La
pregunta de Mauro Bafile de La Voce d’Italia es pertinente:
¿Por qué la abstención se decide por cuenta gotas y a última
hora? Porque no fue el producto de una política unitaria, sino
de posiciones enfrentadas respecto al qué hacer una vez que el
23/11/05 se pone de manifiesto que las máquinas capta-huellas
pueden activar una memoria que acaba con el secreto del voto.
Inexplicablemente,
ante este hallazgo, los partidos de la ‘Alianza Azul’ hacen un
pacto de silencio para estudiar la delicada materia en sus
organizaciones y luego producir una reacción conjunta. La prueba
del fraude-trampa tenía el potencial de una bomba
político-publicitaria. Pero se oculta el fenómeno o se le da un
“manejo cuidadoso” para sacarle el mejor provecho, en términos
de acuerdo-negociaciones inter-cúpula, que incluyen al CNE.
Pero a la vez
quienes así actúan no respetan los pactos. Por ello Gerardo
Blyde de PJ le solicita al CNE la eliminación de las CH para
garantizar el secreto del voto. Y señala que ésta es la
condición que pone la ‘Unidad Azul’ para participar en las
elecciones del 04D-05. Pero una vez que el CNE la concede, los
partidos AD, COPEI y PV deciden retirarse.
Protestan por lo
que consideran una actuación individual, que obedece a los
propósitos de PJ de reiterar que es, según las encuestas, la
primera fuerza de oposición. ¿Y qué podía ganar el resto de los
partidos? En realidad, en principio, el único beneficiado sería
PJ. El 27-11 Blyde se convierte materialmente en vocero del CNE
al anunciar la eliminación de las CH, que era solo un
ofrecimiento para llegar al acuerdo por la participación. No es
sino al día siguiente cuando el directorio aprueba la materia.
Y precisamente, el
retiro de los partidos es un rechazo a la actuación de PJ que,
al quedarse solo tuvo que escoger entre participar como única
fuerza que pactó con el CNE, o unirse a “la rebelión” en la que
se inscribe la acción de un colectivo que pedía la retirada.
Sin embargo, Borges votó nulo porque no cree en el CNE pero sí
en el voto.
Por eso la
abstención nada tiene que ver con unidad de los partidos
políticos. Es el producto de la actuación de un colectivo que
comienza a imponer su política. Un colectivo, Sancho, que ya
marca el camino con huellas del saber y el hacer del y para el
futuro.
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