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El sicario de los sueldos
por Lucy Gómez  
sábado, 8 diciembre 2007


Hoy resisto la tentación del análisis matemático y el de la solvencia del CNE y la de los políticos venezolanos, de todos los partidos. Solo voy a decir como ciudadana, que me da mala espina que haya tantas cifras distintas, inclusive entre gente del mismo partido (Un Nuevo Tiempo, por ejemplo) y que me parece por lo menos ineficiente que las máquinas rapidísimas del Consejo, tengan todavía un patuque con los niveles de abstención. No es menos interesante que el segundo boletín y definitivo haya llegado una semana después, casi en burro.

Los que no están empatucados son los funcionarios de alto nivel de la administración publica, que se decantaron por el empleo de métodos de intimidación y venganza que sólo se puede calificar de fascistas, para hacer méritos luego de la derrota que sufrieron la semana pasada.

Después que el Presidente de la República diera la orden, pues no otra cosa se entiende del discurso en el que reclamó a sus votantes no haber votado por él, los jefes de las alcaldías, gobernaciones y ministerios dejaron claro que no habría mas pagos de bonos, guardias, movilizaciones y viáticos, mientras no llegaran los cuadernos electorales, "para saber quien había votado y quién no".

Desde Valera a Valencia, pasando por Caracas y Los Teques, el mismo cuento. Los cuadernos electorales, aquellos sacrosantos que solo pueden ser consultados mediante orden judicial tras una impugnación específica de una mesa determinada, estarían entonces a la orden del jefe de turno, cual revisor de lista Tascón cualquiera.

Hay que dejar sentado que aún en su versión electrónica, ilegal por supuesto, solo registrarían la asistencia a las urnas y no el voto. Ustedes me dirán que eso basta. No, no basta, no pueden saber por quien votaste, solo si fuiste o no a sufragar.

Dado el enredo anteriormente descrito, además va a pasar mucho tiempo para que la versión electrónica esté lista al centímetro. No hablemos del traslado de innumerable cantidad de legajos a las oficinas de ninguno, tras hacer copias infinitas.

Es bueno, por otra parte, saber que sigue vivo el personaje siniestro que encarna el papel de sicario de los sueldos. Presiona a los trabajadores petroleros y manda mensajes de texto a La Hojilla, denunciando a los trabajadores de Bauxilum porque no les dio la gana de calarse la injusticia de la reforma y en consecuencia votaron NO.

Es bueno darse cuenta que vivimos en un país donde los empleados de la administración pública, aún esperando la reacción inhumana y servil de centenares de personajes este tipo, se atrevieron a levantarse. Sí, hay quién que todavía va a los refugios donde hay indigentes y desplazados, víctimas de las catástrofes de todos los años a cobrar el voto por la comida, el agua y las medicinas que le dio el gobierno, pero que corresponden a todo ciudadano venezolano en situación de peligro. Además, ni los habitantes de Petare, ni los de La Vega, tienen que pedir perdón por rechazar a un gobierno que permite, fomenta y auspicia la violencia cotidiana contra los más necesitados y contra sus propios trabajadores.

lucgomnt@yahoo.es    

 
 

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