Ahora
resulta que el gobierno neosocialista es la parte más afectada
por la masacre de Barrio Kennedy. Se quiere separar la
estructura gubernamental de la criminal. Parlamentarios,
ministros, Fiscalía, Defensoría y hasta el Presidente expresan
una airada condena. En adelante Venezuela será declarada, al
igual que en el caso del analfabetismo, ‘territorio libre de
asesinatos o “excesos policiales”, abatidos, exterminios y
torturas.
Ahora el ‘jefe único’ (JU) cae en cuenta de que
aquí se produce crímenes a mano del “aparato de seguridad del
Estado”. Desconoce los exterminios, “abatidos” y la muerte
carcelaria de todos los días. Su exposición en ‘Aló Presidente’
del 03/07/05 está llena de descubrimientos. Lo primero es su
concepción de la acción policial: “Me gustaría ser policía,
vale, para andar en la calle ayudando a la gente. El policía
tiene que ser amigo del pueblo.” Este es un ideal bien cercano
al de las Madres de la Caridad que aquí nadie ha conocido. Y la
policía política mucho menos. Lo suyo ha sido y es la
persecución, tortura, sometimiento, represión que en muchos
casos conduce al asesinato.
Y como ahora advierte que esa policía ‘Alma de
Dios’ no existe, se siente obligado a reaccionar: Hay que
limpiar esas policías porque no podemos tener unos asesinos con
carnet en la calle matando gente. Y después viene el viejo
procedimiento de matarlos dos veces: lo conviertes en un
delincuente, en un atracador de bancos, en un asesino, en un
drogadicto, etc. Y no podemos permitirlo. Prefiero quedarme sin
policía.
Y a quien actúa de esta manera ...“hay que
aplicarle la máxima pena por asesino. Son unos asesinos.
Verdaderos asesinos. Y además trataron de tapar el hecho.
Fíjate estas armas se las colocaron a los muchachos después de
muertos y metieron todo un cuento policial de un segundo auto
que se habría escapado. “Entonces vemos que esta revolución
tiene deudas pendientes”. Y la conclusión es cortante: ...“si
hubiera que barrer todo eso, Hay que hacerlo con coraje, con
decisión para salvaguardar la vida de los ciudadanos”. ¿Cuántos
hechos como éste han ocurrido en los barrios, en las
urbanizaciones, que matan a la gente y después le ponen una
pistola, un puño de droga? Hay que hacer todo cuanto haya que
hacer para que esto no quede impune. Y termina diciendo que
había “querido hacer el comentario doloroso e indignante ante
el país.”
En verdad lo indignante es el cinismo que se
expresa al “descubrir”, casi siete años después, que en este
ex- país hay una policía asesina, regida por la un Estado
perverso. El crimen, la siembra de armas, drogas y alteración
de escenarios es una constante que aumenta el JU y su
neosocialismo.
Cuando se produjo la “fuga de El Boyaco” de la
Disip se ordena desmantelar la dependencia. La masacre de los
estudiantes de la USM parece conducir al desmantelamiento DIM-CICPC
y a ‘desempolvar’ el proyecto de policía nacional que estaría
directamente controlada por Miraflores. Un poder más en manos
del jefe, no para que desaparezca el asesinato sino para que se
realice en el orden, dirección y sentido previamente
establecido. El cinismo con nombre propio crece. Y parece
dispuesto a seguir invirtiendo para que esta destrucción siga
avanzando a paso de asesinato y traición.
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