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Bolivia: la crisis se agudiza
por Elizabeth Burgos
viernes, 27 junio 2008


La crisis que aqueja a Bolivia, uno de los países claves del eje “bolivariano”, tiende a agudizarse y tal parece que la dinámica se orienta hacia estallidos de violencia cada vez más frecuentes. Los signos de la aplicación de la técnica castrista – violencia, instrumentalización de la democracia, control institucional y militarismo - de monopolización del poder, se hacen cada vez más patentes.

El hecho más grave acaecido últimamente, no sólo por tratarse de un atentado contra un canal de televisión, sino por el hecho de que el principal involucrado sea un oficial miembro del Ejército.

En la madrugada del sábado, una explosión paralizó el Canal 4 de Yacuiba, (Tarija) estación que retransmite la señal de la red Unitel. El principal sospechoso del hecho - un individuo con grado de oficial del ejército, portador de una credencial de militar, otra de instructor antiterrorista y otra de la Casa Militar, pruebas tan contundentes que obligaron al jefe del Ejército, Freddy Mackay, a reconocer que el individuo estaba destinado al emblemático regimiento Colorados, batallón de honor que por tradición está al servicio de la Presidencia de la República y funciona como escolta presidencial -, fue detenido a bordo de un vehículo y en su interior se encontró una ametralladora AK 47, (que todavía no es el arma del ejército de ese país) una pistola de calibre 9mm, material para explosivos y celulares, además de dinero en efectivo.

El Ejército reconoce que el oficial es miembro del célebre batallón de los Colorados. Evo Morales denuncia que se quiere politizar el tema. La familia del acusado advierte que éste trabajaba en el tercer piso del Palacio de Gobierno. El vocero de la Prefectura de Tarija, lugar del atentado, Rubén Ardaya, denunció que “formaba parte del grupo F10 (un grupo de élite) directamente bajo el mando del comandante de las FFAA. Por lo tanto, la Casa de Gobierno está involucrada en este hecho”. Dijo además que hay otro militar implicado que “está prófugo. Ambos fueron adiestrados en Venezuela. Se encontró un rifle AK47, ruso, traído desde Venezuela. Había explosivos que se manejan en unidades militares. Es una prueba fáctica de terrorismo de estado y de un ataque a las autonomías”.

Estos hechos suceden tras la celebración de la última consulta electoral relativa al estatuto autonómico celebrada en Tarija que ratificó la voluntad mayoritaria de ese departamento por el reconocimiento de la autonomía, al igual que lo hicieron en Santa Cruz, Pando y Beni. Departamentos como Cochabamba, Chuquisaca, incluso La Paz, ven con simpatía la iniciativa de los primeros.

Ante este panorama y la compleja situación que le plantea al gobierno central la rebelión autonómica, éste decidió convocar un referéndum revocatorio al que se someterán todos los cargos producto del sufragio, incluyendo el del Presidente.

Los prefectos de los cuatro departamentos que han aprobado de forma unilateral sus autonomías, Santa Cruz, Pando, Tarija, Beni – declararon que no están dispuestos a aceptar la convocación del gobierno de Evo Morales para el próximo 10 de agosto fecha del referéndum revocatorio. Reunidos en Tarija el lunes pasado, junto al prefecto de Cochabamba, los líderes de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija han dispuesto no celebrar en sus departamentos la consulta dispuesta por Evo Morales mediante la cual busca demostrar de que sigue teniendo el respaldo de las urnas y está legitimado para llevar a cabo la profunda reforma institucional que propone en la nueva Constitución, todavía no ratificada. El referéndum trata de legitimar la Carta Magna aprobada en un cuartel y en ausencia de la presencia de los representantes de la oposición impedidos por las bandas oficialistas de que penetraran en el recinto y pudieran emitir su voto. Evo Morales, en lugar de tratar de aplacar los ánimos y buscar una salida consensuada, ha respondido haciendo un llamamiento a las bases del Movimiento Al Socialismo (MAS) para que “garanticen la celebración de la votación en todo el territorio nacional”, lo que traducido en lenguaje boliviano, significa un llamado a la violencia. Sin embargo, suspender el proceso revocatorio es atribución del Congreso, el único que tiene la facultad para interpretar las leyes, por ende, el único habilitado para modificar o cambiar las convocatorias de ese tipo, por lo que la decisión de los autonomistas, de impedir la celebración del referéndum, carece de legitimidad institucional, pero por otro lado, como lo declara tajantemente el prefecto de Pando Leopoldo Fernández, el referéndum revocatorio "no le conviene a nadie porque no soluciona nada". Sin embargo, los departamentos autonomistas opuestos al proyecto de Morales, han constituido el Consejo Nacional de Defensa de la Democracia, (CONALDE) y proponen como solución a la crisis institucional, en lugar de referéndum, la instauración de un Consejo de Estado conformado por los 9 prefectos de los nueve departamentos, el Presidente y Vice-presidente, que asumiría la gestión económica, política y social hasta el fin del mandato presidencial cuando se celebrarían elecciones generales. El gobierno tildó la iniciativa de “poco valiente, burlesca y desestabilizadora y esquema de un golpe de estado”. De hecho, la iniciativa de Conalde significa ponerle un freno a la voluntad del gobierno de institucionalizar un régimen neo-castrista bajo la tutela de Caracas.

El modelo de referéndum revocatorio propuesto por el MAS, proviene de su herencia leninista del “centralismo democrático” que no admite disidencia alguna. La respuesta del presidente boliviano es que los gobernadores que forman Conalde representan a las oligarquías locales y les ha amenazado con recurrir a la "presión social", léase a la violencia.


Con la ratificación de su cargo que le dará el referéndum, pues aunque lo pierda el ventajismo le dará la victoria, Evo Morales tendrá la vía libre la aprobación de la polémica Constitución adoptada el pasado diciembre de manera inconstitucional, con la única presencia de los diputados del Movimiento Al Socialismo (MAS), la formación del presidente.
Por el lado del estamento militar, la situación no depara tampoco sorpresas para quienes hemos seguido de cerca la influencia del castrismo y su vertiente pretoriana. La analista Daniela Espinoza M. en un interesante y bien documentado artículo publicado en el excelente semanario boliviano Pulso, estima que Evo Morales es uno de los pocos, si no el único, presidente de la República del reciente periodo democrático que ha pasado de soldado de reserva (conscripto) a Capitán General. Quizás por ello sea que el “vínculo de lealtad con las Fuerzas Armadas es muy sólido”. Pero en el caso del actual Gobierno, apunta la analista, más allá de la normativa establecida por la Constitución Política del Estado que establece que las Fuerzas Armadas le deben obediencia al Presidente de la República, Morales se ha preocupado por cultivar una relación más profunda con el estamento armado. Actitud que corresponde a la modalidad tomada por el castrismo que salió derrotado militarmente por las Fuerzas Armadas latinoamericanas, a las que hostigó mediante la guerra de guerrillas, percatándose finalmente que era más rentable infiltrarlas, seducirlas y obtener su docilidad mediante donaciones, prebendas y ofrecerles el modelo cubano de Estado militarizado que monopoliza todos los poderes, incluso el económico. Además la orientación del Presidente ha sido la de favorecer “la presencia hegemónica de aymaras y quechuas, que, más allá de la obediencia que se debe observar en el estamento militar, se les inculca una obligación de fidelidad hacia un Mandatario indígena”, concluye la analista.

El Presidente lo expresó en uno de sus primeros discursos, dirigidos al Alto Mando militar de entonces, que el movimiento campesino es el pilar sobre el que se sostienen las Fuerzas Armadas. “Si no fuera el joven campesino con seguridad las Fuerzas Armadas se debilitarían”. Ésta es una relación de ida y vuelta, pues el Alto Mando corresponde este reconocimiento del Presidente, como lo señala el Comandante en Jefe de la Institución, Gral. Luis Trigo: “creo que en la historia de Bolivia no ha habido un Presidente que, sagradamente, una vez a la semana se reúna con el Alto Mando militar”.

Y por el lado de la oposición, el rival de Evo Morales en las pasadas elecciones, Jorge Quiroga (Tuto), como lo recuerda el editorialista de El Mundo, diario de Santa Cruz, “no es un político nacido de la lucha de las calles, no es producto de las aulas universitarias, de la lucha sindical, ni su ascenso es producto de la vida política orgánica de los partidos, él emerge del los favores del General Banzer”, el ex dictador que lo apadrinó, por lo que difícilmente, logre la legitimidad requerida para enfrentar el proyecto totalitario de Evo Morales. Y al igual que en Venezuela, no se avizora en el panorama boliviano el surgimiento de un liderazgo que logre convertir el importante movimiento opositor democrático en una fuerza electoral capaz de neutralizar la escalada de violencia y la instauración de una dictadura etnico-militarista.

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 Especializada en etnopsicoanálisis e historia, consejera editorial de webarticulista.net,
autora de "Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia" (1982).
- Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA


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