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Recordando a la princesa de Mónaco...y de Hollywood
por Roberto Palmitesta  
martes, 19 diciembre 2007


    A falta de la princesa en carne y hueso, y deseosa de hacer sentir su presencia, el principado de Monaco optó por una fastuosa exposición sobre la vida, obra y reinado de la añorada Princesa Grace, que en 2007 cumpliría 78 años. El show fue organizado por el escritor, cineasta y animador Frederic Mitterand (sobrino del presidente socialista francés) en el espacioso Salón Grimaldi de Mónaco, donde se exhibe durante todo el verano numerosos recuerdos públicos y personales, tales como fotografías, clips de películas, videos de su vida familiar y ceremonias, vestidos, joyas y cartas de admiradores y pretendientes. 

   La muestra ha tenido una asistencia récord de pobladores  y turistas, y ya hay planes para montarla en París, Londres, Roma, Berlín, Madrid y  Nueva York. Los visitantes buscan recordar los tiempos de una actriz que hizo realidad su sueño de  llegar a ser parte de la realeza, como princesa de uno de los principados más pequeños, antiguos y exclusivos del mundo, después de una carrera corta pero distinguida en Hollywood, donde era considerada casi como una princesa por su alcurnia, belleza, elegancia y finos modales.

En Mónaco se fraguó su matrimonio

   Una de las fotos más vistas de la exposición es una donde Kelly está justo en el sitio donde se despeñó su auto, en una escena de la película de Hitchcock “Para atrapar el ladrón”, al lado de Cary Grant, filmada parcialmente en Mónaco y cuyo estreno en el festival de la vecina Cannes dio lugar a un encuentro decisivo para la vida de la actriz.  Allí Kelly fue presentada al solterón Rainiero Grimaldi, el monarca de Mónaco, quien quedó muy ‘flechado’ por la estrella en ascenso.  En ese momento, ella estaba saliendo con el actor francés Jean Pierre Aumont, uno de los tantos admiradores que quedaron prendados de sus encantos. Otro fue el mismo Hitchcock, director de tres de sus filmes, que confesaría luego un amor platónico con su intérprete preferida, que inauguró una hilera de actrices rubias en sus cintas.

Fascinación por maduros y casados

   A su vez, Kelly tenía una debilidad por los actores maduros que fungieron de galanes en sus filmes, y se rumora que tuvo romances con ellos desde que actuó al lado de Gary Cooper en “A la hora señalada”, un western que marcó su primer rol importante, después de trabajar en el teatro y ser una modelo publicitaria en Nueva York. Siguió otro romance con Clark Gable durante el rodaje de “Mogambo” en Africa, y luego otras aventuras con cincuentones como Ray Milland (“La llamada fatal”), Bing Crosby (“La provinciana”), Stewart Granger (“Fuego verde”, filmado en Colombia), William Holden (“Los puentes de Toko-Ri”), Cary Grant en “Para atrapar el ladrón”.  Alec Guinness (“El cisne”),  Frank Sinatra (“Alta Sociedad”). yJames Stewart (“La ventana indiscreta”) fueron  aparentemente los únicos que no cayeron en sus redes. No así el Shah de Irán, Reza Pahlevi, con quien salió varias veces en Nueva York, y quien le propuso convertirse en la reina de Irán, rol que luego le tocó a Farah Diba.

   Sobre su talento actoral, la crítica concuerda en que fue una actriz correcta pero no excepcional, siendo sus mejores papeles los que hizo en “La provinciana” (The country girl) que le valió un Oscar de la Academia, y en “El cisne”, donde actuó después de comprometerse con Rainiero y que –al interpretar a una reina — le sirvió de preparación para su futuro papel en Mónaco. Su reinado de 26 años fue lamentablemente truncado en el accidente que le costó la vida, en los tortuosos caminos costeros del principado, cuando manejaba ella misma el auto, y sufrió un ataque mientras hablaba con su hija menor Estefanía.  

Rainiero busca esposa

   Su último filme, “Alta sociedad”, fue terminada poco antes de viajar en barco a Mónaco para casarse, después de que el acaudalado padre de Grace le prometió a Rainiero –quien fuera a Filadelfia en 1955 para formalizar el noviazgo- una jugosa dote de dos millones de dólares, lo que alivió las atribuladas finanzas del principado. Ella tuvo que demostrarle incluso de que podía tener hijos, ya que a Rainiero se le obligaba a tener herederos al trono.

   Por su notoriedad como estrella de Hollywood, Grace contribuyó a atraer a muchos visitantes a Mónaco, por lo que Rainiero obtuvo mucho más de lo que esperaba: una bella consorte, madre de sus descendientes y –de ñapa-  un imán para turistas.  Se rumora que Grace tuvo romances aún después de casada, al igual que Rainiero, todo según diversas biografías no autorizadas, como las de las periodistas Jane Allen y Wendy Leigh, quienes revelaron también sus sonadas aventuras con los galanes cincuentones que tuvo.

Grace sigue siendo una mina

   Naturalmente, la exposición en Mónaco no muestra documentos sobre su vida sentimental, ya que la muestra estuvo autorizada por el mismo Príncipe Alberto, y éste sólo permitió fotos recatadas de la carrera de su madre y una única carta original de un pretendiente, la de Oleg Cassini, mejor conocido como “el modisto de Jackie Kennedy”, quien le confesó su amor y le propuso matrimonio en una breve nota en 1954. De todos modos Mitterand tampoco quiso ser escandaloso y revelar intimidades de la princesa, ya que era un proyecto familiar patrocinado por el principado, que le pagó jugosos honorarios por organizarla. Pero el Principado retuvo parte de los derechos de autor del libro que él ensambló con el material de la exposición y que se venderá como un lujoso souvenir para los millares de turistas que visitan Mónaco. Así, la bella Grace Kelly, luego su Alteza Serenísima Grace de Monaco, sigue generando ingresos al estado monegasco aún después de su deceso, ocurrido en un caluroso día de septiembre de 1982, fecha que se recuerda con esta oportuna y lujosa exposición después de un cuarto de siglo del luctuoso suceso.    

rpalmi@yahoo.com

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  Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA

 
 

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