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La "rentrée" en Francia
por Elizabeth Burgos

viernes, 7 septiembre 2007


En ningún país el regreso de las vacaciones de verano tiene tanto impacto como en Francia. Comienza el nuevo año escolar, y también el gobierno debe exponer los proyectos que determinaran el rumbo del Estado en el año a venir. Este comienzo de septiembre cobra un significado mayor porque de hecho, para Nicolas Sarkozy, significa el examen de admisión ante la sociedad francesa de los planes reformadores que prometió en su campana electoral y por los cuales fue elegido por una mayoría absoluta. Pese a las críticas que ya comienzan a surgir, y al pulso que ya se perfila con el ámbito sindical, el presidente mantiene intacto su elevado porcentaje de simpatía en la opinión pública.

Que el comienzo del nuevo año escolar ocupe un espacio tan importante en los medios, tanto como el primer consejo de ministros del año, se debe a que Francia, - contrariamente a Cuba, por ejemplo, en donde han desaparecido los valores republicanos y el poder se sustenta en las fuerzas armadas y en los servicios de inteligencia, modelo que Venezuela se dispone también a adoptar – la escuela pública es el pilar de sustento por excelencia de la República francesa. La escuela pública, otra excepción francesa, es la vía por excelencia para el acceso a la formación superior y a las “Grandes Escuelas” y por ende, a la promoción profesional y no la escuela privada, como es el caso, en particular, en la mayoría de los países latinoamericanos, en donde la deficiencia de los servicios públicos – en particular el sistema escolar - está en relación directa con el sistema de castas imperante y de pertenencia socio-económica.

Entre los proyectos prioritarios del candidato Sarkozy, como también lo fue para los últimos gobiernos, está, por supuesto, contemplada la reforma de la escuela. Todo el mundo comparte la opinión de la urgencia de adaptar la escuela a los nuevos retos que enfrenta la sociedad francesa, en particular, la afluencia de un porcentaje de jóvenes franceses de nacionalidad, pero de procedencia magrebí o africana que no comparten el mismo nivel cultural con los de cultura francesa o europea, sin contar el tema candente del elemento religioso, como así mismo, los problemas de tipo social, desempleo etc. Estas circunstancias han tenido una incidencia en la calidad del nivel escolar. Sin contar con el elemento ideológico influenciado por las teorías del sociólogo Pierre Bourdieu que han tenido una influencia considerable entre el personal docente, con sus criticas acerbas a la “meritocracia, al elitismo” que en lugar de favorecer el éxito escolar, han generado el resultado contrario. Un porcentaje cada vez mayor de fracaso escolar, de jóvenes que egresan de la escuela sin poseer el dominio del idioma, incluso sin saber escribir. La aplicación de nuevas técnicas pedagógicas y el abandono de las tradicionales, como la lectura global, es uno de los tantos elementos que merecen revisión. También entre el personal docente, el mayor porcentaje de empleados públicos del Estado – en su mayoría de izquierda – existe malestar; consideran que su estatus se ha devaluado ante la función pública, que no se les considera suficientemente su papel primordial en la formación de los ciudadanos, y la responsabilidad que ello significa para el futuro del país.

Nicolas Sakozy ha decidido enfrentar el reto a su manera, frontal y decidida, y espectacular. Por primera vez un presidente de la República se dirige directamente al cuerpo de docentes, inspirándose de la famosa circular enviada por el padre de la escuela pública francesa, Jules Ferry en 1883 a los maestros de escuela, Sarkozy, en una “Carta a los educadores”, “escrita con convicción, pasión y pensando en sus hijos”, en un texto de 32 paginas y un tiraje de un millón de ejemplares, retoma las promesas anunciadas durante la campana electoral, y su deseo de reafirmar y de salvaguardar los valores de la escuela republicana, sin buscar una vuelta nostálgica de la Escuela de la III República, afirma su voluntad de proceder a la “refundación de la educación”, enfrentar el reto de la economía, del conocimiento y de la revolución de la información para formar hombres y mujeres libres. Centrar la educación en el saber y no solo en la personalidad del niño. La cultura general debe ser el centro de la ambición educativa. Restablecer el respeto entre profesores y alumnos debe ser el “fundamento de la educación, de la trasmisión del saber y de sus valores”. Tal vez la medida mas radical, opuesta a la condescendencia que se ha aplicado en los últimos años, sea la de imponer un sistema de selección para la admisión al colegio (primer ciclo del bachillerato) y al liceo (bachillerato), pues no se “debe admitir a un aprendizaje a alguien que no es capaz de llevarlo a cabo”, para ello, se debe proceder a una reforma del “colegio único” que “tome en cuenta las diferencias” para que cada uno logre el lugar que le permita terminar con éxito sus estudios y disponer de todas posibilidades de éxito profesional. También se comprometió a darle prioridad a la revaporización del oficiante de docente. También reafirmo la voluntad laica de la escuela, sin que el “hecho religioso sea dejado de lado en tanto que tema de estudio sociológico, cultural e histórico”.

La reforma de la escuela significa para Nicolas Sarkozy el verdadero reto que enfrentará durante su mandato. Reto ante el cual todos los gobiernos de Francia, de izquierda y de derecha, se han estrellado. Se debe recordar la manifestación de un millón de personas cuando François Mitterrand pretendió eliminarle los subsidios a la escuela privada, presionado por los comunistas y el sector radical del PS, lo que lo disuadió de nunca más tocar el tema. Recordar el repudio masivo de su propio partido, a las reformas de la escuela emprendidas por Lionel Jospin que hizo de su ministro de educación el hombre mas impopular de su gobierno, al punto de haberse creado un servicio especial para la recepción de las cartas de renuncia al partido socialista de los militantes que se oponían a la reforma. Recordar el contrato de trabajo par los jóvenes, CPE, que le costo la candidatura a la presidencia de la Republica al popular primer ministro Dominique de Villepin.

¿Logrará Nicolas Sakozy lo que nadie hasta ahora ha podido? ¿Será esa su entrada a la historia de las instituciones de la república?
 

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 Especializada en etnopsicoanálisis e historia, consejera editorial de webarticulista.net,
autora de "Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia" (1982).
- Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA


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