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Socialismo real, es lo que diga el jefe 
por Lucy Gómez  
sábado, 8 septiembre 2007


Este fin de semana vendrá Evo Morales a Venezuela, a conferenciar con su mentor, el presidente Chávez, preocupado por el incendio que tiene en su país, tras proponer su reforma constitucional. Las discusiones están interrumpidas allá desde el 15 de agosto, por huelgas y manifestaciones. Condenó a varios jueces por prevaricato y consiguió otra airada respuesta del Congreso, que eximió de responsabilidad penal a los 4 magistrados y los restituyó en sus cargos. La respuesta de Morales ha sido incitar a 100 000 campesinos a enfrentarse contra los partidarios de la oposición a la que califica de derechistas que lo quieren tumbar. Hasta ahora, los políticos bolivianos no se han sometido a Morales, es decir no ha sido capaz de igualar a su maestro en eso de someter por completo su mundo político local a sus deseos en las primeras de cambio.

En Brasil, las cosas no andan mejor para los planes político-faraónicos venezolanos. La nueva refinería no tendrá ni la inversión, ni el nombre que sugirió el Presidente Chávez, mientras que en la frontera, se molestan los vecinos porque un helicóptero y otras aeronaves venezolanas violaron el espacio aéreo y aterrizaron en una aldea del Roraima, donde los Yanomami denunciaron que los militares venezolanos ayudando a unos mineros que buscaban diamantes dentro del área indígena.

En Argentina, los Kirchner tienen envenenada la provincia de Santa Cruz, donde mandaban a su antojo.

Se les acumulan los fracasos en las elecciones pequeñas, mientras siguen apostando a que arrollarán en las presidenciales con la Primera Dama. Nada fue más pavoso que el paso del presidente venezolano por Buenos Aires, que empañó la campaña presidencial de Cristina Kirchner con los dólares de la maleta pérfida de Antonini Wilson. Fue igual que el aterrizaje de una podadora loca, que cortó las cabezas de varios validos de la pareja.

Así son las segundas partes de Chávez: principios grandiosos, al apoyar con dinero y armas a sus candidatos en la región, y lograr un eje supuestamente imbatible Caracas- La Habana- Brasilia- La Paz- Quito--Buenos Aires. Se la pasa haciendo campaña para convertirse en presidente virtual de Latinoamérica, pero sus epílogos son agitados y sangrientos. Guerra civil en Bolivia, distanciamiento político de Lula, que aclara no luchará por seguir siendo presidente y que las reelecciones se parecen a la dictadura, juicio penal contra Correa por haber injuriado al ex asesor del ministro de Economía, Quinto Pazmiño. Ya el presidente ecuatoriano ha ofrecido que pondrá su cargo a la orden de la Constituyente, sea cual sea el resultado de las elecciones.

Por eso creo que el enamoramiento de los medios colombianos de Chávez por su mediación en el problema de la guerrilla le dará más dividendos a Tiro Fijo que al pueblo. Aunque ahorita crean que se la están comiendo en Bogotá, al aprovechar los contactos de nuestro presidente, él solamente tiene en la cabeza fortalecer a la guerrilla y hacer un frente político con la izquierda legalizada a fin de financiar a un candidato afín. Quiere a alguien en el palacio de Nariño que no ayude a los Estados Unidos a asfixiarlo cuando se salga de madre.

Ocupado en su ajedrez político en Latinoamérica e islas del Caribe, el frente interno se le desgarra. Lo ideal de su propuesta de reforma, todo el cuento de la reelección y de las elecciones a dedo, es para sentirse más cómodo. No necesita no ocuparse de minucias en Venezuela, mientras intenta darle jaque mate al imperio norteamericano. ¿Para qué levantarle la mano en las elecciones regionales a unos candidaticos a gobernaciones, o preocuparse por unos parlamentarios a la AN, cuando se puede convertir todo eso en unas fichas a mover por teléfono o por e-mail y dejar todo atado y bien atado? No hay que hacer más elecciones presidenciales, ni de las otras en Venezuela. Todo eso es una minucia fastidiosa y desgastadora, frente a la necesidad de la implantación del socialismo real en la América Latina y la destrucción del capitalismo en la batalla final. Por eso es que habla de pulverizar aún a los de su mismo partido que sigan pensando ingenuamente que un socialismo puede ser democrático. Socialismo real es lo que diga el jefe y punto.

lucgomnt@yahoo.es

 
 

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