En
el primer trimestre del año entramos en materia de control
estricto de la palabra escrita y hablada y del
abastecimiento de alimentos. El método se parece
curiosamente al que tienen los perros pastores para
controlar a las ovejas y otros animales, incluyendo gansos
y gallinas, según uno ve en la academia televisiva del
asunto, Animal Planet. Aunque a veces el perro le mete un
mordisco a la oveja, es el dueño el que saca generalmente
del rebaño al animal para cortarle la lana (en el caso de
las ovejas) o para "beneficiarlo", en el caso de gallinas,
gansos, etc., etc. El perro es el gran ayudante: da
vueltas alrededor del rebaño, ladra, asusta a los otros
animales para que hagan lo que el quiere y de vez en
cuando mete un mordisco rápido en las patas de las
rebeldes para obligarlas a entrar al corral. Si quiere que
dejen de comer hierba, porque se están tardando mucho para
el tiempo estimado de retozo que tienen, las acosa y les
gruñe, enseñando los colmillos.
En caso de los actores de la cadena cárnica en Venezuela,
el ladrido amenazante de la nacionalización de los que
incumplan con los precios a los que el gobierno cree que
se debe vender la carne y el pollo, hizo que el primer día
de la regulación por Gaceta Oficial, todos los
establecimientos involucrados reaccionaran al ladrido cual
ovejas. Las dolorosas semanas de evolución del método Chaz
entre el dueño de una hacienda a la que el gobierno había
puesto el ojo y el Presidente, que terminaron con la
hacienda en manos del gobierno, así como también las
invasiones continuas de fincas en plena producción, han
provocado ventas apresuradas, exilios imprevistos y
empresas que se volvieron absolutamente improductivas, por
ejemplo el central azucarero Cumanacoa, que se ha
convertido en el caso emblemático de estas operaciones muy
satisfactorias para el gobierno. Prestaron un gran
servicio enfervorizando a los votantes chavistas en época
de elecciones, pero a la vez dieron señales inequívocas a
productores y consumidores de quién tiene la sartén por el
mango y para qué. La idea es “escucho y obedezco”, quién
no lo haga, será mordido hasta la muerte económica.
Con los medios de comunicación, desde el anuncio de
revocatoria de la concesión a RCTV, pasando por la multa
confiscatoria a Tal Cual y el caso del funcionario del
Seniat que se "extralimitó" amenazando con dejar fuera de
circulación por tres días a El Nacional, se usó el mismo
sistema. Efecto demostración. No se puede tener espacios
críticos de información, hay que cuidarse mucho en los
espacios de opinión y es mejor hablar medio en clave,
nadie puede mencionar a ningún familiar del presidente y
cuidado con los títulos de apertura que contradigan la
política oficial. Los riesgos van desde el cierre del
medio, hasta salir en La Hojilla calzado con diversos
tipos de adjetivos calificativos y descriptivos.
¿Cuales son los resultados de la política de perro pastor?
Seamos claros, aún los televidentes no se han manifestado
en la calle a favor de RCTV, no han empezado a hacer filas
para depositar dinero en la cuenta de Tal Cual y no
parecen haber reaccionado a las amenazas a El Nacional. La
defensa de cada quién es hasta ahora absolutamente
individual, incluyendo las posibilidades de respuesta a
las descalificaciones de la Hojilla. Todos esos medios de
comunicación atacados, obtuvieron solamente solidaridades
gremiales y personales, influenciadas más bien por la
defensa de la libertad de expresión e información entre
periodistas, editores, analistas y políticos. El gran
público no se ha movido mucho, es decir, la política de la
intimidación, este método de pastoreo reinante, hasta
ahora es exitosa.
En el caso de los productores y vendedores de carne, la
solidaridad, inclusive la gremial también ha sido
relativa, porque si bien todos los amenazados han estado
de acuerdo en que la reglamentación de los precios no les
conviene y han luchado a su manera en contra de ella. , la
decisión de retirar la carne y el pollo de los anaqueles
fue resentida por los ganaderos, que se unieron al
gobierno en las acusaciones de boicot a la asociación de
dueños de supermercados.
