La
intervención decisiva de la esposa del presidente francés,
Cecilia Sarkozy, en la liberación de cinco enfermeras
búlgaras y de un médico palestino condenados a muerte tras
haber permanecido prisioneros durante ocho años, acusados de
haber contaminado con el virus del SIDA a varios niños
libios, puso de nuevo a la orden del día la cuestión crucial
del papel legal de la primera dama de Francia.
Enviada especial del presidente
como mediadora en la negociación dirigida por el lado libio
por el propio Muammar Kadhafi, y por el lado francés por el
propio Nicolas Sarkozy, fue ella quien finalmente obtuvo la
liberación de esos profesionales, verdaderos rehenes,
torturados y las mujeres violadas durante su cautiverio, de
los cuales se ha servido al poder libio como moneda de canje
con el fin, no solo de quitarse la etiqueta de “Estado
delincuente” que bien merecida tenía tras el atentado
perpetrado en 1989 contra un DC-10 francés que causó la
muerte de 170 personas, cuyos responsables desempeñan altos
cargos en el gobierno libio, sino a equiparse y a armarse
militarmente con material de última generación.
La diplomacia francesa negó con
vehemencia haber pagado contrapartida alguna para obtener la
liberación de las enfermeras. Pero la polémica relativa al
papel jugado por la primera dama pasó al segundo plano
cuando el propio hijo del presidente libio, Al-Islam Kadhafi,
reveló que la contrapartida a la que accedió Francia para
obtener la liberación de las enfermeras, fue la firma de un
contrato millonario relativo a la compra de material bélico
francés por parte de Libia. Este representa el primer
contrato firmado con un país europeo tras el levantamiento
(2004) del embargo sobre las ventas de armas a Libia por
parte de Europa. Por su parte la oposición socialista exige
la creación de una comisión parlamentaria que investigue las
condiciones de un contrato del cual se enteró la opinión
pública francesa gracias a las declaraciones del hijo de
Kadhafi, lo que según el Secretario general del PS, François
Hollande, demuestra que la democracia prometida por Sarkozy
dista mucho de la “transparencia” ofrecida durante su
campaña electoral. El portavoz del Elíseo trató de salir del
paso, declarando que el gobierno no se sintió obligado a
aludir al contrato en cuestión porque las negociaciones
en torno a la compra de ese material habían comenzado hacía
18 meses, bajo el gobierno de Chirac. También es cierto que
los socialistas no deberían sentirse ofuscado por una
practica de la cual ellos tampoco estuvieron exentos cuando
detentaban el poder.
En un reciente análisis
publicado por el diario conservador “Le Figaro” (4-5
agosto), se expresa de la satisfacción de los industriales
europeos productores de armamento: “por suerte que Europa
cuenta con el Medio Oriente”; en efecto, hasta época
reciente, Estados Unidos poseía el monopolio de la dotación
de material bélico de la región. La tendencia actual de los
gobiernos es la diversificación; en 2006 las monarquías del
Golfo invirtieron 35 mil millardos de dólares en
armamento. Junto con el Maghreb, la región representa 30%
de ventas de armas producidas en Francia durante el período
de 1996-2005, por una suma de 14,2 millardos de contratos.
Según el mismo diario “Le Figaro”, los Emiratos Unidos han
adquirido más tanques Leclerc que el propio ejército
francés. No obstante, las ventas de armamento de Estados
Unido a las monarquías del Golfo, ascienden a 20 millardos
de dólares.
El escenario geopolítico de la
región combina: el conflicto religioso entre sunitas y
chiíes, el conflicto iraquí aunado a la presencia de tropas
estadounidenses, la búsqueda de la hegemonía regional por
parte de Irán, y last but not least, se trata de países de
economía petrolera; suficientes elementos como para que esos
países sean la proa de los mercaderes de esa mercancía de la
muerte; comercio ante el cual se guarda un silencio pasmoso,
incluso los mayores detractores del capitalismo y del
neo-liberalismo.
Por cierto, en un discurso a
raíz de la despedida de un grupo de becados venezolanos que
viajaban a realizar estudios a Francia, en presencia del
embajador de Francia, el teniente-coronel Hugo Chávez
aprovechó, sin que el tema tuviera nada que ver con el acto
que se llevaba a cabo, para recordarle a éste la buena
calidad de los aviones Mirages, y el hecho de que uno de
ellos se había estrellado en un accidente.
Se dice que el excelente
resultado de la gestión de Cecilia Sarkozy ante Kadhafi se
debió al excelente dominio de ambos del inglés. Pero como
hija de una española, la cual además es nieta del compositor
Isaac Albéniz, ella domina aún mejor el español. Si nos
atenemos a las declaraciones del presidente francés “no
abandonaremos a Ingrid Betancourt”, no sería imposible ver
un día de estos aparecer a Cecilia Sarkozy aventurarse por
las escarpadas laderas andinas, e incluso, veamos a los
“guerrilleros del mar” (dixit Müller Rojas) del futuro
“Ejercito revolucionario bolivariano”, jugar con submarinos
franceses en lugar de los rusos conocidos por su falta de
fiabilidad, gracias a las FARC.
* |
Especializada en etnopsicoanálisis e historia,
consejera editorial de webarticulista.net,
autora de "Rigoberta Menchú
y así me nació la conciencia" (1982).
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Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA |