A
falta de la princesa en carne y hueso, y deseosa de hacer
sentir su presencia, el principado de Monaco optó por una
fastuosa exposición sobre la vida, obra y reinado de la
añorada Princesa Grace, que en 2007 cumpliría 78 años. El
show fue organizado por el escritor, cineasta y animador
Frederic Mitterand (sobrino del presidente socialista
francés) en el espacioso Salón Grimaldi de Mónaco, donde
se exhibe durante todo el verano numerosos recuerdos
públicos y personales, tales como fotografías, clips de
películas, videos de su vida familiar y ceremonias,
vestidos, joyas y cartas de admiradores y pretendientes.
La muestra ha tenido una asistencia
récord de pobladores y turistas, y ya hay planes para
montarla en París, Londres, Roma, Berlín, Madrid y Nueva
York. Los visitantes buscan recordar los tiempos de una
actriz que hizo realidad su sueño de llegar a ser parte
de la realeza, como princesa de uno de los principados más
pequeños, antiguos y exclusivos del mundo, después de una
carrera corta pero distinguida en Hollywood, donde era
considerada casi como una princesa por su alcurnia,
belleza, elegancia y finos modales.
En Mónaco se fraguó su matrimonio
Una de las fotos más vistas de la
exposición es una donde Kelly está justo en el sitio donde
se despeñó su auto, en una escena de la película de
Hitchcock “Para atrapar el ladrón”, al lado de Cary Grant,
filmada parcialmente en Mónaco y cuyo estreno en el
festival de la vecina Cannes dio lugar a un encuentro
decisivo para la vida de la actriz. Allí Kelly fue
presentada al solterón Rainiero Grimaldi, el monarca de
Mónaco, quien quedó muy ‘flechado’ por la estrella en
ascenso. En ese momento, ella estaba saliendo con el
actor francés Jean Pierre Aumont, uno de los tantos
admiradores que quedaron prendados de sus encantos. Otro
fue el mismo Hitchcock, director de tres de sus filmes,
que confesaría luego un amor platónico con su intérprete
preferida, que inauguró una hilera de actrices rubias en
sus cintas.
Fascinación por maduros y casados
A su vez,
Kelly tenía una debilidad por los actores maduros que
fungieron de galanes en sus filmes, y se rumora que tuvo
romances con ellos desde que actuó al lado de Gary Cooper
en “A la hora señalada”, un western que marcó su primer
rol importante, después de trabajar en el teatro y ser una
modelo publicitaria en Nueva York. Siguió otro romance con
Clark Gable durante el rodaje de “Mogambo” en Africa, y
luego otras aventuras con cincuentones como Ray Milland
(“La llamada fatal”), Bing Crosby (“La provinciana”),
Stewart Granger (“Fuego verde”, filmado en Colombia),
William Holden (“Los puentes de Toko-Ri”), Cary Grant en
“Para atrapar el ladrón”. Alec Guinness (“El cisne”), Frank
Sinatra (“Alta Sociedad”). yJames Stewart (“La ventana
indiscreta”) fueron aparentemente los únicos que no
cayeron en sus redes. No así el Shah de Irán, Reza Pahlevi,
con quien salió varias veces en Nueva York, y quien le
propuso convertirse en la reina de Irán, rol que luego le
tocó a Farah Diba.
Sobre su talento actoral, la crítica
concuerda en que fue una actriz correcta pero no
excepcional, siendo sus mejores papeles los que hizo en
“La provinciana” (The country girl) que le valió un Oscar
de la Academia, y en “El cisne”, donde actuó después de
comprometerse con Rainiero y que –al interpretar a una
reina — le sirvió de preparación para su futuro papel en
Mónaco. Su reinado de 26 años fue lamentablemente truncado
en el accidente que le costó la vida, en los tortuosos
caminos costeros del principado, cuando manejaba ella
misma el auto, y sufrió un ataque mientras hablaba con su
hija menor Estefanía.
Rainiero busca esposa
Su último filme, “Alta sociedad”, fue
terminada poco antes de viajar en barco a Mónaco para
casarse, después de que el acaudalado padre de Grace le
prometió a Rainiero –quien fuera a Filadelfia en 1955 para
formalizar el noviazgo- una jugosa dote de dos millones de
dólares, lo que alivió las atribuladas finanzas del
principado. Ella tuvo que demostrarle incluso de que podía
tener hijos, ya que a Rainiero se le obligaba a tener
herederos al trono.
Por su notoriedad como estrella de
Hollywood, Grace contribuyó a atraer a muchos visitantes a
Mónaco, por lo que Rainiero obtuvo mucho más de lo que
esperaba: una bella consorte, madre de sus descendientes y
–de ñapa- un imán para turistas. Se rumora que Grace
tuvo romances aún después de casada, al igual que Rainiero,
todo según diversas biografías no autorizadas, como las de
las periodistas Jane Allen y Wendy Leigh, quienes
revelaron también sus sonadas aventuras con los galanes
cincuentones que tuvo.
Grace sigue siendo una mina
Naturalmente, la exposición en Mónaco
no muestra documentos sobre su vida sentimental, ya que la
muestra estuvo autorizada por el mismo Príncipe Alberto, y
éste sólo permitió fotos recatadas de la carrera de su
madre y una única carta original de un pretendiente, la de
Oleg Cassini, mejor conocido como “el modisto de Jackie
Kennedy”, quien le confesó su amor y le propuso matrimonio
en una breve nota en 1954. De todos modos Mitterand
tampoco quiso ser escandaloso y revelar intimidades de la
princesa, ya que era un proyecto familiar patrocinado por
el principado, que le pagó jugosos honorarios por
organizarla. Pero el Principado retuvo parte de los
derechos de autor del libro que él ensambló con el
material de la exposición y que se venderá como un lujoso
souvenir para los millares de turistas que visitan Mónaco.
Así, la bella Grace Kelly, luego su Alteza Serenísima
Grace de Monaco, sigue generando ingresos al estado
monegasco aún después de su deceso, ocurrido en un
caluroso día de septiembre de 1982, fecha que se recuerda
con esta oportuna y lujosa exposición después de un cuarto
de siglo del luctuoso suceso.
rpalmi@yahoo.com
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Artículo publicado originalmente en el semanario
ZETA |