Cuando
hablamos sobre el tema el 27/04/95, en la segunda de las 14
entrevistas contenidas en Habla el Comandante
(Caracas, l998), se tocó el tema de su bisabuelo Pedro Pérez
Delgado, “Maisanta”. Según su versión fue un destacado miembro
del castrismo, a quien se designó jefe civil y militar de
Sabaneta. Para este tiempo se ubica en La Marqueseña, una de las
fincas más antiguas de los llanos.
Para 1914, Maisanta es uno de los alzados contra
el gomecismo. Se va a las guerrillas y las tropas de Barinas
sacan a su gente a plan de machete de La Marqueseña, quemaron
los ranchos, confiscaron las tierras y las pasaron a manos del
gobierno. Desde ese tiempo la propiedad ...”ha pasado de mano en
mano, Pero mi abuelo, el hijo de Maisanta, murió peleando por
esas tierras. Cuando murió, ya viejo, se había cansado de ir con
abogados y documentos para rescatar esas tierras. Esos
documentos deben estar en la familia.” (p.49)
El hoy gran presidente (GP) no dice como llegan
las tierras a manos de su bisabuelo. Se supone que un simple
peón no tiene posibilidades de adquirir una propiedad de más de
8 mil hectáreas. Lo más probable es que haya realizado una
ocupación dado el cargo que desempeñaba. Y no se entiende cómo
es que la propiedad pasa a manos del gobierno, y a la vez de
mano en mano. Menos de quién la quería rescatar el hijo de
Maisanta y abuelo del GP.
Lo que si está claro es que la familia anduvo
tras el “rescate” de estas tierras. En el 95 el GP admite que
son propiedad de los Azpúrua. Pero hoy como GP bien puede
reconquistar este territorio que se hizo sagrado al ser pisado
por Maisanta y Zamora.
Y para ello se puede pasar por encima de
cualquier razón jurídica para hacer justicia a lo Maisanta. En
la Marqueseña se hará un fundo zamorano, dice el jefe del INTI,
y se demostrará que la propiedad privada en este expaís está
supeditada a los intereses de la “revolución” y en lo específico
a la tradición heroico-familiar del GP.
Por ello se califica la finca como terrenos baldíos y, por
tanto, propiedad del Estado que, en la hora actual, puede leerse
como perteneciente a uno de los grandes dueños de Venecuba,
quien lanzó el grito-orden: ¡Esa Marqueseña es mía! Sancho,
triste el destino de los enfermos de ambición y heroísmo!
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