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Políticos, mentiras y RCTV
por Lucy Gómez  
sábado, 24 mayo 2008


El aniversario del cierre de RCTV muestra como la vinculación de algunos políticos jóvenes a los problemas de los venezolanos, resultó en la formación de un grupo exitoso de influencia, reconocido internacionalmente, que al acompañar al pueblo llano en su duelo por el cierre de un medio de comunicación, tomó la vanguardia en ese momento, sin otro instrumento sino sus oídos y corazones. Tal vez por ser muy jóvenes, los líderes de 100% estudiantes pudieron comprender por algunos meses su verdadero rol.

Luego, esa ganancia se adjuntó a la campaña contra la reforma constitucional.

Traigo el ejemplo a colación, no solamente porque se cumple un año de la desaparición de la señal abierta de RCTV por un acto de censura del gobierno de Hugo Chávez, sino porque estamos rodeados de políticos, que entienden su trabajo a la vieja manera: lo ancho pa' mí y lo angosto pa' ti.

Uno tiene que disculparles que no se ocupen del alza del costo de la vida, ni de las muertes de los choferes de plaza, ni de los robos constantes, ni del deterioro de los servicios públicos, es decir, que Caracas está cochina, porque uno "tiene que darles otra un voto de confianza" y votar primero por ellos, para que ellos después se ocupen de uno. Ya me han caído encima varios con el tema de que el rechazo a la política fue lo que trajo a Chávez, que esos polvos trajeron esos lodos, que hay que ir a votar, que el abstencionismo, etc . etc.

Que se divide al electorado cuando uno le recuerda a la gente cuyo oficio es conducir al país a la prosperidad, a la dignidad y al crecimiento, que su trabajo es ocuparse del pueblo y no a ver a quién le meten la zancadilla para quedar de diputado, alcalde o etc, etc.

Yo sostengo que no porque se opte a un cargo público, se tiene forzosamente que ir por ahí metiéndole cuchillos a todo el mundo, como Hillary Clinton con Barack Obama o Emilio Graterón con Liliana Hernández y viceversa, perdonando las distancias.

Y que definitivamente cada vez que veo la cuña del autobús, o "mis" dirigentes me hablan como si estuviésemos en Suiza y hubiese que ocuparse en Venezuela solamente de la reglamentación del tránsito automotor , me entran ganas de caerles a trancazos. El gobierno está metido en tremendo zaperoco internacional por apología y complicidad con el terrorismo, los hospitales se están cayendo, en las maternidades se mueren los recién nacidos de mengua y aquí sacándole punta al mismo lápiz. Y eso con las nuevas figuras de la política que no salen de pedir el cambio, besar viejitas y limpiar (figurativamente, claro), las calles. Las viejas figuras de la política dan ganas de salir corriendo porque parecen unos fantasmas, siempre repitiendo lo mismo, como si estuvieran en 1970.

No hablemos de los chavistas que están presintiendo su catástrofe y se pelean centímetro a centímetro todos los sitios donde presienten que hay dinero: léase alcaldías, concejos municipales y puestos aunque sean de portero.

Imagino que pasará tiempo antes de que se me quite la impresión que me dio al saber que 33 militantes del PSUV, la mayoría de ellos unos desocupados que quieren hacerle perder el tiempo a los demás, han inscrito sus candidaturas a la gobernación de Carabobo. ¿Que falta de respeto es esa? Con los electores, digo, que con el presidente Chávez, ya se arreglarán en público o en privado. ¿ No les da pena gastar el dinero, el tiempo y la paciencia de todo el mundo con semejante mascarada ? No, son vivos criollos y como eso se explica todo. Hay que ser candidato, aunque sea para que le digan a uno ex candidato. Y fastidiar al CNE, al canal 8, gastar dinero en tarjetones con los retratos de ustedes, etc.

Así las cosas, mejor hablo de otro tema porque voy a terminar recomendándoles algo que parece imposible, y es que sientan con este pobre pueblo venezolano alguna vez, aunque sea por un día. Péguensele atrás a alguien que salga de su casa a las cuatro de la mañana de Guarenas para llegar a las 8 am a trabajar a Caracas y síganlo a lo largo del día, cálense todas sus colas interminables, el contar moneda a moneda a ver cuanto queda para almorzar, hasta cuando sale corriendo por una calle para llegar a un sitio iluminado, porque cree que ya lo van a robar. No es tan imposible. Quizá si alguno de ustedes sigue mi receta, puede pasar de tener 15 minutos de fama a ganarse un puesto en la historia de quiénes han intentado que Venezuela se convierta en una gran nación.

lucgomnt@yahoo.es

 
 

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