Desde
hace más de medio siglo, los científicos están de acuerdo
en que la Tierra está en riesgo de ser golpeada algún dia
por un asteroide, que podría no sólo acabar con muchas
especies en el planeta, sino desviar al mismo de su
órbita, exponiéndolo a cambios climáticos catastróficos.
Todo depende del tamaño del asteroide, del ángulo con que
impactaría la Tierra y del sitio del impacto.
No se trata de una simple
teoría, pues tenemos la experiencia –con pruebas
generalmente aceptadas-- de que hace unos 65 millones de
años un asteroide de un kilómetro de diámetro impactó en
la península de Yucatán y levantó una enorme polvareda y
oscuridad que duró por años, acabando con la mayor parte
de la vegetación, necesaria para la supervivencia de los
gigantescos dinosaurios. La especie humana no existía
entonces, sino sólo unos pequeños mamíferos de los cuales
evolucionamos, pero afortunadamente el hombre tiene ahora
incluso el potencial de defenderse gracias a los avances
tecnológicos.
Un Sistema Solar lleno de
asteroides
Las probabilidades de que una
catástrofe similar volviera a suceder son muy bajas pero
no despreciables, ahora que se conoce que el cinturón de
asteroides contiene al menos unos 90 mil objetos de
distinto tamaño y forma –quizás producto de la
desintegración de un planeta entre Marte y Júpiter--
algunos con centenares de kilómetros de largo (Ceres, el
mayor, tiene 950 km de diámetro, la cuarta parte del de la
Luna). Las dos lunas de Marte, Fobos y Deimos, son
probablemente asteroides capturados por ese planeta, y la
altísima gravedad de Júpiter hace que algunos asteroides
se salgan del cinturón y vaguen por el Sistema Solar a
latas velocidades. Los planetas rocosos, incluyendo la
Tierra, tienen todos marcas visibles de los impactos de
asteroides, cometas y meteoritos en el pasado,
especialmente los que no tienen atmósfera como Mercurio,
Marte y la misma Luna, cuyos cráteres podemos ver
fácilmente, así que no necesitamos buscar pruebas
concretas de la ocurrencia de las colisiones en el pasado,
cuando los asteroides eran más numerosos.
Se sabe que algunos asteroides
pasaron cerca de la Tierra en el pasado, y decenas de
ellos deben haber impactado al planeta en sus 4,5
millardos de años de existencia, influyendo tanto la
geología como en la evolución de seres biológicos. Aquí no
se ven los cráteres debido a la erosión causada por las
lluvias y vientos, pero alguna cicatrices son todavía
visibles en varias partes secas del mundo, como el sur de
EE.UU.y Australia. El mejor estimado actual, de acuerdo
con los astrónomos de la NASA, es que hay al menos unos 20
mil cuerpos errantes –entre asteroides y cometas- con un
potencial destructivo, que podrían golpear a nuestro
planeta y destruirlo o acabar con la vida como la
conocemos.
Conferencia de Defensa
Planetaria
Esto no es simple especulación
de aficionados o teóricos, sino que aparece en un informe
muy bien documentado de la NASA, único organismo que tiene
un plan concreto para destruirlos o desviar a los más
peligrosos pero -aunque sea difícil de creer- no tiene los
fondos necesarios para detectarlos e implementar un plan
de defensa. ¿Cuánto necesita? Apenas un millardo de
dólares para empezar, o sea cerca de lo que se gasta en la
guerra de Irak en apenas tres días.
En la Conferencia de Defensa
Planetaria que tuvo lugar hace poco en Washington –con
asistencia de expertos de varios países avanzados-- se
presentó dicho informe, donde se concluye que la NASA
necesitaría unos 1,1 millardos de dólares para financiar
el programa, que involucra la puesta en órbita de un gran
telescopio espacial de tipo infrarrojo, que detectaría más
fácilmente a los asteroides peligrosos. Luego haría falta
un conjunto de cohetes y un arsenal de bombas nucleares
apropiadas para destruirlos o desviarlos, tal como ya ha
sido visualizado toscamente en algunas películas de
Hollywood.
Ciertamente, no es tan
sencillo como en esos filmes, pero el plan básico es
dispararles con cohetes o colocar en ellos poderosas
bombas para fragmentarlos o desviarlos. Llegar al
asteroide no sería un gran problema con la tecnología
actual, y ya se hizo algo similar hace unos años, cuando
la NASA impactó en febrero del 2001 al asteroide Eros con
la sonda NEAR, después de estudiarlo por un año. También
se aproximó al cometa Hyakutake y al asteroide
253-Matilde, enviando asombrosas fotos de esos cuerpos,
así que no se trata de ciencia ficción. Anteriormente, la
sonda Galileo, en camino a Júpiter, pasó cerca de los
asteroides números 951 y 243, y la misión Stardust regresó
a la Tierra en enero del 2006 una sonda con polvo del
cometa. Pero la NASA canceló –por falta de fondos-- la
misión Dawn, que hubiera salido en 2006 para estudiar los
dos asteroides mas grandes Ceres y Vesta en algunos años.
Sustos del pasado
La Tierra ya tuvo algunos
sustos antes, aunque ninguno se acercó suficientemente al
planeta, pero en 2004 se alertó que el asteroide 99942
–bautizado como Apofis-- podría impactar a la Tierra antes
del 2036, con probabilidades de uno en 45 mil, que no se
considera tan despreciable en términos astronómicos. Si
Apofis –un bólido de unos 300 metros de diámetro- llegara
a impactar algún continente, causaría una devastación
similar a la que hubo hace 65 millones de años, con la
posible extinción de muchas formas de vida, y aún si
cayera en un océano, causaría un tsunami de grandes
proporciones que inundaría las costas de varios
continentes.
Hay miles de asteroides
vagando por el sistema solar, algunos aún más grandes que
Apofis, y muchos de los cuales podrían terminar con la
vida en nuestro planeta o llevarnos a una órbita más
cercana al Sol, con lo que el actual calentamiento global
palidecería en comparación, al subir la temperatura
planetaria unas decenas de grados. En este momento, un
telescopio en Italia es el único otro aparato que vigila
continuamente el cielo en busca de asteroides peligrosos,
pero sólo EEUU tiene un plan concreto para evitar un
choque catastrófico.
Sin embargo, los congresistas
no le aprueban los fondos, ya que – con su típica miopía-
hay proyectos más apremiantes que, naturalmente, dan
mayores dividendos políticos a corto plazo. De la
Conferencia de Defensa Planetaria se sugirió pedir a algún
país o ente filantrópico el millardo de dólares que
requiere la NASA para financiar su ambicioso programa, que
nos salvaría a todos en caso de que tengamos la mala
suerte de estar en la mira de algún asteroide.
rpalmi@yahoo.com