CORRUPCIÓN
SOCIALISTA
SIGLO XXI por Agustín Blanco Muñoz
viernes, 28
octubre 2005
El
11/10/05 este periódico tituló: ‘Corrupción sigue rueda libre’.
Y el GP en su ‘Aló’ respondió: Tenemos que hacernos un
exorcismo, porque aquí hay gente que es capaz de vender a su
madre por la corrupción (UN, 12/10, p.12). Este discurso se
junta al que impulsa el Socialismo del siglo XXI. Dos mensajes
que comportan un cansancio significativo. Ningún régimen
esencialmente corrupto puede luchar contra su razón de ser,
porque atacar ese descomunal poder puede acarrear graves
consecuencias. Y esta ‘revolución’ no aguantaría la contabilidad
y respectivo castigo a sus corruptos. Por ello se acude a la
distracción de la brujería.
¿Es que se piensa ahora en un socialismo XXI
anticorrupción distinto al que se conoce? En realidad, lo que
se ha vendido como socialismo nada tiene que ver con revolución
ni con toma del poder por parte del proletariado. No se crea
nuevas relaciones productivas ni otro modo de producción. Es la
continuación de la misma sociedad por otros medios y actores.
Por eso China o Rusia están hoy montadas en el porta-avión del
mercado yanqui.
El resultado fue el fracaso de los planes de
producción. Y esto está en la base del regreso o permanencia de
“los socialismos’ al capitalismo. ¿Creó Cuba un nuevo Modo de
Producción? Si se examina la gran precariedad de la economía
cubana se tendrá una exacta dimensión de la importancia de la
conformación de Venecuba.
Pero además, la práctica supuestamente
socialista nace unida a la corrupción. Le vende al proletariado
la ilusión de que está en el poder cuando en realidad éste lo
ocupa la cúpula-burocracia socialista que ejerce la llamada
‘representación’ de los explotados. Utiliza-engaña al colectivo
para ponerlo al servicio de la construcción de un régimen
autoritario de firme vocación totalitaria.
Ese socialismo es entonces multiplicación de la podredumbre y la
corrupción. Por ello cuando se habla del socialismo XXI es
inevitable pensar que aquí se está en vías de la consolidación
de un Estado monstruo, lleno de capitales y dispuesto para
ejercer cualquier tipo de dominación. ¿Es eso a lo que tendremos
que llamar socialismo bonito y cristiano? Sancho, los corruptos
ya no hallan en qué socialismo ahorcarse!