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Soluciones prácticas y económicas a serios problemas humanos
por Roberto Palmitesta  
domingo, 18 marzo 2007



Después de los problemas vitales de inseguridad, hambre y enfermedades, la humanidad sufre de dos problemas que afectan seriamente la calidad de vida de numerosas familias. La realidad es elocuente: cerca de la quinta parte de la población mundial no tiene acceso adecuado al agua potable y la cuarta parte no tiene electricidad en sus hogares. En el primer caso, se trata de una sustancia pura de primera necesidad, cuya falta promueve las enfermedades infecciosas y una hidratación inadecuada del organismo. En el segundo caso, aunque la electricidad pueda considerarse a veces un lujo, su ausencia en la vida moderna hace que las personas no puedan estudiar de noche, ni usar aparatos eléctricos como lavadoras y neveras, o disfrutar en casa de entretenimientos baratos como la televisión, la radio y el Internet.

En ambos casos las soluciones siempre han sido costosas para los países pobres, pues purificar agua salobre o contaminada en gran escala requiere de grandes inversiones, y lo mismo sucede con la generación de electricidad, que exige represas hidroeléctricas o plantas térmicas que queman combustibles cada vez más caros. La solución sería llevar a las familias necesitadas -generalmente rurales- aparatos compactos, prácticos y económicos de uso casero para que puedan resolver estos problemas directamente, sin la intervención estatal, que siempre es lenta y a menudo ineficiente. Al menos así lo pensó el inventor norteamericano Dean Kamen, ya famoso por haber inventado el Segway, un vehículo eléctrico individual para pavimentos urbanos.

Inventos de una mente brillante

Kamen aplicó la misma inventiva sencilla que lo llevó a desarrollar el Segway a esos dos problemas, invirtiendo tres años de su carrera en inventar aparatos compactos para purificar el agua o general electricidad en casa, sin contaminar y usando recursos accesibles. En el caso del agua, se trata de un aparato tan grande como una lavadora que puede producir hasta un millar de litros al día, suficientes para todas las necesidades de cocina, higiene y lavado de unas dos o tres familias. Lo ingenioso es que no importa mucho la calidad del agua que alimenta el sistema, e incluso puede ser bastante sucia e infectada, pues el aparato evapora el agua y produce un lodo que podría servir de fertilizante.

Para funcionar necesita calor, y aquí viene el otro aparato, también compacto como una lavadora, que genera electricidad a partir de un recurso bastante común en el campo, excremento de ganado, o cualquier biomasa vegetal que se tenga a mano y que se pueda quemar. El dispositivo genera un kilovatio de electricidad en forma continua, mientras se lo alimente de combustible, suficiente para encender unos 15 bombillos de 60 W, o varias decenas de los nuevos bombillos fluorescentes de alto rendimiento, o iluminar una casa entera con televisor, radio, tocadiscos y una computadora y ocasionalmente un calentador de agua u horno. Los dos aparatos pueden ubicarse uno al lado del otro y aprovechar el calor residual de la planta eléctrica en la purificación del agua.

Probando los inventos en el campo

Aunque los dos aparatos funcionan bien en el laboratorio y costaron unos 100 mil dólares cada uno para desarrollar, Kamen quiso asegurarse de que funcionarían bien en el campo. Así, le cedió varios prototipos a Iqbal Quadir, un empresario de uno de los países más pobres del mundo, Bangladesh, quien hizo una prueba de campo durante seis meses con varias familias. Los resultados fueron positivos, y ahora Quadir está buscando empresas que puedan fabricar los dos aparatos en ese país, en cantidades suficientes para que lleguen a costar unos mil dólares cada uno. ))

Kamen, un moderno Edison

Dean Kamen, nacido cerca de Nueva York en 1951, estudió varios años de ingeniería electromecánica en un instituto politécnico, pero lo dejó antes de graduarse para adquirir experiencia práctica en la industria. Inicialmente se dedicó a desarrollar aparatos para el campo de la medicina. Así, inventó la primera bomba personal para inyectar insulina a los diabéticos, un aparato móvil para diálisis y una silla de ruedas todo-terreno, la cual lo llevó a inventar su famoso Segway, un vehículo personal de dos ruedas que se mantiene vertical con giroscopios controlados por computadora.

El Segway no caló en seguida pero ya es usado por ejecutivos, ancianos, enfermos o simples empleados para no caminar excesivamente en pavimentos y aceras. Después de que algunos ejecutivos famosos –como Steve Jobs, el director de Apple-- lo usan y le hicieron una publicidad gratuita, el Segway se vende a través de una empresa a la cual vendió la patente y disfruta de pedidos continuos ya que su costo es bastante asequible (unos $ 5000).

Kamen fundó en 1982 una empresa que utiliza el talento de un millar de ingenieros y técnicos, empeñados en solucionar problemas específicos a la industria y el comercio, y de la cual ha salido distintas innovaciones. Por ellas ha recibido la medalla de honor en tecnología de manos del presidente Bill Clinton y otros honores, incluso un premio humanitario de la ONU, ya que algunas de sus máquinas invenciones están ayudando a los países subdesarrollados. Últimamente se ha dedicado a dos de los mayores problemas de los países pobres: purificar agua y generar electricidad.

Por algo a Kamen se lo califica como un Edison moderno, pues como éste es un autodidacta que no quiso terminar sus estudios y fundó un laboratorio donde centraliza sus inventos. También dirige una fundación conocida como FIRST, donde estimula a inventores noveles a llevar a cabo sus proyectos y comercializarlos, tal como hace en Venezuela la ONG Eureka, que realiza regularmente exposiciones con inventos y desarrollos autóctonos, generalmente de talento joven. (De paso, la próxima exposición artesanal de Eureka será a principios de mayo en Plaza Las Américas, Cafetal).

Kamen vive en una mansión super automatizada en New Hampshire, noreste de EE.UU, y nunca se ha casado porque asegura que ya lo está con sus inventos. Un trabajador incansable, se desplaza en helicóptero a su empresa DEKA Research and Development, donde trata de solucionar los grandes problemas de la humanidad. Ya millonario, y a tono con su comprobada sensibilidad social, Kamen licencia sin costo o a bajo precio sus inventos a terceros, si le demuestran que son para ayudar a los pobres a mejorar su calidad de vida.

rpalmi@yahoo.com

 
 

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