En
octubre de 1962 la osadía de Fidel Castro de convertir a
Cuba en una base soviética dotada de misiles nucleares, puso
al mundo al borde de una guerra nuclear. Este hecho obedeció
a la alianza que estableció con la URSS, pues el enemigo de
tu enemigo es mi amigo. Además de que su dinámica guerrera
lo incitaba a integrar a la isla en la dinámica de la Guerra
Fría y de paso así arrastraba consigo a toda América Latina.
Entonces, el enfrentamiento se daba entre las dos grandes
potencias: Estados Unidos y la URSS. Hoy el escenario bélico
de enfrentamiento con Estados Unidos se desplazó al Cercano
y Medio Oriente. Y por supuesto, el presidente de Venezuela,
fiel a la dinámica de identificación mimética con el líder
cubano, tenía que buscarse un escenario similar que le
permitiera vivir la experiencia de una crisis internacional
y, por supuesto, suscribe una alianza con aquellos que
mantienen la actitud de mayor beligerancia hacia Estados
Unidos: Irán, Siria, y de paso, se frota con el Hezbolá.
En un lúcido artículo publicado
en el diario francés Libération, Alfredo Valladao, miembro
del Instituto de Estudios Políticos de Paris, analiza la
alianza estratégica de Chávez con Ahmadineyad, de igual
manera, su acercamiento con Siria. Habiendo servido de
Celestina ante Evo Morales, Rafael Correa, y Daniel Ortega,
Chávez ha logrado que éstos se sumen también a la alianza.
Ahmadineyad hasta le hizo el honor a Rafael Correa de
asistir a la toma de mando en Quito.
El analista francés se inquieta
por las graves consecuencias esta alianza, que sobre la base
del antiamericanismo de dos radicalismos políticos: el
fundamentalismo chiíta del presidente Iraní, y el populismo
bolivariano del jefe del Estado venezolano, que representa
el ala radical de la OPEP, puede traer a la región sur
americana. Una región, cierto, golpeada por conflictos
internos, pero sin relación con la gravedad de los
conflictos bélicos, regionales y nacionales - limpiezas
étnicas, enfrentamientos religiosos – que han azotado al
África, Yugoslavia y al Cercano y Medio Oriente. Sin
embargo, una alianza estratégica de esa naturaleza puede
importar a América Latina los problemas que aquejan al
Cercano Oriente y ver comprometida la seguridad interna de
esas naciones. La influencia iraní puede hacerse sentir como
una amenaza en el seno de las comunidades judías, las de
origen libanés cristianas o sunitas, o las de origen
palestino opuestas a Hamas, que conviven en América latina.
De boca de un oficial
estadounidense escuché la preocupación de Washington ante la
presencia de Hezbolá en América del Sur, y en particular por
la alianza que esa organización habría establecido con las
FARC de Colombia mediante la cual éstas, a cambio de droga,
son dotadas de armamento por el Hezbolá.
Más que un análisis, el
articulista francés parecería, más bien, querer hacer un
llamado a los gobernantes de la región, quienes hasta ahora
han mantenido una actitud condescendiente ante el presidente
venezolano – petrodólares obligan - ignorando sus desplantes
y el perverso totalitarismo constitucional que se está
montando en Venezuela : actitud muy similar a la de los
mandatarios europeos ante los dictadores y reyezuelos
africanos que disponen de ingentes riquezas: petróleo,
diamantes, marfil; argumentos suficientes como para mantener
en la discreción cualquier genocidio o violaciones graves a
los derechos humanos.
Jamás, ningún jefe de Estado
latinoamericano ha cuestionado la alianza del gobierno de
Venezuela con un jefe de Estado que dice hará desaparecer
Israel del mapa, y convoca un coloquio de “expertos” en
Teherán para demostrar la inexistencia de los crímenes nazis
y de la Shoah, y cuyo propósito de dotarse del arma nuclear
es para imponerse como poder hegemónico en la región y que
financia los grupos más radicales del terrorismo integrista,
para usarlo como instrumentos de su política exterior. ¿Cuál
será la actitud cuando tengan que tomar posición ante la
escalada ya en marcha, esta vez de Estados Unidos y de
Europa, contra Irán? ¿Se darán cuenta antes de que no sea
demasiado tarde, los países latinoamericanos que no integran
la alianza Chávez/Ahmadineyad, que no pueden seguir
fingiendo ignorar los peligros que amenazan al continente?
* |
Especializada en etnopsicoanálisis e historia,
consejera editorial de webarticulista.net,
autora de "Rigoberta Menchú
y así me nació la conciencia" (1982).
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Artículo publicado originalmente en el semanario ZETA |