. En el mejor de los casos dejarán de ser PP para
pasar a ser DP (diputados presos).
Si el colectivo no puede programar una defensa
de los presos más allá del camino electoral, será casi imposible
pensar en la elaboración de una política capaz de enfrentar con
posibilidad de triunfo al Estado Socialista Maisantero que ya
actúa en términos de victorioso propietario de Venecuba.
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