La
discusión de la reforma constitucional ha logrado el
milagro de poner al chavismo a la defensiva. Primero,
descalificando a sus compañeros de viaje, Podemos,
etcétera, que ahora resultan unos conspiradores aliados
con Pedro Carmona Estanga, El Breve, simplemente porque no
quieren reelegir eternamente al pintor de la revolución.
Después todos los altos jefes
militares andan declarando, muy seriecitos, diciendo que
le aplicarán el ácido a quién se insurreccione El ministro
de la Defensa, Gustavo Rangel repite aquello de "
candelita que se prende, candelita que se apaga"
recordando las palabras de su jefe, el presidente Chávez,
mientras cruzan el aire las amenazas a la gobernación del
Zulia del general de división Almidien Moreno Acosta,
comandante de la Primera División de Infantería del
Ejército y de la Guarnición Militar de Maracaibo, quién
asegura que la que la se ha convertido en “un enemigo
más”.
Los diputados, celosos de
demostrar quién jala más, como Darío Vivas, proponen
acabar con el artículo 350 de la Constitución , como que
si cuando la gente anda brava de verdad en este país le
importa mucho si hay tres cincuenta o no hay tres
cincuenta, desde la Independencia para acá.
El Presidente, que no las
tiene todas consigo, se echa para atrás en artículos que
implican a sectores clave para él en este momento, como el
que desaparecía a la Guardia Nacional, o el que otorgaba
todos los derechos civiles a los jóvenes de 16 años.
Creo que en el fondo, de nuevo
lo que lo tiene frito, es la deslegitimación que le vendrá
de la abstención, que esta vez crece en sus propias filas.
El otro día, en una reunión,
un chavista amigo nuestro ( amigos que tenemos todavía ,
aunque este gobierno intente lo contrario, al apostar a la
división, la separación y la rabia política) confesó que
le había dicho a sus compañeros, que esta vez, no contasen
con él para hacer campaña. Porque no se calaba eso de la
monarquía. Y cuando le preguntamos que iba a hacer en
diciembre, si iba a votar en contra, dijo que no, que se
iba a abstener.
Sin caer en juicios positivos
o negativos sobre la decisión, que un ultrachavista decida
salirse del juego y dejarle el campo a los enemigos de la
revolución, deja mucho que decir de su convencimiento
profundo de las virtudes heroicas de nuestro comandante en
jefe.
Yo, que nunca he estado
convencida de las virtudes heroicas de nadie, ni siquiera
de la de Bolívar y otros santos de su tipo, pienso que el
rechazo principal, es posible que lo tenga la eternización
de un hombre en el ejercicio político en pleno siglo XXI,
desechando la posibilidad que ningún otro, ni siquiera de
su misma tendencia política pueda sucederlo, pero el
meollo económico de la reforma, el toque duro a nuestro
patrimonio, será decisivo para las dos partes en que está
dividido políticamente el país.
No será posible callar a la
población con advertencias, porque se enfrentarán los
fanatismos y las libertades en todos los campos.
lucgomnt@yahoo.es