Rosa
vivió hace 88 años, cuando el socialismo y el comunismo se
estaban inventando y no se conocían bien sus efectos sobre
la vida de los ciudadanos. Rosa, una mujer difícil, vivió
de cerca la Revolución de Octubre, sufrió cárceles y
violencia y fue una pensadora cuyas obras escogidas llenan
dos tomos. (1)
Creía que el socialismo tenía
que ser democrático y no sólo de nombre. En estos momentos
en que el esquema del nuevo Partido Socialista de
Venezuela apuesta por un solo pensamiento, un solo jefe y
una sola lealtad, la que le deben los miembros de su
militancia al presidente Chávez, las palabras de Rosa
Luxemburgo, que discutía de tú a tú con Lenin y con
Trotsky con respecto a la libertad, son recordadas con
toda la vigencia de su pensamiento clarísimo:
«La libertad sólo para los que
apoyan al gobierno, sólo para los
miembros de un partido (por numeroso que sea), no es
libertad en absoluto.
La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el
que piensa de
manera diferente"
Ella, que nació bajo el
imperio zarista, advirtió temprano sobre los riesgos que
las políticas del gobierno soviético, después de la toma
del poder por los bolcheviques, tenían para la humanidad.
Para empezar, como cuenta Juan Manuel Vera (2), no
entendió porqué disolvieron el parlamento y restringieron
el derecho a voto. Ya por criticar siendo revolucionaria,
una disposición del gobierno ídem, hubiese recibido en
Venezuela, por lo menos una excomunión de Chávez en cadena
nacional.
Fue terminante frente a
Trotsky, quien dijo que como marxistas, los
revolucionarios rusos nunca habían sido unos fetichistas
de la democracia formal. Le contestó que, aun sabiendo el
duro contenido de desigualdad social y falta de libertad
que se escondía bajo "la dulce cobertura" de la igualdad y
la libertad formales, no habían hecho la revolución para
repudiar esa igualdad y esa libertad o para eliminar la
democracia, sino para crear una verdadera.
Rosa Luxemburgo entendía que la democracia debía ser
socialista, porque así se ampliaba la democracia burguesa
y no se limitaban sus conquistas. Mas bien se hacían
llegar a las masas que nunca habían participado en
política.
Pero no había que ser
socialista sólo de palabra. El punto era capital: Si no se
permite a todos participar realmente, el socialismo será
decretado desde unos cuantos escritorios oficiales por una
docena de intelectuales.
Sorprendentemente moderna,
enfrenta esa perversión citando al propio Lenin:
"el control público es
absolutamente necesario. De otra manera, el intercambio de
experiencias no sale del círculo cerrado de los burócratas
del régimen. La corrupción se torna inevitable...." Nadie
lo sabe mejor que Lenin, insiste Rosa, pero está
completamente equivocado en los métodos que utiliza. Los
decretos, la fuerza dictatorial del supervisor de fábrica,
los castigos draconianos, el dominio por el terror, todas
estas cosas son sólo paliativos. El único camino al
renacimiento pasa por la escuela de la misma vida pública,
por la democracia y opinión pública mas ilimitadas y
amplias".
El único elemento activo que
queda cuando se muere la vida pública es la burocracia,
que de vez en cuando organiza unas reuniones donde las
cabezas pensantes invitan a una élite de revolucionarios
para que aplaudan a los dirigentes y aprueben por
unanimidad sus mociones.
Se llega entonces a una dictadura, pero no del
proletariado sino la de esa burocracia partidista,
infectada por el hongo de la corrupción.
! como nos repetimos los
humanos ¡ Que lástima que en Venezuela haya tantas mujeres
obsecuentes en el poder y ni una sola Rosa.
Notas:
1) Rosa Luxemburgo nació en Zamosc, Rutenia, territorio
actualmente polaco que en 1870 formaba parte del imperio
zarista. Estudió en Varsovia y militó desde muy joven en
el Partido Socialista Revolucionario. Huyó a Alemania en
la década de 1890 ingresando en el partido Socialdemócrata
Alemán. Luego fundó en 1915 la Liga Espartaquista y en
1918 integró el Partido Comunista Alemán, que organizó la
insurrección de Berlín. Cuando esta fracasó fue detenida y
ejecutada a culatazos en 1919. Mantuvo polémicas públicas
con Lenin, quién reconoció su papel en el desarrollo del
marxismo. (Gran Enciclopedia Espasa, Wikipedia)
2) Juan Manuel vera. Rosa Luxemburgo y la democracia.
Texto publicado en Iniciativa Socialista No.28, febrero
1994. Fundación Andreu Nin.
www.fundanin.org.
lucgomnt@yahoo.es