Martine
Aubry, alcaldesa de la ciudad de Lille, obtuvo confirmación
de su elección como Primera Secretaria del Partido
socialista francés tras haber atravesado por una de las
crisis más graves de ese partido, en la que se habló hasta
de fraude electoral. Así lo dictaminó la mayoría del Consejo
Nacional del Partido Socialista tras recibir el veredicto de
la Comisión de Comprobación, integrada por representantes de
ambas facciones, que debía analizar los sufragios emanados
de las federaciones que planteaban dudas en cuanto a sus
resultados.
La nueva
Primer Secretaria del PS, ex ministro de trabajo durante el
gobierno de cohabitación Chirac-Jospin, la “dama de las 35
horas”, como suelen calificarla con sorna las elites
empresariales quienes le adjudican la responsabilidad del
descalabro económico de Francia por haber reducido el tiempo
legal de horas de trabajo. Reproche que amainó desde el
estallido de la severa crisis económica en el centro mismo
en donde se practica el dogma del capitalismo “salvaje”.
Desde
mediados de mes, los medios franceses se han centrado en la
crisis del PS, en la elección de su nueva dirección,
olvidándose prácticamente del resto del mundo y de las
crisis graves que lo aquejan. Una demostración de la
tendencia de las elites del país al aislamiento, a no ver
más allá de sus problemas domésticos. Precisamente, uno de
los males de los que sufre el PS, es el haber permanecido en
el enclaustramiento cómodo de quien tiene la verdad en la
mano y el resto del mundo es quien se equivoca.
La elección
de un nuevo primer secretario hizo estallar ante el público,
lo que era un rumor: el descalabro del partido, su falta de
liderazgo, su falta de propuestas, su equilibrismo entre el
conservadurismo en materia económica y su modernidad en
materia de usos y costumbres. Este último monopolio, que
los socialistas se arrogaban ante la derecha, lo perdieron
ante el desparpajo de Sarkozy. De allí las connotaciones
de psicodrama, como llaman en Francia lo que se llamaría en
Venezuela simplemente una telenovela, que en la segunda
semana cobró visos de culebrón. Se llegó a acusaciones
graves de fraude; incluso se amenazó con someter el caso al
veredicto de la justicia, lo que hubiese significado que se
le cedía a la justicia la prerrogativa de elegir a la máxima
autoridad del principal partido de oposición del país.
Pero para
ser justos, la crisis del PS francés, es la expresión de la
crisis que está afectando a todos los partidos de la Social
Democracia europea, que en Francia se expresa de una manera
que recuerda el veredicto de Norbert Elías de que pese a la
Revolución, en Francia sigue vigente la sociedad de corte.
El programa
de cambio presentado por Ségolène Royal obtuvo la mayoría,
pero no absoluta. Se decidió ir a una segunda vuelta; las
diferentes ramificaciones que integran el aparato, se
unieron en contra de la ex candidata presidencial.
Detrás de
estas crisis de poder, está presente la apuesta de las
elecciones del 2012. El cargo de Primer Secretario, es un
trampolín hacia la nominación a la candidatura a la primera
magistratura del país. Lo que sucede en el seno del PS es
su orfandad de un liderazgo indiscutido e indiscutible, en
su lugar existe una corte integrada por potenciales
candidatos a la presidencia que actúan como los cangrejos en
un cesto, que cuando alguno intenta salir, el otro lo hala
hacia adentro para impedirle la salida, pues cada uno está
preparándose para ser él, el candidato presidencial y se
desgastan neutralizándose los unos a os otros.
Desde
François Mitterrand, ningún socialista se había anotado un
triunfo electoral como el de Ségolène Royal, sin ni siquiera
ser miembro de la dirección de su partido, en la última
elección presidencial. Cabe recordar que Lionel Jospin, no
obtuvo los votos suficientes para participar en la segunda
vuelta en las elecciones de 2002 y Chirac tuvo como
contendor al ultraderechista Jean Marie Le Pen.
