Los
titulares de los periódicos de la última semana, describen
muy bien “como es todo” en el mecanismo de postulación de
candidatos del partido de gobierno a las elecciones
regionales de noviembre: 35 aspirantes a la alcaldía de
Guaicaipuro, 16 en Los Salias. En Vargas 23 optan por la
gobernación y 34 por la alcaldía. 50 quieren ser alcaldes
de Guatire, hay 165 candidatos a serlo de los distintos
pueblos de los Valles del Tuy. En Valencia hay 33
aspirantes a la gobernación y 411 en total a las alcaldías
del estado, entre ellos 52 para Valencia y 36 para
Naguanagua. Y así en todo el país.
Por otra parte, hay aspirantes
a las gobernaciones como Luis Felipe Acosta Carles, Juan
Barreto, Argenis Chávez y Julio César Reyes que recibieron
llamadas del general Müller, hasta el viernes gran
factótum del PSUV, o del Presidente, que es Presidente de
la República y jefe máximo del partido, para que no se les
ocurra postularse. Ellos lo llaman obediencia. Si se
portan bien y no se postulan ni hacen olas, les harán una
contrapropuestica.
La contraparte de esa decisión
política se expresa en la "autorización" a otros miembros
de la dirección del partido, como por ejemplo Mario Silva,
Adán Chávez, Jorge Rodríguez, Freddy Bernal, Diosdado
Cabello, Rodrigo Cabezas, Carlos Escarrá, Vielma Mora y
Willian Lara, para postularse. Es decir, unos tienen la
aprobación del “dueño de los helados” como dice la
comandante Lina Ron y los otros no. Ni siquiera para
medirse.
Y para solucionar el problema
con los candidatos de los partidos aliados, léase el MEP,
el PCV y el PPT, simplemente las autoridades del PSUV no
les hablaron en toda la semana, lo que produjo lo que
llaman una escisión. Los tres partidos mencionados van
aparte y negociarán por fuera. Negociación Guayabera, lo
llaman ahora. Ya la imposibilidad de acordarse con otros
disidentes como Luis Tascón y Manuitt, ha beneficiado
democráticamente al país con la fundación de otros
partidos, que se llaman chavistas, pero no reciben línea.
La tensión ha hecho que Müller
ceda la vicepresidencia socialista a Alí Rodríguez Araque,
que tampoco es que aguante mucho los empujones, como lo ha
demostrado en Pdvsa y en La Habana. Pero es que la
contradicción está en el fondo de toda esta exhibición y
que democrática.
El presidente Chávez aclaró
suficientemente que no iba a designar a ningún gobernador
ni a alcalde a dedo, a menos que los aspirantes ganen con
mayoría absoluta u obtuvieran una diferencia de 15 % sobre
el segundo aspirante. A mí me da la ligera impresión de
que está montando un escenario supuestamente permisivo
para terminar haciendo lo que le de la gana.
¿De donde sacan ustedes que
mas de trescientas personas se lancen a ser candidatos del
PSUV, a menos que les den permiso?. ¿No será que es una
línea, esa de lanzarse en cascada, para disminuir los
porcentajes de los candidatos salidores y hacer que otra
vez, el gran elector sea el Presidente de la República, ya
que no se siente para nada seguro con los candidatos que
tienen caudal electoral propio?. Evidentemente prefiere
perder una alcaldía o una gobernación a que gane un
chavista respondón.
Por eso me río de las
declaraciones de democracia de los políticos del partido
de gobierno, que aparentan luchar mucho contra Bush y el
imperialismo, pero cuando el ácido se los aplican a ellos,
se meten tranquilitos el rabo entre las piernas. Ahí si no
hay imperialismo de la política, depredación del derecho a
ser dirigente, inhabilitaciones forzadas ni retardo y /o
ocultamiento de resultados electorales. Solo hay
sometimiento, obsecuencia y en el fondo, un gran
resentimiento contra su líder máximo, persona que los
mismos chavistas saben que no es un líder engañado, que no
es a sus espaldas donde crece rozagante la derecha
endógena, que no protege a corruptos sin querer, sino que
él mismo es el derechista endógeno, quién ampara la
corrupción, quién esconde los resultados electorales que
no le gustan en su mismo partido, quién presiona a los
candidatos indeseados para que no se presenten, quién
engaña, cuando dice que su partido es el más democrático
de todos, manipulando como siempre a sus electores y a sus
partidarios.
Los venezolanos tenemos de
esas historias un libro, que ni las Mil y Una Noches: las
de los liderazgos en AD y Copei, que devinieron en
traiciones, compras descaradas de candidaturas,
divisiones, superdivisiones y al final, en el derrumbe de
un sistema carcomido por la corrupción y el sectarismo.
Mas rápido que en los cuarenta años, en estos diez, ya se
asoman los gusanos que avisan de otra catástrofe.
lucgomnt@yahoo.es