Ya
ustedes saben que en Venezuela, el imperialismo paga las
conciencias de casi todo el mundo. Y si no, lean un
resumen de sus últimas actuaciones en territorio nacional.
Hubo un paro protagonizado por
quinientos choferes de taxi y camioneticas que bloqueó
sitios estratégicos de la ciudad de Caracas, bajo el
pretexto de que sus protagonistas estaban asistiendo al
entierro de un compañero y no podían estar rodando por su
ruta habitual. Así todo el este de la ciudad, un día a las
8 de la mañana, caminó sin descanso para llegar a su
trabajo. Los mismos choferes dijeron después, que ellos
sabían que lo que estaban haciendo era un paro, pero
querían era que el gobierno los atendiera. Es decir, que
sabiendo que lo que estaban haciendo era un acto político
que favorece a la contrarevolución, se prestaron a la
trampa del imperialismo.
Otro caso fue la toma de la
catedral caraqueña por grupos dirigidos por la comandante
Lina Ron, el mismo día en que el presidente Chávez tenía
un compromiso mediático de gran envergadura, como era el
recibimiento de rehenes de las FARC. Ahí estuvo clarísimo,
porque además lo dijo el comandante, que lo que estaban
haciendo estos grupos de choque , era contribuir con el
imperialismo, y como dicen los mismos gringos: No hay
almuerzos gratis.
También se registró que un
grupo de jóvenes de la universidad Bolivariana del
Táchira, fueron enviados a hacer tareas revolucionarias,
en vez de hacer turismo. Es decir, que los montaron en
unos buses supuestamente a hacer unas tareas vacacionales
y los pusieron a rellenar los mítines de los líderes del
PSUV. Se dieron a denunciar aquello, que como era posible
que el 30% de la nota del semestre en la universidad
fueran las asistencias a mítines con franela roja.
Hicieron un “llamado” a todos los estudiantes de la
Bolivariana en todo el país, porque ellos y que son
“libres”. Para colmo, fueron a Globovisión. Detalle clave.
Creo que les quedó muy claro después que volvieron a la
universidad, que todo el mundo sabía que era un grupo que
recibía por los dos lados: se fingían bolivarianos y les
pagaban los Estados Unidos.
No conformes con haber sido
descubiertos, reaccionaron muy mal y dijeron de nuevo en
la TV que los habían escupido, zarandeado y amenazado por
denunciar. Para mí, ya están enterrados hasta los hombros.
Ya se sabe hasta cual es el número que tienen en la nómina
de la embajada norteamericana. Todo el mundo rojo les dice
traidores.
Pero uno de los ejemplos más
sólidos de esta situación es la de los periodistas
escuálidos. Esta misma semana hay tres ejemplos: la
denuncia del candidato a la gobernación por el PSUV, Mario
Silva, de que lo tienen bloqueado los medios del imperio y
sus delegados en la tierra, los periodistas, porque, o no
reseñan sus mítines, o dicen que a sus actos asisten 4
gatos de franela roja, y lo que es peor, fotografían a los
4 gatos. Aún sabiendo que Silva se defiende solo en La
Hojilla y que la queja es por no dejar, porque su
programa, con que lo vea el Comandante Chávez basta, no
deja de hacer pensar en la coincidencia mediática y
conspiradora mas significativa y grave de todo esto: ¿como
es que los fotógrafos del escualidismo y los que no
asistieron al mitin de Silva se pusieron de acuerdo?
¿Cuanto habrá costado eso?.
Segundo ejemplo. Todos los
periódicos del país, convinieron con una agencia rusa,
Interfax, para darle relieve a una noticia que el
comandante Chávez desmintió: que iba a poner unas bases
rusas en este país. Hay que ver el andamiaje que se
necesita para sincronizar a toda la prensa escrita y de
Internet de Venezuela con Interfax, pero el imperialismo
lo puede todo. Ese es un ejemplo de subvención y
subversión internacional: como cuando en París, Armenia y
Caracas se pusieron a bailar y a cantar en el día de
Colombia, acto que le sirvió a otro prohombre del imperio,
el Presidente Uribe, para hacerse ver y desdorar a las
FARC. Otra cadena de superpagos.
Bueno y dónde iba. En vista de
todo eso y de que esta columna y otras que he escrito
contribuyen a poner de bulto una situación de deuda del
imperialismo con toneladas de periodistas y de gente común
en Venezuela, que la estamos pasando negras con la
inflación de 15% en el primer trimestre, la escasez de
productos de primera necesidad, la dificultad de comprar
nada por Internet y el fastidio y el hueco en el bolsillo
que es buscar un pasaporte y un pasaje de avión, cada vez
más caro, ¿Que tenemos que hacer?
Cobrarle al imperialismo.
Porque si está claro que todos nosotros estamos
colaborando con el imperio (Yo lo he hecho algunas veces,
lo confieso). ¿Que más que cobrar esa deuda ya?. En mi
oficina, hay quien dice que la embajada norteamericana ya
le está debiendo un cerro de cesta tickets. Y yo, creo que
es mejor dirigirse directamente al dueño del circo y
gritar con la masa: ¡Bush,deposita¡
lucgomnt@yahoo.es