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La especulación venezolana
o la ley del embudo
por Lucy Gómez  
sábado, 3 marzo 2007



Hemos visto en los últimos días multitud de avisos de prensa del gobierno con un logotipo muy particular: unas esposas con una frase abajo que remeda curiosamente al "Wanted" que había bajo de las fotos de los asesinos y ladrones del lejano oeste en las películas de cowboys: "Cárcel para acaparadores y especuladores ¡denúncialos!». Firma: el Seniat. En otros anuncios aparece un hombre de franela amarilla, medio barrigón él, con cara de malandro, que según el gobierno es el especulador, el mismo monstruo que nos vende di-ariamente la comida. Por todos los medios de comunicación, la criminalización del vendedor de alimentos es una intención clara por parte del gobierno. La especulación, se nos dice, es la causa de todos nuestros males.

Hay una moral supuestamente revolucionaria que lo explica. Todo aquél que se salga de la verdad oficial le miente al pueblo y la verdad oficial, expresada por el presidente Chávez y la ministra de Industrias Ligeras y Comercio, María Cristina Iglesias, es que sí existe comida: carne, arroz, pollo, caraotas, sardinas por todas partes, al precio que dice el gobierno, pero los acaparadores la esconden y/o los expendedores y productores no la quieren vender de acuerdo al precio regulado. Eso ocurre, porque los miembros de la cadena cár-nica o la de los granos son en su mayoría unos bandidos. La especulación, pues, es un mal nacional con el que hay que acabar. No se trata de que Mercal se administró mal y se cogieron unos reales, que hay retraso y lentitud en la aprobación de los permisos de importación para los grandes supermercados, que la invasión y confiscación de haciendas ha hecho bajar la producción. De que a la gente cuando invierte le gusta ganar plata y no va a invertir en vender comida si los rendimientos son menores a la de un capital puesto en una colocación bancaria. No. Es que hay unos criminales hambreando al pueblo y con ellos hay que acabar, Punto.

A fines de esta argumentación, hay que saber que quiere decir además la palabra especulación. Según el diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española, se trata de una operación comercial que se realiza con mercancías, valores o efectos públicos, con ánimo de obtener lucro. Otra acepción, del mismo diccionario, dice que son operaciones comerciales o financieras, con la esperanza de obtener beneficios basados en las variaciones de los precios o de los cambios.

Como será, que se trata del mismo principio de acuerdo al cual Venezuela vende petróleo a nivel internacional. Nadie se cree que producir el petróleo vale 60 dólares el barril. Pero el crudo multiplica su valor y su extracción es una fórmula interminable de producir dinero. Tomemos en cuenta que se vende en un mercado donde incrementa su valor cada vez que hay expectativa de guerra. El gobierno venezolano aprovecha, alimenta y provoca una ola especulativa en un mar informativo donde se registran continuos anuncios de posibles conflictos y Chávez sazona el asunto, publicitando gozosamente sus alianzas "estratégicas" con Irán y Corea del Norte. Por otro lado, este gobierno socialista criollo aprovecha sin ningún asco el hambre incesante de energía de Estados Unidos y China, además de vender combustible a la maquinaria de guerra norteamericana aún cuando esos barcos y misiles ataquen a Irak.

¿Alguna de estas circunstancias tiene que ver con el costo de la producción interna del barril venezolano? ¿Si no existieran a cuanto bajaría el precio? ¿A menos de la mitad? ¿Venezuela especula o no especula? ¿El presidente venezolano cuando se le pega a China en el deseo aparente de que reemplace como principal cliente del país a Estados Unidos, no está yendo más allá de lo que le corresponde como productor de un elemento insustituible en la producción de energía, es decir un bien de primera necesidad y está haciendo política, revolucionaria o no, con las necesidades de otros?

Cuando Venezuela sube el precio gracias a las circunstancias que explota descaradamente ¿no le está alzando al mismo tiempo el costo de la energía a decenas de países, cuya economía se descoyunta brutalmente cada vez que aumenta el precio de los combustibles? A menos claro, que Chávez les de petróleo gratis, a cambio de respaldo político. Pero no es el caso de todos los países a los cuales afecta el vendedor venezolano. Y para muchos analistas es cuestionable que quién habla tanto de ayudar a otros, lo haga aplicando lo que se parece mucho a una llave económica de lucha libre.

Pues bien, estamos ante lo que se llama doble moral. Los especuladores son los demás. Cuando yo especulo, aunque le cause daño a los habitantes de cualquier país del primer, segundo, tercer mundo o cuarto mundo, no importa. Los otros, los que no producen queso o huevos, porque no quieren ponerlo por debajo de la ganancia que esperan y creen que su producto vale mas que lo que yo digo, esos sí son unos delincuentes y tendrán unas rejas en su futuro.

En vista de lo cual, como la doble moral y las morales flexibles de los estados son indicativos de las de las reglas de juego que guían a sus ciudadanos, no me creo que todo esto de la especulación interna sea un teatro de buenos y malos donde el bueno es el gobierno y el malo el portugués del supermercado o el ganadero del sur del lago. Solamente vivimos la aplicación de una ética mucho más pedestre, la ley del embudo. (lo angosto para ti y lo ancho para mí) y debemos actuar en consecuencia. La doble moral, ni es doble ni es moral.

lucgomnt@yahoo.es

 
 

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