Este fin de
semana vendrá Evo Morales a Venezuela, a conferenciar con
su mentor, el presidente Chávez, preocupado por el
incendio que tiene en su país, tras proponer su reforma
constitucional. Las discusiones están interrumpidas allá
desde el 15 de agosto, por huelgas y manifestaciones.
Condenó a varios jueces por prevaricato y consiguió otra
airada respuesta del Congreso, que eximió de
responsabilidad penal a los 4 magistrados y los restituyó
en sus cargos. La respuesta de Morales ha sido incitar a
100 000 campesinos a enfrentarse contra los partidarios de
la oposición a la que califica de derechistas que lo
quieren tumbar. Hasta ahora, los políticos bolivianos no
se han sometido a Morales, es decir no ha sido capaz de
igualar a su maestro en eso de someter por completo su
mundo político local a sus deseos en las primeras de
cambio.
En Brasil, las cosas no andan mejor para los planes
político-faraónicos venezolanos. La nueva refinería no
tendrá ni la inversión, ni el nombre que sugirió el
Presidente Chávez, mientras que en la frontera, se
molestan los vecinos porque un helicóptero y otras
aeronaves venezolanas violaron el espacio aéreo y
aterrizaron en una aldea del Roraima, donde los Yanomami
denunciaron que los militares venezolanos ayudando a unos
mineros que buscaban diamantes dentro del área indígena.
En Argentina, los Kirchner tienen envenenada la provincia
de Santa Cruz, donde mandaban a su antojo.
Se les acumulan los fracasos
en las elecciones pequeñas, mientras siguen apostando a
que arrollarán en las presidenciales con la Primera Dama.
Nada fue más pavoso que el paso del presidente venezolano
por Buenos Aires, que empañó la campaña presidencial de
Cristina Kirchner con los dólares de la maleta pérfida de
Antonini Wilson. Fue igual que el aterrizaje de una
podadora loca, que cortó las cabezas de varios validos de
la pareja.
Así son las segundas partes de Chávez: principios
grandiosos, al apoyar con dinero y armas a sus candidatos
en la región, y lograr un eje supuestamente imbatible
Caracas- La Habana- Brasilia- La Paz- Quito--Buenos Aires.
Se la pasa haciendo campaña para convertirse en presidente
virtual de Latinoamérica, pero sus epílogos son agitados y
sangrientos. Guerra civil en Bolivia, distanciamiento
político de Lula, que aclara no luchará por seguir siendo
presidente y que las reelecciones se parecen a la
dictadura, juicio penal contra Correa por haber injuriado
al ex asesor del ministro de Economía, Quinto Pazmiño. Ya
el presidente ecuatoriano ha ofrecido que pondrá su cargo
a la orden de la Constituyente, sea cual sea el resultado
de las elecciones.
Por eso creo que el enamoramiento de los medios
colombianos de Chávez por su mediación en el problema de
la guerrilla le dará más dividendos a Tiro Fijo que al
pueblo. Aunque ahorita crean que se la están comiendo en
Bogotá, al aprovechar los contactos de nuestro presidente,
él solamente tiene en la cabeza fortalecer a la guerrilla
y hacer un frente político con la izquierda legalizada a
fin de financiar a un candidato afín. Quiere a alguien en
el palacio de Nariño que no ayude a los Estados Unidos a
asfixiarlo cuando se salga de madre.
Ocupado en su ajedrez político en Latinoamérica e islas
del Caribe, el frente interno se le desgarra. Lo ideal de
su propuesta de reforma, todo el cuento de la reelección y
de las elecciones a dedo, es para sentirse más cómodo. No
necesita no ocuparse de minucias en Venezuela, mientras
intenta darle jaque mate al imperio norteamericano. ¿Para
qué levantarle la mano en las elecciones regionales a unos
candidaticos a gobernaciones, o preocuparse por unos
parlamentarios a la AN, cuando se puede convertir todo eso
en unas fichas a mover por teléfono o por e-mail y dejar
todo atado y bien atado? No hay que hacer más elecciones
presidenciales, ni de las otras en Venezuela. Todo eso es
una minucia fastidiosa y desgastadora, frente a la
necesidad de la implantación del socialismo real en la
América Latina y la destrucción del capitalismo en la
batalla final. Por eso es que habla de pulverizar aún a
los de su mismo partido que sigan pensando ingenuamente
que un socialismo puede ser democrático. Socialismo real
es lo que diga el jefe y punto.
lucgomnt@yahoo.es