Es
procedente la observación de la crítica lectora a propósito de
nuestro artículo anterior: Si el camino no es de balas o votos
¿entonces cual será? La situación y, por tanto la respuesta, es
compleja y difícil. El origen del ‘proyecto-proceso’ se
sintetiza en la violencia 04F-92. Y se llega a lo electoral
porque los consejeros políticos le ratifican al golpista lo que
ya le había señalado Caldera-Convergencia: si asume la defensa
del gobierno seria el sucesor (Habla el CTE., p.82). Eso
significa que la vieja política veía posibilidades en una de sus
nuevas imágenes.
La táctica fue el enfrentamiento a ‘las
cúpulas podridas de los 40 años’. Y esto dio buenos resultados.
Se llega así a la presidencia. Pero se tiene conciencia de que
por la vía electoral no se podrá cambiar el sistema y adelantar
transformaciones (Ib.,168) Lo electoral entonces es ya un
mecanismo violento. Y en la medida en que queda al descubierto
el ‘proyecto revolucionario’ y baja el apoyo electoral se acude
cada vez con más violencia, decisión y recursos a la
farsa-fraude electoral.
De esta manera se juntan voto y bala sin que
haya oposición que pueda detenerlos. Al contrario, buena parte
de esa supuesta oposición forma parte de los planes de
sometimiento de la voluntad popular. Lo actuado en la madrugada
del 16Ag.-04 y la política ‘cuida espacios’ es la mejor
demostración.
Estamos entonces ante un poder que se
agiganta y que tiene definido su camino en el marco de Venecuba.
Esto no tiene nada que ver con democracia sino con ‘revolución’
y para nada contarán partidos, elecciones y toda la parafernalia
de las libertades democráticas. Ya estamos en el neosocialismo
bajo la sabia dirección de Fidel Castro y una sola voz de mando:
¡Patria o Muerte! Somos indiscutiblemente un expaís.
Y ante esta realidad, se imponen difíciles
tareas para el colectivo ya fuera de las garras del
oficialismo-oposición. Las mayorías están obligadas hoy y aquí a
aumentar su nivel de conciencia, estudiar con profundidad esta
realidad y trazar planes para su transformación. Para ello se
requiere elaborar colectivamente una nueva concepción de país y
la organización correspondiente para su realización. Sancho,
¡volveremos por estos nuevos caminos de la historia que tendrá
que ser!
abm333@gmail.com
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