Llegaron
gritando consignas y a golpes, gritos y empujones
rompieron, atacaron y destruyeron el Consejo Legislativo
de Carabobo. Venían a defender una petición de 30 mil
millones para unas casas que la gobernación no termina de
construir y atacaron con ferocidad a periodistas y
políticos, porque así se los pautaron.
En Caracas, se aparecieron en
motos y carros, proclamándose militantes de la Juventud
Metropolitana, identificados con la gestión del alcalde
Barreto, en la sede de Globovisión. Allí trataron de
intimidar a empleados y propietarios, vestidos con
disfraces de un carnaval agresivo y degradante.
Son una constante en
Venezuela. En las elecciones, les caen a golpes a los
fotógrafos y a los reporteros, les lanzan binladens a
quienes proteste ante el Consejo Nacional Electoral. En
las invasiones programadas por el gobierno, van a la
cabeza exigiendo los edificios mas caros, porque enterados
del lujo global por la tv, no quieren menos, sin hacer
mas.
En Caracas se trasladan en
grupos de veinte o treinta, en moticos asignadas por las
alcaldías gubernamentales de Libertador y de Sucre, con
las cuales traspasan rápidamente la frontera entre
manifestación pacífica y grupo de choque. Generalmente van
armados y están bien pagados.
Son la demostración de uno de
los efectos mas siniestros de la putrefacción de la
política venezolana. Los líderes del gobierno actual, que
no tienen ni carisma ni arrastre para convencer a nadie de
manifestar a favor de las políticas de un gobierno
incapaz, al cabo de 10 años de promesas, se convencieron
temprano que lo mas fácil es emplear el dinero de los
contribuyentes en pagar estos servicios.
¿Quiénes se emplean?.:
desempleados, jóvenes en su mayoría sin trabajo ni
calificación, estudiantes sin dinero, con ambiciones de
protagonismo, todos sin mayores escrúpulos, mujeres
agresivas en situación de necesidad, malandros, nadie que
tenga estructurada una visión de país, sino personas que
no estiman lo suficiente su capacidad de trabajo, que en
la búsqueda de la sobrevivencia, están prestos a utilizar
golpes, gritos, intimidación, tortura. contra los otros,
sin mayor preocupación. No creen que exista redención ni
porvenir. Solamente la oportunidad de vengarse de quién le
cae mal, de quien creen que tiene mas que ellos
injustificadamente, o de divertirse a costa de los gritos
o el miedo de otra persona.
Ser joven no proporciona
automáticamente un carnet de bondad, equidad y libertad.
En Venezuela hay que tener ojo
con las moticos y nuestros pequeños malandros políticos,
a sueldo del gobierno, para quienes la vida, los bienes y
el futuro del país no significan nada. Sin proyecto, sin
futuro, con la violencia como única premisa fundacional,
se multiplican con el dinero fácil y nos invaden con
demasiada frecuencia.
lucgomnt@yahoo.es