Veinte años han transcurrido
desde que el 4 de junio de 1989 ocurriera una de las peores
matanzas del Siglo XX. Entre el 15 de abril y el 4 de junio,
la Plaza Tiananmen fue le teatro de una extraordinaria
revuelta estudiantil que acarreó una de las más crueles
represiones por la desproporción entre agresores y víctimas
y por el símbolo que representa el uso de armas de guerra y
de tanques que aplastaron a estudiantes desarmados, mientras
dormían en tiendas de campaña en la célebre plaza, teatro de
las protestas que conmovían la China desde el mes de abril.
Se trata de la masacre perpetrada en la Plaza Tiananmen, la
plaza más grande del mundo, cuando el Ejército Popular de
Liberación chino irrumpió en la plaza a las 4 am y disparó a
mansalva y arrolló con tanques de combate a los estudiantes
que desde hacía varios semanas manifestaban reclamando
reformas políticas, entre las cuales, la libertad de
asociación (creación de un sindicato de estudiantes
independiente) y ponerle coto a los privilegios y al tren de
vida lujoso de los dirigentes del partido y de los
responsables del gobierno.
El acontecimiento que actuó como
la chispa que incendió la pradera fue la muerte por
enfermedad del ex Secretario General del Partido Comunista
Chino, Hu Yaobang, hasta 1987, fecha en que fue excluido de
su cargo por Den Xiaoping, debido a sus postura liberal
hacia el movimiento estudiantil que desde entonces había
comenzado a manifestarse. Al sobrevenir su muerte, los
estudiantes, que consideraban injusta su desgracia política,
exigieron su rehabilitación. Se forman pequeños grupos que
van recitando oraciones en memoria de Hu Yaobang, piden su
rehabilitación.
Las exequias de Hu se
convirtieron en manifestaciones de protesta que el gobierno
no podía reprimir al no poder expulsar la población del
funeral de un líder de la Revolución. El 16 y 17 abril, los
estudiantes entran a la Plaza Tiananmen exigiendo la
continuación de las reformas, la rehabilitación de Hu y la
celebración de exequias nacionales. Dos mil de ellos se
declaran en huelga de hambre. Continúan las manifestaciones
cada vez más numerosos y se extiende el movimiento a otras
provincias y ciudades importantes, tomando un cariz
insurreccional.
Durante el funeral de Hu, un
grupo de estudiantes penetra en la plaza y pide
entrevistarse con el primer ministro Li Peng, quien fuera el
rival político de Hu; Li Peng no accede a la petición. Ante
la negativa, los estudiantes hacen un llamado a la huelga en
las universidades de Pekín.
Den Xiaoping acusa a los
estudiantes de insubordinación y de violentar el orden
público. La respuesta fue una gran manifestación en las
calles de Pekín. Les estudiantes desconocen la asociación
oficial de estudiantes adscrita al Partido Comunista y funda
la suya propia.
Los estudiantes se consideraban herederos del Movimiento
Cuatro de Mayo de 1919. Movimiento a la vez nacionalista que
se oponía a la sujeción de la China por el Japón, y también
protestaba contra las tradiciones, los mandarines, la
sujeción de la mujer y abogaban por el estudio de la ciencia
y la tecnología en un arranque temprano de modernidad. La
coincidencia de esa fecha aniversaria emblemática, fue
aprovechada por los estudiantes de 1989 para legitimar su
movimiento situándose en el cauce de la historia.
El estallido del movimiento
estudiantil chino se fue gestando, al calor de las reformas
modernizadoras de tipo económico emprendidas por Den
Xiaoping quien decretó, tras haber alcanzado las riendas del
poder, cuatro modernizaciones: industria, consumo, educación
, organización militar, agricultura. Luego , sobreviene la
Glasnost en la URSS, que al igual que en Cuba, despertó
expectativas y esperanzas de cambio en el seno mismo de la
dirigencia comunista de los países satélites. En China, los
deseos de cambio y de democratización se convirtieron en un
verdadero movimiento con visos insurreccionales. Mientras
que en Cuba el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa puso
un término inmediato a cualquier amago de disidencia
inspirada por la Glasnost.
A las propuestas de las “cuatro
modernizaciones” de Den Xiaoping, deseoso ante todo de
atraer inversiones de capitales extranjeros, los
estudiantes, profesores e intelectuales, exigieron una
quinta modernización: la instauración de la democracia, la
pluralidad de partidos, y la libertad de los prisioneros
políticos.
