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Escenas del abuso
por Lucy Gómez  
sábado, 24 enero 2009


En el marco de la discusión sobre lo que generalmente se llaman derechos democráticos, les cuento brevemente escenas de mi día a día que creo útiles referir. Saludé a una vecina a quién conozco porque su perrita es mi amiga, saliendo temprano de la casa. Acaricié al animalito, mientras la dueña me preguntaba para donde iba, ese 23 de enero, de marchas y convocatorias. No había terminado de explicarle mi día, cuando ella me explicó amargamente el suyo.

“Ahora, bajo a dar una vuelta a la perra y luego subo a cambiarme y ponerme el disfraz rojo, para que me pasen lista en la Plaza Morelos , que es adonde nos convocaron. Tu sabes, pasan lista a las ocho y media y a las dos de la tarde, y el que no esté, el lunes la agarran con él. Menos mal que yo estoy por jubilarme porque no puedo mas. Nos llevan y nos traen para sus cosas y uno no sabe cuando termina aquello, además hay que esperar a que llegue Chávez, que llega cuando le da la gana. Yo desde la noche antes, de cada uno de esos actos que son ahora casi todas las semanas no me hallo, estoy incómoda, me duele la cabeza. Además me da rabia que hagan con nosotros lo que les da la gana”. Llegó el ascensor. Nos dijimos mutuamente que nos cuidáramos y tomé un taxi. Pasé por delante del Ateneo y efectivamente, allí estaban los trabajadores de las oficinas públicas, vestidos de rojo con sus monitores caminando hacia la pequeña plaza. . A lo largo de la salida de la Plaza Morelos a la avenida Libertador, se alineaban, como siempre, los autobuses que venían con otros manifestantes que venían desde el interior, de Carabobo, Valencia, Lara, entre otros.

Otra escena. Un compañera me cuenta que tiene que pedir un préstamo del Banco de la Mujer para su negocio. “ Cada vez que voy a solicitarlo y veo que está escrito en la pared, que hay que decir sí a la enmienda, me devuelvo, porque no se lo que me van a pedir. Pero necesito el dinero.¿ Y si me piden que vote por Chávez?” Tuvimos una conversación sobre aquello, para persuadirla que no le están regalando nada, que el dinero que está en el Banco de la Mujer es suyo, que no le debe nada a Chávez ni a su gente , sino a su trabajo y que pueden hacerla firmar lo que sea, pero que bajo coacción ningún compromiso vale. Que después puede votar por lo que sea o hacer lo que le de la gana.

La semana que pasó, a los caraqueños de a pie, los amenazaron las bandas armadas del gobierno. Atropellaron a los trabajadores del Ateneo, a los del Museo de Ciencias y a los peatones , para quiénes el Ateneo no es solamente un sitio de promoción de cultura, de actos políticos, sino un sitio de paso constante, con una librería , con buhoneros que rodean la zona, cerca de edificios públicos como la Defensoría del Pueblo y dependencias del ministerio de la Cultura , así como sitio de vecindad de los Caobos y la Candelaria , parada de carritos y autobuses.

A todos ellos, a mis vecinos, a mis compañeros de las redacciones de todo el país, destino visible de todas las amenazas y todos los insultos, de los dirigentes hoy en el poder, tengo que decirles que no hay manera de hacer desaparecer las amenazas, la violación de nuestros derechos, el abuso de posiciones de poder, la acción de los grupos de choque mercenarios del Presidente, bajando la cabeza. Que no hay manera , aunque te obliguen a firmar apoyos y a contribuir con la campaña por una reelección indefinida, de que puedan controlarnos el voto y la protesta. Que a los mercenarios les pagan para intimidarnos y estigmatizarnos, pero que son gente que gozan no solamente cobrando sus servicios sino viendo el terror en nuestras caras.

Enfrentando el odio, la violencia y el continuismo en cada minuto, es la única forma en que nos respetarán. Hay que persistir en hacer costoso cada enfrentamiento, para conseguir que se borre la sonrisa de complacencia del rostro de los abusadores y violadores de nuestros derechos.

lucgomnt@yahoo.es

 
 

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