Para
nadie es un secreto que el régimen de Chávez, desea que
Obama sea electo presidente de los EE.UU. El interés de
Chávez, porque Obama se siente en la sala oval, se ha visto
confirmado con la reciente visita a Caracas de Bill
Richardson, gobernador del Estado de New Mexico y quien el
pasado 21 de marzo hizo publico su apoyo a la candidatura de
Obama. Richardson, además de ser el único gobernador hispano
de los EE.UU. es un veterano diplomático, que fungió durante
la administración Clinton, como embajador ante la ONU y como
Secretario del Departamento de Energía. Si bien, en las
primarias de New Mexico, Hillary Clinton fue la ganadora, el
candidato Obama, en las ultimas semanas se vio necesitado
del apoyo de un personaje como Richardson; quien es un
superdelegado, cuyo voto cuenta para la nominación
definitiva del candidato demócrata, goza además, de una
relativa ascendencia dentro de los votantes hispanos, pero
lo mas importante, Richardson, le aporta un necesario
impulso a los escasos credenciales que en materia de
política internacional tiene Obama.
Dentro de la larga carrera diplomática de Richardson, su
participación en la negociación por la liberación de rehenes
norteamericanos retenidos en diversos países, ha sido una
constante. Es por ello que Richardson al aterrizar el sábado
26 de abril en Caracas, se apresuro en declarar que: “viajó
a pedido de los familiares de Marc Gonsalves, Thomas Howes y
Keith Stansell” ex contratistas del departamento de Estado
estadounidense, secuestrados por las FARC en el 2003 cuando
realizaban una misión de inteligencia antidrogas en
Colombia.
De igual forma, es difícil que éste tipo de visitas se
lleven a cabo en secreto, dado el inocultable interés de
Chávez es mostrarse como el hombre de la situación en la
región, como el personaje indispensable, tal y como el nuevo
comandante de las FARC, Iván Márquez, se apresuro en hacer
publico y notorio.
Ahora bien, la iniciativa de Richardson no es necesariamente
original, ya que se podría estar buscando imitar la
demostración de fuerza que dieron los representantes de la
campaña presidencial de Ronald Reagan en 1980. Dichos
emisarios lograron ponerse de acuerdo con los iraníes, para
retardar la liberación de los rehenes norteamericanos
retenidos en Teherán, justo hasta el día antes de las
elecciones presidenciales de noviembre de 1980 en los EE.UU.
El affaire quedo bautizado como la “sorpresa de Octubre”.
Más recientemente, durante la campaña electoral de Kerry, un
muy influyente diplomático norteamericano viajo a Irán y
mantuvo encuentros privados con Komeini y Rafsandjani. En
esta ocasión se pretendía poner en marcha un procedimiento,
que se activaría igualmente horas antes de las elecciones
norteamericanas y el mismo buscaba crear la ilusión con
fines meramente electorales, de debilitar al campo
republicano dejando entender que la crisis con Irán se debía
principalmente a la mala gestión de Bush y que los
demócratas antes de ganar las elecciones se mostrarían ante
la opinión publica como capaces de desbloquear la situación
del programa nuclear iraní. A cambio, los ayatolas,
aspiraban – sabiendo que su programa nuclear es indetenible
– institucionalizar a Hezbola con la venia de los EE.UU.
En el presente, si bien Richardson, antes de viajar a
Caracas, tuvo la delicadeza, como buen diplomático que es,
de visitar primero Bogotá, no hay duda, que su acción se
enmarca dentro de una suerte de lobby bilateral, el cual es
muy mal visto por Bogota, desde donde además ya estaban lo
suficientemente molestos, por las posiciones que respecto al
TLC han tomado ambos candidatos demócratas.
Como quiera que sea, la candidatura demócrata no se decide
en Caracas, ni en Bogotá, y la misma está tan reñida, que no
seria de extrañar que el campo de Obama esté buscando montar
su propia versión de “sorpresa de Octubre”, para las
primarias demócratas 2008. En el ínterin, se hará todo lo
posible por aumentar la presión sobre Uribe, de ser
necesario se creará un caos puramente mediático, con la
finalidad de debilitar a los republicanos y con ellos la
política de Bush hacia Colombia, de su parte las FARC
seguirán tratando de desestabilizar al gobierno de Uribe y
Chávez de su lado seguirá con su discurso anti-Bush que
tantos réditos le ha traído.
Pero el meollo del acuerdo, estaría en el potencial canje de
los rehenes por la libertad de Simón Trinidad, dirigente
guerrillero extraditado y juzgado por la justicia
norteamericana, el cual cumple actualmente condena en dicho
país. Esta tesis ha sido muy bien desarrollada, por la
analista Elizabeth Burgos, en un articulo titulado:
“La decepción de la diplomacia francesa” publicado, el
pasado 11 abril, en la revista Zeta y en el portal
webarticulista.net. Burgos considera que para las FARC, la
liberación de Simón Trinidad, es más importante que la zona
de despeje, que después de todo no necesitan, pues las FARC
tienen a su orden el territorio venezolano.
Dicho esto, los bolivarianos están muy atentos a cual de los
dos candidatos demócratas se muestra mas interesado en
negociar, y en ese sentido Obama ha tomado una arriesgada
ventaja. Osada acción ésta, dado que el propio Richardson
dice que su gestión no tiene el aval, ni de Washington, ni
de la OEA, y en la sub-región no son tan ingenuos para creer
que el viaje solo tenía el aval de los familiares de los
secuestrados.
Las consecuencias podrían ir mas allá del ámbito de la
campaña por las primarias demócratas, por cuanto de tomar
cuerpo la estrategia - institucionalizar las FARC - que Iván
Márquez vehicula a través de Chávez, de lograrse el
objetivo, quedaría una buena parte de la sub-región bajo la
potencial tutela de un grupo terrorista, escenario éste
similar, al que pretendían llegar los ayatolas en Teherán
respecto a Hezbollah.
Así las cosas, el muy astuto Chávez se adelanta al declarar
que la liberación de los rehenes que están en manos de la
guerrilla de las FARC es un "tema interno" de Colombia,
aunque reiteró su disposición para ayudar a lograr un canje
humanitario. Al tiempo que Uribe, reiteró el pasado viernes
– adelantándose a la visita de Richardson a Caracas - que se
opone a la mediación de Chávez.