En
la discusión de la reforma constitucional, se deja a un
lado con frecuencia en la revisión del artículo 337, que
concierne a los estados de excepción, la parte que toca a
la libertad de información.
El artículo, simplemente no menciona entre los derechos
humanos que deben ser salvaguardados indefectiblemente,
cuando haya un estado de excepción, lo que constituye el
actual artículo 28 de la Bolivariana, donde se consagra el
derecho que tenemos todos ser informados y además
salvaguarda el derecho a no revelar las fuentes de
información de los periodistas. No es un asunto banal. Lo
primero que llama la atención es la persistencia del
régimen en acabar con toda disidencia, y tal vez la mas
notoria sea la de la prensa de oposición, que amplifica
todas sus fallas.
Nada más en este mismo año, se ha cerrado la señal abierta
de Radio Caracas Televisión, revocándole la concesión, una
diputada del partido de gobierno, Iris Varela ha declarado
que estará al frente de grupos que quieren asaltar otro
canal de TV, Globovisión, y continuamente ante los
micrófonos de los mismas televisoras señaladas uno tras
otro, los funcionarios públicos satanizan el trabajo
independiente de los periodistas. La reforma que presenta
el presidente Chávez, subraya, con la propuesta que
dejaría en sus manos la declaratoria de los estados de
excepción de manera casi indefinida, porque no reproduce
los lapsos para que sea revisada por la Asamblea Nacional
como en la constitución vigente, su temor ante lo que de
él y de su gobierno diga la prensa.
Aprobar que el derecho a la información no es un derecho
humano básico, no solamente es demostrar el miedo que se
tiene a las palabras y a los medios de comunicación
independientes sino que coloca en las manos del gobierno
el garrote de la amenaza a los periódicos, a la radio y a
la TV y a sus trabajadores.
Pero peor aún, deja indefenso al pueblo, puesto que el
problema no es solamente que se cierren o no los medios de
comunicación, o que uno u otro periodista sea demandado,
preso o golpeado por los grupos de choque del chavismo,
sino a quién recurrirán y donde publicarán su denuncia los
ciudadanos de a pie que se quejen de los resultados de una
marcha donde queden golpeados, heridos o muertos, adónde
van saldrán publicadas las pruebas de corrupción contra
los malos funcionarios públicos, aquellos ministros que
hacen mal su tarea o se roban el dinero que se les dio
para dar alimento a los pobres o hacer carreteras. ¿Como
se harán conocer a los violadores de los derechos de las
personas?
Esto se parecerá entonces a otra sociedad cercana, la
cubana, donde para la prensa no hay huecos en la calle,
corrupción, ni problemas. Las noticias, si alguna queda,
salen a los tres días de producidas, si la aprueba el
ministro correspondiente. Un mundo pintado de feliz, eso
se quiere ahora.
lucgomnt@yahoo.es