Cabe
preguntarse si ese mecanismo fratricida que impera en el PS,
impide el surgimiento de una cabeza y de un equipo rector
que logre reactualizarlo, le permitirá a Martine Aubry obrar
para que ese partido cumpla con el papel esencial en una
democracia, de una oposición seria y responsable, pues el
vacío de una oposición democrática le deja la vía libre a
los populismos y radicalismos irresponsables siempre al
acecho. Durante los días que duró la crisis de la elección
en el PS, muchos responsables de la mayoría gubernamental,
lejos de congratularse, opinaban en este sentido, incluso
mostraban preocupación.
También es
cierto, que Nicolás Sarkozy le ha dejado poco espacio al PS,
pues muchos de sus puntos programáticos lo está realizando
su gobierno, de allí que varias connotadas figuras del PS
hayan aceptado altos cargos ministeriales. Se puede afirmar
que antes que Barack Obama, ha sido Sarkozy quien ha
impulsado un gobierno de alianzas; una suerte de centrismo
pragmático que busca más la eficacia que la fidelidad a los
dogmas.
El panorama
para Martine Aubry no se presenta fácil. Incluso, está a
punto de surgir una nueva organización política cuyos
integrantes son en su mayoría ex miembros del PS, cansados
del inmovilismo y de la falta democracia interna,
abandonaron el partido durante o antes de la última campaña
electoral, pues coincidían con muchos de los puntos
propuestos por el entonces candidato Sarkozy. El grupo
tomará por nombre la “Gauche Moderne”, Izquierda Moderna,
según ellos, en contraste con la izquierda obsoleta del PS.
Continúan considerándose socialistas, adhieren a los
principios del socialismo, pero profesan el liberalismo en
materia económica. La “Gauche Moderne”, celebró el congreso
de su fundación este fin de semana.
Al mismo
tiempo, un grupo de izquierda radical, también integrado por
miembros del PS, representantes de la izquierda más radical,
también celebró su primer congreso este mismo fin de semana
para anunciar el surgimiento de un nuevo partido que se
llamará “La Gauche”. Por cierto que la embajadora de Evo
Morales en Francia, leyó un mensaje de felicitación del
presidente de Bolivia. El líder de este nuevo partido, Jean
Luc Malenchon, de formación trotskista, forma parte de las
élites radicales europeas que suelen frecuentar Caracas y
que profesan el dogma de la “revolución bolivariana”, como
también una adoración ilimitada por su líder, el
teniente-coronel Chávez. Esta nueva organización política,
comparte el mismo discurso de otra que acaba de fundarse
también, cuyo líder es el cartero más célebre y sifrino de
Francia, Olivier Besancenot, militante de la Liga comunista,
trotskista, que hace poco se disolvió para formar el
“Partido anti-capitalista”. También él se ha sumado al
turismo revolucionario que ofrece Caracas. No creo que sea
coincidencia viajar a Venezuela y proceder a fundar
partidos siguiendo el ejemplo que Caracas dio, pero no deja
de intrigar la coincidencia….
Por lo
pronto, se le ha puesto término a la guerra de sucesión
dentro del PS. Martine Aubry convocó a Ségolène Royal para
invitarla a trabajar juntas por la renovación del partido,
ésta consideró que el ambiente de la reunión fue bueno y
constructivo y le recordó a la flamante Primera Secretaria,
que el cincuenta por ciento de los militantes abogaban por
la transformación del partido.
Inmediatamente después, como siempre Ségolène Royal se salía
con las suyas y enviaba a través de un video transmitido en
el blog de su asociación “Désir d’avenir”, - suerte de foco
guerrillero desde donde opera hacia la militancia joven y
que le fue de gran utilidad durante la campaña electoral –
en el que les notificaba que “continuaremos” y que “2012
estaba a la vuelta de la esquina.
El topo
continúa horadando en silencio.
¿Se puso
término a la guerra de sucesión o se trata de una tregua?
Martine
Aubry no se dio por enterada del video y convocó de nuevo a
la Royal a una nueva reunión para debatir la cuestión de la
constitución de la nueva dirección del partido que se
anunciará la semana próxima. Es de suponer, que durante el
período de discusión que se avecina, los cangrejos se
pondrán en alerta máxima.
En todo
caso, lo que se puede constatar es una fragmentación
espectacular de la izquierda francesa.
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Especializada en etnopsicoanálisis e historia,
consejera editorial de webarticulista.net,
autora de "Rigoberta Menchú
y así me nació la conciencia" (1982).
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Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA |