El mensaje de Súmate
es claro: sin estridencias e inteligentemente hizo conocer la
conclusión final de su seguimiento al fenómeno electoral: aquí
no está garantizada la transparencia.
El aparato
fraude-trampa está montado para respaldar el triunfo del
oficialismo que cuenta con la complicidad de las ‘oposiciones’
necesitadas como nunca de un pedazo-migaja de poder.
La institución
luchó hasta el final por el logro de unas condiciones favorables
al voto. Al no obtenerlas no le quedó sino ratificar su
convicción de que no hay nada positivo que esperar del CNE.
De allí su llamado
a asistir el domingo 04D-05, no a los ‘centros de votación’
(escenarios de la trampa-fraude) sino a las iglesias
correspondientes a orar por el futuro de la democracia
venezolana y porque no caigamos, más profunda y definitivamente
en las garras de Venecuba.
Y quienes no
tengan creencias religiosas que organicen actividades destinadas
a la reflexión sobre nuestro difícil presente. Más pacífica y
ciudadana no puede ser la protesta, aunque para el gobierno
estemos ante otro plan CIA.
Indispensable
entender que ante esta difícil tarea no puede prevalecer la
angustia por el logro inmediato. En este ex-país nadie puede
garantizar que quien no tiene respeto por la democracia va a
convenir en la aplicación de mecanismos electorales
transparentes para decidir a quien le corresponde seguir al
frente del mando-poder. Por ello debemos estar preparados para
lo peor.
Clausurada por el
régimen la posibilidad de una limpia consulta electoral, la
voluntad popular no le queda sino instrumentar nuevos mecanismos
que le permitan manifestar pacíficamente su condición de actor
de una historia de la cual hasta ahora ha sido sólo pieza pasiva
al servicio de los intereses de unos y otros.
Y bajo la idea de
construir un espacio vital de país con posibilidades de
libertad, justicia y equidad, es como debe reunirse y
concertarse un colectivo que deje atrás polarizaciones,
divisiones y desencuentros, y decir no a la violencia, la
imposición y la manipulación, para convertirse, por primera vez,
en gente consciente y organizada para las tareas del presente y
el futuro. Sólo de ese modo la desesperanza se traducirá en
fuerza creadora, y la frustración en acciones de participación
por y para la vida.
Las condiciones
están dadas para comenzar a actuar en esa dirección. Y será
nuestra la responsabilidad de dar una respuesta a la altura de
las circunstancias que hoy conducen a este ex-país por los
caminos de la perversidad y la destrucción.
Sea en la iglesia, en el campo deportivo, la
plaza pública o los parques, en las fábricas, los talleres o las
escuelas, estamos obligados a ejercer nuestra condición de
ciudadanos empeñados en enfrentar todo acto tiránico que atente
contra las señales de libertad que aún quedan con vida. ¡De
allí el no votarás anti-trampa-fraude!
abm333@gmail.com
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