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Veinte años después
por Elizabeth Burgos
martes, 9 junio 2009


Veinte años han transcurrido desde que el 4 de junio de 1989 ocurriera una de las peores matanzas del Siglo XX. Entre el 15 de abril y el 4 de junio, la Plaza Tiananmen fue le teatro de una extraordinaria revuelta estudiantil que acarreó una de las más crueles represiones por la desproporción entre agresores y víctimas y por el símbolo que representa el uso de armas de guerra y de tanques que aplastaron a estudiantes desarmados, mientras dormían en tiendas de campaña en la célebre plaza, teatro de las protestas que conmovían la China desde el mes de abril.

Se trata de la masacre perpetrada en la Plaza Tiananmen, la plaza más grande del mundo, cuando el Ejército Popular de Liberación chino irrumpió en la plaza a las 4 am y disparó a mansalva y arrolló con tanques de combate a los estudiantes que desde hacía varios semanas manifestaban reclamando reformas políticas, entre las cuales, la libertad de asociación (creación de un sindicato de estudiantes independiente) y ponerle coto a los privilegios y al tren de vida lujoso de los dirigentes del partido y de los responsables del gobierno.

El acontecimiento que actuó como la chispa que incendió la pradera fue la muerte por enfermedad del ex Secretario General del Partido Comunista Chino, Hu Yaobang, hasta 1987, fecha en que fue excluido de su cargo por Den Xiaoping, debido a sus postura liberal hacia el movimiento estudiantil que desde entonces había comenzado a manifestarse. Al sobrevenir su muerte, los estudiantes, que consideraban injusta su desgracia política, exigieron su rehabilitación. Se forman pequeños grupos que van recitando oraciones en memoria de Hu Yaobang, piden su rehabilitación.

Las exequias de Hu se convirtieron en manifestaciones de protesta que el gobierno no podía reprimir al no poder expulsar la población del funeral de un líder de la Revolución. El 16 y 17 abril, los estudiantes entran a la Plaza Tiananmen exigiendo la continuación de las reformas, la rehabilitación de Hu y la celebración de exequias nacionales. Dos mil de ellos se declaran en huelga de hambre. Continúan las manifestaciones cada vez más numerosos y se extiende el movimiento a otras provincias y ciudades importantes, tomando un cariz insurreccional.

Durante el funeral de Hu, un grupo de estudiantes penetra en la plaza y pide entrevistarse con el primer ministro Li Peng, quien fuera el rival político de Hu; Li Peng no accede a la petición. Ante la negativa, los estudiantes hacen un llamado a la huelga en las universidades de Pekín.

Den Xiaoping acusa a los estudiantes de insubordinación y de violentar el orden público. La respuesta fue una gran manifestación en las calles de Pekín. Les estudiantes desconocen la asociación oficial de estudiantes adscrita al Partido Comunista y funda la suya propia.

Los estudiantes se consideraban herederos del Movimiento Cuatro de Mayo de 1919. Movimiento a la vez nacionalista que se oponía a la sujeción de la China por el Japón, y también protestaba contra las tradiciones, los mandarines, la sujeción de la mujer y abogaban por el estudio de la ciencia y la tecnología en un arranque temprano de modernidad. La coincidencia de esa fecha aniversaria emblemática, fue aprovechada por los estudiantes de 1989 para legitimar su movimiento situándose en el cauce de la historia.

El estallido del movimiento estudiantil chino se fue gestando, al calor de las reformas modernizadoras de tipo económico emprendidas por Den Xiaoping quien decretó, tras haber alcanzado las riendas del poder, cuatro modernizaciones: industria, consumo, educación , organización militar, agricultura. Luego , sobreviene la Glasnost en la URSS, que al igual que en Cuba, despertó expectativas y esperanzas de cambio en el seno mismo de la dirigencia comunista de los países satélites. En China, los deseos de cambio y de democratización se convirtieron en un verdadero movimiento con visos insurreccionales. Mientras que en Cuba el fusilamiento del general Arnaldo Ochoa puso un término inmediato a cualquier amago de disidencia inspirada por la Glasnost.

A las propuestas de las “cuatro modernizaciones” de Den Xiaoping, deseoso ante todo de atraer inversiones de capitales extranjeros, los estudiantes, profesores e intelectuales, exigieron una quinta modernización: la instauración de la democracia, la pluralidad de partidos, y la libertad de los prisioneros políticos.

Los estudiantes habían comenzado a manifestar sus reivindicaciones a partir de 1986, al mismo tiempo que se libra una tensa batalla en el seno del poder entre los reformistas y los conservadores. Hu Yaobang, Secretario General del Partido Comunista Chino, encabeza la tendencia reformista. La corriente conservadora se impone, y Hu Yaobang es defenestrado.
El 15 de mayo, en plena ocupación de la ciudad por los estudiantes y otros manifestantes, tiene lugar la histórica visita de Michael Gorbachov que acude a China a reconciliar los países, y a restablecer los lazos de amistad interrumpidos tras la crisis sino-soviética ocurrida a principio de los años sesenta. La visita de Gorbachov atrajo un número considerable de periodistas extranjeros que informaron al mundo acerca del movimiento de estudiantil y la ola de protestas que se extendía a todo el país. Gorbachov abandona Pekín el 18 de mayo.

La decisión de aplastar el movimiento mediante la fuerza militar fue madurando en el ala radical del gobierno desde el momento en que manifiestamente el movimiento se iba extendiendo y que 100.000 estudiantes y obreros marchan sobre Pekín el 4 de mayo. El gobierno rechaza la propuesta de diálogo. El 13 de mayo grupos de estudiantes ocupan la plaza Tiananmen. Unos 2000 se declaran en huelga de hambre y piden al gobierno retire sus acusaciones de subversivos y dialoguen con los representantes de las autoridades elegidas por ellos.

Al sumarse al movimiento estudiantil obreros y trabajadores urbanos, estaba claro que los acontecimientos estaban cobrando rasgos de insurrección generalizada En el seno del poder se discutía la actitud que se debía tomar. De nuevo, se enfrentan las fuerzas liberales y las conservadoras. Finalmente se imponen los viejos del partido quienes impusieron el método fuerte por temor a que se desencadenase una situación fuera de control, similar a la acaecida durante la Revolución Cultural. Se optó por el uso de la fuerza y se decretó la ley marcial. Mientras tanto, las manifestaciones continúan; la huelga de hambre alcanza tres semanas.

Den Xiaoping, a manera de explicación y para justificar la represión del movimiento que ya había decidido, realizó un análisis a la atención de lo cuadros dirigentes del partido que se publicará el 3 de junio, víspera del ataque, en donde expresa que no se trata de un movimiento de estudiante ordinario, sino de un motín”. (…) Debemos actuar con celeridad sin temor a las críticas y a las reacciones del extranjero. (…) Si solamente fueran los estudiantes quienes se agitan, no sería grave. Lo principal es evitar que no logren agitar la sociedad en su conjunto. (…)”

A las divisiones del Ejército Popular de Liberación se les ordena tomar el control de la ciudad. El ejército irrumpe en la plaza Tiananmen en la madrugada, mientras los estudiantes dormían en tiendas de campaña. La voluntad de masacrarlos en pleno sueño era evidente. El ejército reprime sin piedad. Difícil encontrar en los anales de la historia semejante ejemplo de crueldad: toneladas de acero de los tanques, aplastando la fragilidad de las tiendas de campaña y la de cuerpos humanos. El número de muertos y de heridos se desconoce. En China, la información sobre esos acontecimientos sigue siendo tabú. En virtud de un acuerdo entre el gobierno Chino, Google, Yahoo y otras web internacionales, han excluido la información relativa al estos acontecimientos. En los últimos días, el control de Internet se ha hecho más riguroso que lo habitual y el acceso a la célebre plaza ha sido prohibido.

De la jornada del 4 de junio queda la imagen de esas muchachas y muchachos, vestidos de blanco, aplastadas por los tanques de guerra.

Otra imagen, una fotografía que le dio la vuelta al mundo: un joven se planta delante de la fila de tanques y los conmina a detenerse. El tanque de la cabecera se detiene y detiene el resto de la columna: Dicen que la escena dura media hora. Se desconoce la identidad del joven. Unos dicen que fue ejecutado, otros que sigue vivo, escondido en alguna parte de China, como un símbolo de esa fuerza subterránea que actúa de manera soterrada y que algún día hace irrupción y derrota los totalitarismos. China no está al abrigo de ello.

El 4 de junio debería ser conmemorado por los estudiantes del mundo. Al igual que el 1 de mayo es el día de los trabajadores, el 4 de junio debería instaurarse como el día mundial del estudiante.

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 Especializada en etnopsicoanálisis e historia, consejera editorial de webarticulista.net,
autora de "Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia" (1982).
- Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA


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