Es decir hasta ahora, va ganando el gobierno. Los
interlocutores oficiales de la cadena, léase, los dueños
de las empresas, sus trabajadores, han reaccionado
individualmente y por ello débilmente, a los mordiscos.
Cuando, a pesar de este exitoso pastoreo, a los pocos
días, el gobierno no se explique porqué el mercado se
resbala y finalmente caiga de nuevo en la escasez,
sabremos que le pasa lo mismo que a un amigo de la casa,
el presidente Robert Mugabe, que ha decretado el fin de la
inflación por ley en Zimbabwe, aunque los precios y el
desabastecimiento siguen tan campantes por allí.
Los movimientos del mercado no son legislables y a lo que
se arriesga un gobierno que quiere el éxito por decreto es
a lo mismo que al gobierno cubano, que de puro
voluntarismo sufre problemas de desertificación, ha salido
del circuito de los grandes productores de azúcar y ofrece
suministros escuálidos y reglamentados en una tarjeta de
racionamiento en vez de estantes llenos de alimentos.
Los efectos de estas medidas restrictivas, que van a
convertirnos en un pueblo regulado de la cuna a la tumba
por nuestro gobierno socialista, están alcanzando de forma
lenta pero segura a los consumidores de carne y de
noticias, que en este momento ven solo la pelotita en el
partido de ping pong en que se han convertido los
encontronazos producidos por la regulación de la comida o
los intentos de cerrar la disidencia de los medios. Se
preferiría que hablaran mas y callaran menos, porque son
las reacciones violentas sin palabras las que han
caracterizado nuestros últimos años: centenares de
asesinatos semanales sin razón, estallidos periódicos de
motines carcelarios, repetidos intentos de golpes de
estado, así como manifestaciones populares sin líderes
políticos reconocibles con quién conversar o transar, en
las autopistas, en los barrios que se quieren desalojar,
en una estación de metro o una zona de buhoneros.
Hoy se nos quiere hacer creer que la abundancia, la
inversión y la calidad se imponen con amenazas. Si ustedes
no venden al precio que decimos y como decimos, el
gobierno nacionalizará los supermercados. En Venezuela,
ningún gobierno, ni de la "cuarta" ni de la "quinta" ha
dado muestras de eficiencia vendiendo, comprando o
abasteciendo por su cuenta a la población. Hemos visto de
todo. Se ha producido intentos de desestimular la compra
de determinado producto de primera necesidad, después que
la regulación de precios fracasara estrepitosamente
mediante programas de radio y TV, donde se daban recetas
de cómo utilizar la concha de plátano en época de Luis
Herrera, por ejemplo. He visto las colas en la avenida
Bolívar para comprar en los Mercal al aire libre, llenos
de ruido, sucio, con productos llenos de polvo y moscas.
También he visto a gente protestando a gritos porque se
acababa de terminar x producto que le interesaba. Peleas a
golpes por la leche y las caraotas en el período de Pérez
y supercompras locas en los días de las decenas de rumores
que ha habido sobre golpes de estado en el gobierno
actual. ¿Que otras deformaciones del suministro normal de
abastos y supermercados nos quedan por ver? ¿Cuál será la
respuesta de los compradores cuando nos hayan puesto a
dietas informativas y de las otras? Me imagino que será
cuestión de tiempo ver desaparecer cortes, presentaciones,
productos. Ver desaparecer canales, periódicos que no
puedan pagar las multas, analistas que no puedan encontrar
patrocinantes, quedarnos poco a poco como los ciegos, sin
los colores de nuestro pervertido mundo actual para entrar
en el reconfortante, omnipresente y rojo socialista,
pautado todo movimiento por los vaivenes de la misma
corrupción e ineficiencia de estos pasados ocho años. Allí
el silencio tendrá otro sentido.
lucgomnt@yahoo.es