No
hay duda que la técnica de la clonación está experimentado
un decisivo empuje en la última década, desde que el
científico escocés Ian Wilmut clonó una oveja -conocida
como Dolly-, en un suceso que revolucionó el campo de la
genética reproductiva. También hace diez años nació en un
laboratorio de Oregon una monita Rhesus llamada Tetra, en
un complejo experimento a cargo del biólogo Don Wolf, con
una técnica similar a la usada por Wilmut, siendo la
primera vez que se lograba un clon de un mamífero tan
cercano al ser humano.
La técnica usada en el caso
del primate no estuvo exento de dificultades, a pesar de
que existía el precedente de Dolly y ya se han clonado
ratones, gatos, conejos, chivos, cerdos y vacas. En 2004,
el mundo científico fue sorprendido por el anuncio de la
clonación de un embrión humano, hecha por el científico
coreano Woo Suk Hwang, pero luego se comprobó que era un
caso fraudulento ya que se había falsificado datos,
provocando el desprestigio de Hwang y de su universidad.
Progreso en la obtención de
células madre
Hace unas semanas, en el mismo
laboratorio de Oregon donde se clonó a Tetra, el biólogo
de origen ruso Shoukhrat Mitalipov anunció que había
combinado células de la piel de monos Rhesus adultos con
óvulos no fertilizados para producir células madre, una
técnica conocida como “transferencia nuclear”. En otras
palabras, se ha logrado clonar células madre, algo que no
se había hecho hasta ahora, ya que éstas se habían
extraído sólo de cordones umbilicales, de embriones
generados artificialmente o de fetos abortados, a veces
generando controversias ético-religiosas.
El próximo paso era,
obviamente, investigar si la técnica de Mitalipov en la
obtención de células madre humanas. Ya dos universidades
estaban trabajando en eso en forma independiente y a
mediados de noviembre se anunció la obtención de células
madre a partir de tejido de piel humana, un resultado que
ha emocionado a la comunidad científica, ya que deja de
depender de embriones humanos. Los investigadores Shinya
Yamanaka y James Thomson fueron los líderes de sus
respectivos equipos en las universidades de Kyoto y
Wisconsin, quienes publicaron sendos trabajos en las
revistas Cell y Science, causando un gran revuelo dentro
de la comunidad científica por sus implicaciones en la
medicina genética.
Vigoroso empuje a la genética
Al conocer el trascendente
hallazgo, el presidente George W. Bush mostró su
complacencia, ofreciendo fondos federales para continuar
las investigaciones en ese campo, un franco viraje de su
posición anterior, apoyada por grupos conservadores que
objetaban el uso de embriones por razones religiosas.
Obviamente, las universidades públicas y laboratorios
estadounidenses están de plácemes con este desarrollo, y
lo mismo sucede en institutos de I&D de los 50 países
donde hay restricciones legales a la investigación que
requiere el uso de embriones.
La nueva técnica está llena de
promesas ya que las células madre podrían usarse para
curar varias enfermedades degenerativas, especialmente
males de Parkinson y Alzheimer y la esclerosis múltiple,
así como la fibrosis cística y algunos tipos de cáncer y
diabetes, donde las células enfermas son reemplazadas por
las sanas. La importancia de los hallazgos de Mitalipov,
Yamanaka y Thomson se hace evidente cuando –en círculos
científicos- se les menciona como candidatos al premio
Nobel de Medicina y Fisiología para el año que viene.
¿Próximamente: clonación humana ?
El progreso logrado en el uso
de la clonación para replicar células madre hará que
algunos investigadores se dirigirán hacia el campo de la
clonación humana, todavía un área muy controvertida por
sus obvias repercusiones ético-religiosas. Pero las
dificultades experimentadas en estas investigaciones
demuestran también que la ciencia todavía está muy lejos
de lograr la clonación de un ser humano, en vista de la
bajísima tasa de éxito en la clonación de mamíferos y los
múltiples defectos genéticos que siempre acompaña estos
experimentos, algo que sería crucial en el caso de
humanos, a diferencia de los animales.
Sin embargo, a pesar de las
dificultades, seguirá habiendo mucha actividad en la
clonación de tejidos y órganos humanos, y eventualmente la
de seres completos, y el prestigio de lograr un clon
humano es un aliciente demasiado fuerte como para inhibir
a los científicos, obviando cualquier escrúpulo de índole
moralista, o incluso restricciones legales. Así que algún
día lejano podríamos ver situaciones similares a las
parodiadas en la comedia con Michael Keaton,
“Multiplicidad”, o las dramatizadas en la famosa
telenovela brasileña “El clon”, que -de paso- sigue
reponiéndose en la tv por cable -aún a varios lustros de
su estreno- gracias al interés que existe en esa
revolucionaria técnica de duplicación de seres humanos,
algo que le quitaría un papel clave a la naturaleza… o a
un dios todopoderoso.
rpalmi@yahoo.com