Esta
campaña electoral nos encuentra entre dos desiertos: el de
los ofrecimientos de la oposición que anuncia que se unirá
alguna vez y luego se encargará de impedir que el
Presidente deje de convertirnos poco a poco en una Cuba 2,
en horario estelar, terminando de estatizar todo lo
estatizable y de regalar todo lo regalable y el de los
candidatos del chavismo, que no se ocupan de nada
sospechoso de no gustarle al líder del proceso y además
tienen como segunda opción tirarse a matar entre ellos
mismos.
Así pues, rodeado de
políticos, unos autistas y otros psicóticos por lo
autoagresivos, el pueblo venezolano examina con extrañeza
y casi con miedo a sus candidatos, que son bien extraños.
Por ejemplo en Caracas, tenemos a un candidato a alcalde,
del partido de gobierno, expulsado del PSUV, que fue
electo parlamentario con una de las votaciones más bajas
de las elecciones de la quinta república y que en vez de
lanzarse por el Táchira, se lanzó por Caracas, donde viven
y hacen olas los botados de PDVSA, de los ministerios
diversos, de las estructuras docentes, a causa de una
lista , llamada Lista Tascón, que el personaje
confeccionó, mediante la cual marcaron con una señal roja
a decenas de miles de trabajadores de la capital, que por
supuesto, no lo pueden ni ver. Pero el tipo, r que r,
sigue hablando de que va a arreglar la ciudad, de la cual
se siente ciudadano, porque se monta en camionetica, etc.,
etc.
El otro, es el alcalde
vigente, Freddy Bernal, quién pasó los primeros seis años
del gobierno de Chávez, hablando de política municipal y
que con los alcaldes del medio oriente. Nunca se ocupó de
limpiar las calles ni siquiera las aceras de la plaza
Bolívar que tenía enfrente de su despacho. En las calles
de su municipio no hay luz, sino malos olores y
malvivientes y él, según una entrevista que le dio a un
compañero del chavismo, a quién ahora demanda, no se metió
a arreglar nada, porque cuando quiso sacar a los buhoneros
de las aceras, el asunto no le gustó al presidente Chávez
y lo dejó así.
Bueno, yo no he visto que el
Presidente le hubieses agarrado las manos a nadie para que
no barra las calles. Bernal ha sido un desastre antes y
ahora, no le ha interesado Caracas jamás. Parece mas bien
que la odia.
La oposición lanza, por
ejemplo a Leopoldo López, que no nos habla sino de su
gestión en Chacao y exhibe su encantadora personalidad. Me
imagino que está demasiado ocupado en dejar atrás los
impedimentos legales que ahora parecieran impedirle
competir, pero no se le siente sino como protagonista de
un monólogo sobre lo bien que lo hizo y no sobre lo que
puede hacer, exhibiendo una confianza ilimitada en las
encuestas que lo dan como el candidato de mayor puntaje a
la Alcaldía Mayor. Los esfuerzos están en la simpatía y en
el cartel y nada más.
Stalin González, de 100 % Estudiantes, se lanza con cero
experiencia, excepto en el movimiento estudiantil.
Las consignas; las mismas,
imaginación inexistente. Inclusive Carlos Ocariz, que
pareciera tener un trabajo en Petare, tiene como eslogan
"El Cambio". Se retratan con viejitas, con niñitos,
sonríen abobados. No oímos sino referencias a un país que
puede ser España o Suecia, como si enfrentarse a las
mafias que manejan la droga, acabar con la violencia en
los barrios como el 23, capitaneadas por bandas
autodenominadas chavistas, garantizar la limpieza y la
vida ciudadana , fueran asuntos a arreglar con una
pasadita de coleto.
Me disculpan, pero ni a los
ocho candidatos a la alcaldía de Libertador, ni a los
cinco de Chacao , ni a los 6 de Sucre, ni a los 17 ( sí,
diecisiete) de El Hatillo, municipios que todos forman
Caracas, se les ve otra dimensión política, sino la
participación en unas elecciones de una ciudad de papel,
que no la violenta que conocemos, la de los cien
asesinatos mensuales, la de las mafias de la droga,
aquella en la que los padres tienen que salir a la calle
para defender que no le impongan a sus hijos un curriculum
ideologizado, la de los choferes que trancan las calles
cada semana porque los matan sin defensa , la del colapso
de las vías cuando cae el primer aguacero porque nadie
limpia las alcantarillas. Y eso, señores, requiere alguien
experto en estas cosas, que elabore planes coherentes, y
que los pelee en la calle, al lado de la gente. No a
proyectos de líderes que sólo quieren hacer carrera para
presidentes teniendo en su curriculum ser alcalde de
Caracas.
Contados son los que quieren a
la ciudad. Mas contados los que la patean y aún menos los
que son capaces de defenderla centímetro a centímetro,
como han hecho los maestros y los padres con el tema del
curriculum, como han hecho las mujeres de los presos con
el problema de los beneficios procesales, esté yo a favor
o en contra de la decisión del TSJ, como se han enfrentado
los productores a la expropiación de sus fincas en Lara.
Mientras no haya alcaldes de esos, que sean capaces de
hacer de Caracas otra Curitiba u otra Barcelona (la de
España), seguiré viendo a estos candidatos como personajes
de un escenario desértico, sin ideas y sin empuje, el de
la políticos venezolanos que intentan gobernar nuestras
ciudades los próximos años.
lucgomnt@yahoo.es