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La clonación humana de nuevo en el tapete
por Roberto Palmitesta  
martes, 11 diciembre 2007


No hay duda que la técnica de la clonación está experimentado un decisivo empuje en la última década, desde que el científico escocés Ian Wilmut clonó una oveja -conocida como Dolly-, en un suceso que revolucionó el campo de la genética reproductiva. También hace diez años nació en un laboratorio de Oregon una monita Rhesus llamada Tetra, en un complejo experimento a cargo del biólogo Don Wolf, con una técnica similar a la usada por Wilmut, siendo la primera vez que se lograba un clon de un mamífero tan cercano al ser humano.

La técnica usada en el caso del primate no estuvo exento de dificultades, a pesar de que existía el precedente de Dolly y ya se han clonado ratones, gatos, conejos, chivos, cerdos y vacas. En 2004, el mundo científico fue sorprendido por el anuncio de la clonación de un embrión humano, hecha por el científico coreano Woo Suk Hwang, pero luego se comprobó que era un caso fraudulento ya que se había falsificado datos, provocando el desprestigio de Hwang y de su universidad.

Progreso en la obtención de células madre

Hace unas semanas, en el mismo laboratorio de Oregon donde se clonó a Tetra, el biólogo de origen ruso Shoukhrat Mitalipov anunció que había combinado células de la piel de monos Rhesus adultos con óvulos no fertilizados para producir células madre, una técnica conocida como “transferencia nuclear”. En otras palabras, se ha logrado clonar células madre, algo que no se había hecho hasta ahora, ya que éstas se habían extraído sólo de cordones umbilicales, de embriones generados artificialmente o de fetos abortados, a veces generando controversias ético-religiosas.

El próximo paso era, obviamente, investigar si la técnica de Mitalipov en la obtención de células madre humanas. Ya dos universidades estaban trabajando en eso en forma independiente y a mediados de noviembre se anunció la obtención de células madre a partir de tejido de piel humana, un resultado que ha emocionado a la comunidad científica, ya que deja de depender de embriones humanos. Los investigadores Shinya Yamanaka y James Thomson fueron los líderes de sus respectivos equipos en las universidades de Kyoto y Wisconsin, quienes publicaron sendos trabajos en las revistas Cell y Science, causando un gran revuelo dentro de la comunidad científica por sus implicaciones en la medicina genética.

Vigoroso empuje a la genética

Al conocer el trascendente hallazgo, el presidente George W. Bush mostró su complacencia, ofreciendo fondos federales para continuar las investigaciones en ese campo, un franco viraje de su posición anterior, apoyada por grupos conservadores que objetaban el uso de embriones por razones religiosas. Obviamente, las universidades públicas y laboratorios estadounidenses están de plácemes con este desarrollo, y lo mismo sucede en institutos de I&D de los 50 países donde hay restricciones legales a la investigación que requiere el uso de embriones.

La nueva técnica está llena de promesas ya que las células madre podrían usarse para curar varias enfermedades degenerativas, especialmente males de Parkinson y Alzheimer y la esclerosis múltiple, así como la fibrosis cística y algunos tipos de cáncer y diabetes, donde las células enfermas son reemplazadas por las sanas. La importancia de los hallazgos de Mitalipov, Yamanaka y Thomson se hace evidente cuando –en círculos científicos- se les menciona como candidatos al premio Nobel de Medicina y Fisiología para el año que viene.

¿Próximamente: clonación humana ?

El progreso logrado en el uso de la clonación para replicar células madre hará que algunos investigadores se dirigirán hacia el campo de la clonación humana, todavía un área muy controvertida por sus obvias repercusiones ético-religiosas. Pero las dificultades experimentadas en estas investigaciones demuestran también que la ciencia todavía está muy lejos de lograr la clonación de un ser humano, en vista de la bajísima tasa de éxito en la clonación de mamíferos y los múltiples defectos genéticos que siempre acompaña estos experimentos, algo que sería crucial en el caso de humanos, a diferencia de los animales.

Sin embargo, a pesar de las dificultades, seguirá habiendo mucha actividad en la clonación de tejidos y órganos humanos, y eventualmente la de seres completos, y el prestigio de lograr un clon humano es un aliciente demasiado fuerte como para inhibir a los científicos, obviando cualquier escrúpulo de índole moralista, o incluso restricciones legales. Así que algún día lejano podríamos ver situaciones similares a las parodiadas en la comedia con Michael Keaton, “Multiplicidad”, o las dramatizadas en la famosa telenovela brasileña “El clon”, que -de paso- sigue reponiéndose en la tv por cable -aún a varios lustros de su estreno- gracias al interés que existe en esa revolucionaria técnica de duplicación de seres humanos, algo que le quitaría un papel clave a la naturaleza… o a un dios todopoderoso.

rpalmi@yahoo.com

 
 

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