Los estudiantes habían comenzado
a manifestar sus reivindicaciones a partir de 1986, al mismo
tiempo que se libra una tensa batalla en el seno del poder
entre los reformistas y los conservadores. Hu Yaobang,
Secretario General del Partido Comunista Chino, encabeza la
tendencia reformista. La corriente conservadora se impone, y
Hu Yaobang es defenestrado.
El 15 de mayo, en plena ocupación de la ciudad por los
estudiantes y otros manifestantes, tiene lugar la histórica
visita de Michael Gorbachov que acude a China a reconciliar
los países, y a restablecer los lazos de amistad
interrumpidos tras la crisis sino-soviética ocurrida a
principio de los años sesenta. La visita de Gorbachov atrajo
un número considerable de periodistas extranjeros que
informaron al mundo acerca del movimiento de estudiantil y
la ola de protestas que se extendía a todo el país.
Gorbachov abandona Pekín el 18 de mayo.
La decisión de aplastar el movimiento mediante la fuerza
militar fue madurando en el ala radical del gobierno desde
el momento en que manifiestamente el movimiento se iba
extendiendo y que 100.000 estudiantes y obreros marchan
sobre Pekín el 4 de mayo. El gobierno rechaza la propuesta
de diálogo. El 13 de mayo grupos de estudiantes ocupan la
plaza Tiananmen. Unos 2000 se declaran en huelga de hambre y
piden al gobierno retire sus acusaciones de subversivos y
dialoguen con los representantes de las autoridades elegidas
por ellos.
Al sumarse al movimiento
estudiantil obreros y trabajadores urbanos, estaba claro que
los acontecimientos estaban cobrando rasgos de insurrección
generalizada En el seno del poder se discutía la actitud que
se debía tomar. De nuevo, se enfrentan las fuerzas liberales
y las conservadoras. Finalmente se imponen los viejos del
partido quienes impusieron el método fuerte por temor a que
se desencadenase una situación fuera de control, similar a
la acaecida durante la Revolución Cultural. Se optó por el
uso de la fuerza y se decretó la ley marcial. Mientras
tanto, las manifestaciones continúan; la huelga de hambre
alcanza tres semanas.
Den Xiaoping, a manera de
explicación y para justificar la represión del movimiento
que ya había decidido, realizó un análisis a la atención de
lo cuadros dirigentes del partido que se publicará el 3 de
junio, víspera del ataque, en donde expresa que no se trata
de un movimiento de estudiante ordinario, sino de un motín”.
(…) Debemos actuar con celeridad sin temor a las críticas y
a las reacciones del extranjero. (…) Si solamente fueran los
estudiantes quienes se agitan, no sería grave. Lo principal
es evitar que no logren agitar la sociedad en su conjunto.
(…)”
A las divisiones del Ejército
Popular de Liberación se les ordena tomar el control de la
ciudad. El ejército irrumpe en la plaza Tiananmen en la
madrugada, mientras los estudiantes dormían en tiendas de
campaña. La voluntad de masacrarlos en pleno sueño era
evidente. El ejército reprime sin piedad. Difícil encontrar
en los anales de la historia semejante ejemplo de crueldad:
toneladas de acero de los tanques, aplastando la fragilidad
de las tiendas de campaña y la de cuerpos humanos. El número
de muertos y de heridos se desconoce. En China, la
información sobre esos acontecimientos sigue siendo tabú. En
virtud de un acuerdo entre el gobierno Chino, Google, Yahoo
y otras web internacionales, han excluido la información
relativa al estos acontecimientos. En los últimos días, el
control de Internet se ha hecho más riguroso que lo habitual
y el acceso a la célebre plaza ha sido prohibido.
De la jornada del 4 de junio
queda la imagen de esas muchachas y muchachos, vestidos de
blanco, aplastadas por los tanques de guerra.
Otra imagen, una fotografía que
le dio la vuelta al mundo: un joven se planta delante de la
fila de tanques y los conmina a detenerse. El tanque de la
cabecera se detiene y detiene el resto de la columna: Dicen
que la escena dura media hora. Se desconoce la identidad del
joven. Unos dicen que fue ejecutado, otros que sigue vivo,
escondido en alguna parte de China, como un símbolo de esa
fuerza subterránea que actúa de manera soterrada y que algún
día hace irrupción y derrota los totalitarismos. China no
está al abrigo de ello.
El 4 de junio debería ser
conmemorado por los estudiantes del mundo. Al igual que el 1
de mayo es el día de los trabajadores, el 4 de junio debería
instaurarse como el día mundial del estudiante.
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Especializada en etnopsicoanálisis e historia,
consejera editorial de webarticulista.net,
autora de "Rigoberta Menchú
y así me nació la conciencia" (1982).
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Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA |