El 9 de noviembre se conmemoró
el veinte aniversario de la caída del muro de Berlín;
acontecimiento que selló el fin de la voluntad de Moscú del
e comunista y condujo a la desaparición de la Unión
Soviética. Pero si tomamos en cuenta el tiempo largo de la
historia, el comienzo del desmoronamiento del imperio
soviético habría que situarlo el 25 de febrero 1956 cuando
Nikita Kruschev, durante el vigésimo congreso del partido,
pronunció una alocución secreta en donde denunciaba los
crímenes de Stalin. Poco duró su carácter secreto pues poco
tiempo después se hacía público el “Informe Kruschev”,
incluso en la propia URSS. Así se clausuraba el hermetismo,
característica de todo régimen dictatorial, y signo de que
el monolitismo, base indispensable del totalitarismo,
comenzaba ineluctablemente a desfigurarse.
El destino
de los países que configuraban el bloque del imperio
soviético ha sido diverso: guerras y resquebrajamientos
nacionales (fragmentación de Yugoslavia, división de
Checoslovaquia), pero en general, el régimen democrático ha
logrado instaurarse. Sin embargo, en el que fuera el corazón
de ese poder, Rusia, según el analista de izquierda ruso,
Boris Kagarlitski, la democratización significó a la larga
un colapso programado para salvaguardar las prerrogativas de
la burocracia que había gobernado el país; las masas rusas
siguen sufriendo las arbitrariedades del poder y las
consabidas penurias, destino de los países en donde las
elites practican la indiferencia ante la suerte de la
población menos favorecidas. El régimen cubano tiene todas
las características de tomar por el mismo camino, salvo ni
siquiera se puede esperar algo similar al informe Kruschev.
De Raúl Castro es inútil esperar que denuncie los crímenes
de su hermano, pues se trata de una responsabilidad
compartida entre ambos: el castrismo es un águila de dos
cabezas, una de las cuales es la suya. El régimen de Castro
ha llevado a la perfección un modelo, de poder y un modo de
perennizarlo que ni Stalin ni Franco lo lograron.
En
Venezuela, un país que se encaminaba hacia la modernidad,
sus élites ensimismadas en su individualismo acomodaticio,
no se percataron de la crisis de la democracia que
estremecía al país y no se le ocurrió mejor solución que
recurrir al teniente coronel golpista que creyeron iban a
poder manipular a su guisa. No se percataron que éste
contaba con consejeros de élite, Ceresole y Fidel Castro, y
estaba animado de un apasionado sed de poder, y de un
narcisismo en acorde con su pasión mesiánica. Su relación de
mimetismo con Fidel Castro, a quien ha ido imitando al pie
de la letra, lo sitúa hoy en la coyuntura favorable de al
fin poder repetir la gesta por excelencia que le dio
legitimidad al castrismo: el episodio de Playa Girón, la
“primera derrota del imperialismo en América Latina” según
la reconstrucción de la historia oficial cubana. En
realidad, la victoria fue posible porque Washington abandonó
a su suerte el cuerpo expedicionario cubano integrado por
anti-castristas. La gran victoria del castrismo fue la
desmoralización de la clase media que vio en esa derrota la
irreversibilidad del poder de Fidel Castro y decidió emigrar
masivamente del país.
Para
Chávez, más allá de las dificultades internas que hoy conoce
su gobierno y el hecho de que la gente, “los pobres”, base
de su poder por excelencia se están dando cuenta de que han
sido juguete de una impostura, lo que lo motiva es el
carácter mimético de su relación con su “padre”. Hoy Hugo
Chávez se libra a una campaña de provocación para incitar a
Colombia al enfrentamiento armado. El convenio de
cooperación militar suscrito por el país vecino con Estados
Unidos, es la ocasión soñada para fabricar une escenario
similar al que vivió Fidel Castro en 1962 cuando el
desembarco en Playa Girón, abrigando la esperanza de
encender el resto del continente.
***
La manera
conservadora que las elites venezolanas escogieron para
resolver la crisis sobrevenida en los años 80, ha llevado al
país a una fase regresiva, que de fructificar llevará muchos
decenios en volver a retomar el camino emprendido en 1958.
Todas las
dictaduras que azotaron a Europa durante el siglo XX, les
tomó varios decenios en ser extirpadas del horizonte: Hitler,
Stalin, Franco. Todos los países que las sufrieron contaron
con el apoyo decisivo del exterior. Coalición militar contra
Hitler; solidaridad incluso de las corrientes de izquierdas
desencantadas, contra el estalinismo; igualmente la
resistencia española contó con la solidaridad de corrientes
democráticas y de gobiernos. En cambio el castrismo pervive
por su insularidad geográfica, pero sobre todo, porque ha
contado con la simpatía y la idealización de amplios
sectores de la opinión publica mundial. Un fenómeno similar
está sucediendo con la corriente encabezada por Hugo Chávez,
quien se ha favorecido de las redes internacionales
organizadas por La Habana en todas las regiones del planeta,
en especial en Estados Unidos y allí, en particular en
Hollywood, además del apoyo de un número importante de
gobiernos de la zona, tributarios de las subsidios de
Caracas, y el cinismo del gobierno de Lula. De lograr
asentarse Chávez en el poder, como es su deseo, América
Latina estría al borde de vivir la experiencia de una de
esas monstruosidades históricas que hacen correr mucha
sangre, e infligir muchos sacrificios antes de vislumbrar su
fin.
…
En Cuba,
tras cincuenta años de régimen totalitario, una pequeña luz
de esperanza se percibe en el horizonte pese a las
dificultades que encuentran en su acción. Se trata de un
grupo de jóvenes que se expresan a través de portales
electrónicos, blogueros, cuya personalidad más popular es
Yoani Sánchez y su blog “Generación Y”. El 7 de noviembre
Yoani estuvo retenida y golpeada por unos matones,
seguramente miembros de las Brigadas de Acción Rápida,
cuando se dirigía a una manifestación por la paz y
concordia. Maltratada y duramente golpeada, a manera de
escarmiento, su actitud de perseverar no ha sido mellada en
su tarea de difundir la vida cotidiana en Cuba. Los
maltratos que sufren los blogueros en Cuba, significa que el
uso de las nuevas tecnologías, le está dando temor al
régimen. Luchar contra jóvenes, nacidos después de la toma
del poder por Castro, indiferentes a la épica revolucionaria
porque sólo han conocido la falta de libertad y hambre, no
deja de significar un reto para el gobierno.
¿Lograrán
los cubanos doblegar la fatalidad de que la democratización
de la isla que algún día llegará, no signifique como en
Rusia, simplemente la salvaguarda de las prerrogativas de la
oligarquía en el poder?
¿Logrará
América Latina, impedir que eche raíces duraderas el
castrismo de la mano de Chávez?
El reto que
tienen frente a sí los demócratas latinoamericanos es
enorme. Les toca ponerse a la altura de una lucha que
conlleva jugar en diversos escenarios a la vez, lo que exige
un talento infinito.
Pensamientos simplistas: abstenerse
* |
Especializada en etnopsicoanálisis e historia,
consejera editorial de webarticulista.net,
autora de "Rigoberta Menchú
y así me nació la conciencia" (1982).
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Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA |