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La violencia se ampara del eje boliviano
por Elizabeth Burgos
viernes, 30 diciembre 2007


El jueves pasado (20 de noviembre) la opinión pública boliviana fue conmocionada por las imágenes televisadas que mostraban a los “Ponchos Rojos”, - la milicia indígena de Evo Morales- mientras golpeaban y degollaban a varios perros.

Un ritual de paso macabro que anunciaba al país la aplicación de la justicia comunitaria. La implantación de este tipo de justicia es una reivindicación que forma parte del proyecto de tendencia abiertamente racista que cada día toma más cuerpo en Bolivia que pretende un regreso al antiguo régimen existente antes de la llegada de los europeos a América: el mítico Tawuantinsuyo.

La tortura y muerte de los animales se produjo en el curso de una concentración en el altiplano, en el municipio de Achacachi, (80 Km. de La Paz) en donde históricamente tienen ubicada su sede los “Poncho rojos”. Los animales fueron amarrados y colgados con sogas en unos arcos de madera. Luego fueron golpeados con palos, antes de ser degollados y decapitados al mismo tiempo que el grupo repetía como si se tratara de un mantra: “así como agonizan estos perros, agonizarán los denominados cívicos de Santa Cruz”; “Así como estos perros, ellos van a morir así” e iban repitiendo los nombres de los prefectos y alcaldes de Santa Cruz, y de las provincias que abogan por el respeto de sus autonomías. Era una suerte de crónica de una muerte anunciada y una manera singular de este grupo, aliado del gobierno, de declararse en “pie de guerra” en defensa de la Asamblea Constituyente, y también para anunciar que marcharían armados a Sucre y que no dudarían en “derramar la sangre” con este propósito.

De hecho la sangre corrió en Sucre durante el fin de semana, en el curso de violentos enfrentamientos entre estudiantes y habitantes de la ciudad y la policía, con un saldo de tres muertos y de centenares de heridos. Los manifestantes expresaban su oposición a la constitución Política del Estado que fue aprobada en grande, - lo que significa que todavía necesita la aprobación en detalle y su revisión – en la sede del Liceo Militar de la Glorieta en ausencia de los constituyentes de la oposición que demostraban así su rechazo, sin lectura de los artículos, sin que el texto fuera sometido a la opinión pública.

Los sectores democráticos repudian el proyecto oficialista que pretende darle legitimidad constitucional a la creación de un Estado socialista y a la presidencia vitalicia de Evo Morales. Por su lado, el oficialismo considera el hecho como una “victoria”, pero sólo ha logrado con ello movilizar todas la s fuerzas democráticas en su contra.

La ola de violencia también ha alcanzado a los medios de comunicación, y los gestos de agresividad de la que son víctimas, son cada día más inquietantes. En una concentración realizada en La Paz este martes, en la que participaba Evo Morales, los grupos que le son afines, gritaban contra los periodistas que cubrían el evento”¡muera la prensa!”, de allí pasaron a las agresiones físicas. El propio Evo Morales acusó a la prensa de tergiversar la información. Un dirigente de El Alto advirtió que se “iban a hacer cargo de todos los medios de comunicación”. Mientras que continuaban los gritos “mueran los medios de comunicación que no dicen la verdad”, y arremetieron contra los periodistas con golpes de puños, patadas y botellas, en particular contra los camarógrafos: una cámara resultó con su lente rota. Los periodistas se vieron obligados a huir. Luego los manifestantes se trasladaron a la radio FIDES y pintarrajearon sus paredes: “están advertidos”, “prensa al servicio de la oligarquía”. Luego se dirigieron a la sede de la red Unitel, apedrearon sus instalaciones y rompieron las ventanas al grito de “cierren emisiones”. Se comprobó luego que se le habían distribuido a los manifestantes, fotografías de sus periodistas.

No debe olvidarse que la carrera al poder de Evo Morales está marcada por la violencia. Tiene en su haber la caída de dos gobiernos: el derrocamiento de Sánchez de Losada y luego de Carlos Mesa; para lo que contó, precisamente con el apoyo de los “Ponchos Rojos”, de allí que al llegar al poder les encomendara la defensa de la integridad del país, junto a las Fuerzas Armadas. En un acto público, con asistencia del embajador de Cuba, les confirió estatus militar y equiparó su misión con la del Ejército regular. En su discurso de bienvenida a las autoridades, el alcalde de Achacachi presentó a los Ponchos Rojos y expresó que “Los ponchos rojos no son un disfraz, es la identidad de la nación aymara, es el coraje de los hijos que nacemos en el Collasuyo. Los ponchos rojos es un proyecto histórico de Estado comunal. (…) No queremos autonomías departamentales, (…) Ponchos Rojos plantea una autonomía comunal”.

En otro acto público, el actual vice-presidente, Rodrigo García Linera, - el más radical en cuanto a política etnicista, pese a ser el más blanco del gobierno, perteneció al Ejército Guerrillero Tupac Katari -, les recordaba a los “Ponchos Rojos” que con ellos ´”el había aprendido a matar” y que tenían el deber de defender la nacionalización de los hidrocarburos con su vida y las armas y a enfrenar a la oligarquía para salvar la revolución indígena.

En seis de las nueve regiones de Bolivia, se realizará esta semana una huelga cívica general contra el proyecto de Constitución. Se trata de las regiones más prósperas del país, Pando, Santa Cruz, Tarija, Beni, Cochabamaba, Chuquisaca.

De no cumplir el MAS con la aprobación en detalle y la revisión requerida de la Constitución, el gobierno de Morales abandona de hecho, la vía democrática para la conducción de su proyecto político. A nivel internacional, la figura de Evo Morales y de su gobierno, comienzan a agotar el estado de gracia del que gozaron hasta ahora y ya se ve con preocupación las expresiones de radicalidad, de racismo, de violencia alentadas por su gobierno.

Dándole continuación a la técnica permanente de golpe de Estado contra las instituciones el gobierno logró el quórum en el Congreso para obtener el recorte de los ingresos que perciben las prefecturas por concepto del “Impuesto Directo de Hidrocarburos”: lo que significa que éstas pierden su autonomía presupuestaria volviéndose dependientes del Estado central lo que pone, de hecho, un termino a las autonomías. El pretexto es el de invertir ese impuesto en la Ley Universal de la Vejez, las autonomías consideran que los medios para financiarla deben salir del presupuesto del Estado. El quórum y el resultado de la votación se lograron gracias a que una concentración de campesinos y de Ponchos Rojos, impidió la entrada de diputados y congresistas de la oposición.

El gobierno boliviano se inspira del modelo venezolano que busca imponer Chávez en Venezuela, el cual imita al cubano: muy coherente con el proyecto de federación bolivariana que persigue instaurar Chávez n l continente.
 

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 Especializada en etnopsicoanálisis e historia, consejera editorial de webarticulista.net,
autora de "Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia" (1982).
- Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA


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