Hugo
Chávez Frías agregó la madrugada del domingo otro
vocablo al muy peculiar glosario que ha ido
hilvanando en su intensa carrera política:
contracontrarrevolución.
De esa manera
bautizó al movimiento militar y de calle que, en
menos tiempo de lo que nadie imaginó, lo reinstaló
en el poder, luego de un breve paréntesis de dos
días.
1. Larga noche
Chávez habló al país antes del
amanecer del domingo, cuando reasumió la
Presidencia de la República, de manos del
vicepresidente ejecutivo, Diosdado Cabello, quien,
a su vez, había sido juramentado por el presidente
de la Asamblea Nacional, Willian Lara, alrededor
de la medianoche.
Estos altos
funcionarios y otros ministros del régimen
depuesto, habían reconquistado Miraflores gracias
a que los oficiales de la Guardia de Honor, el
cuerpo que custodia al jefe del Estado, se
declararon leales a Chávez y, por consiguiente, en
rebeldía ante Pedro Carmona Estanga.
La experiencia de
haber sido derrocado y detenido influyó en el tono
de su discurso de reaparición. 'Llamo a todos a la
unidad nacional', aseguró y, a manera de prueba
concreta de disposición al entendimiento, anunció
que había aceptado la renuncia de la junta
directiva de Petróleos de Venezuela, en lo que
podría significar la solución al conflicto que
incendió la pradera y desencadenó el
pronunciamiento militar que desplazó a Chávez de
la Presidencia, el pasado jueves.
Le garantizó a
los trabajadores de la nómina mayor y los cuadros
directivos 'que no se atropellará a nadie, pero es
necesario depongamos algunas actitudes y
trabajemos juntos', tono que varió 180 grados
respecto sus intransigentes posiciones hace una
semana.
2. Ruleteo
El mandatario restituido llegó al
palacio de gobierno a bordo de un helicóptero que
surcó el cielo caraqueño alrededor de las 3:30 de
la madrugada, mientras la multitud que rodeó la
sede del Ejecutivo ovacionaba y gritaba vivas.
Los camarógrafos
debieron realizar tomas sin encender reflectores,
pues aún había riesgo de ataques de
francotiradores. Se le vio ataviado con una
chaqueta deportiva de varios colores, que luego se
cambiaría por una de sus clásicas guerreras
oscuras sobre una franela verde de cuello alto.
Fue con esta indumentaria que apareció en el salón
Ayacucho para la 'retoma de posesión'.
Venía, según
explicó luego _confirmando versiones que
circularon durante el día_, de dos días de 'ruleteo'
por varias instalaciones militares, que comenzó la
madrugada del viernes en Fuerte Tiuna e incluyó la
base naval de Turiamo (Carabobo) y la isla de La
Orchila. En este último sitio fue rescatado por
las fuerzas leales y trasladado a Caracas.
La estrategia de
movilizarlo de un lado a otro tenía por finalidad
evitar precisamente el rescate. Esto no impidió
que una multitud reclamase verlo en Fuerte Tiuna,
desafiando una posible acción represiva con
armamento de guerra.
3. 'No renuncié'
Los personajes como Chávez suelen
protagonizar hechos que terminan convertidos en
mitos y leyendas. Así seguramente sucederá con el
relato de cómo el Presidente logró romper el cerco
de la incomunicación y hacerles llegar a sus
simpatizantes, a los militares y a la comunidad
internacional, la negación de su proclamada
renuncia.
En primer lugar,
en las breves llamadas telefónicas que le
permitieron, Chávez hizo que una de sus hijas y
también la primera dama, Marisabel de Chávez,
denunciaran ante las agencias internacionales de
noticias y la cadena CNN la versión según la cual
la dimisión nunca fue firmada.
La segunda
rendija que encontró fue el soldado Rodríguez, en
la base de Turiamo, quien le permitió escribir una
breve nota en la que ratificaba que no había
renunciado y que contra su gobierno se había
ejecutado un golpe de Estado. Chávez colocó la
nota en el fondo de la papelera y Rodríguez se
encargó de ponerla a circular. 'Me sorprendí
porque al llegar aquí, resulta que todo el mundo
tiene una copia... gracias a Rodríguez', dijo
Chávez en su alocución.
4. Rumores
La posibilidad de que Chávez
estuviese de vuelta en Miraflores tan rápidamente
sólo comenzó a perfilarse al entrar la noche del
sábado.
A primeras horas
del día se hablaba más bien del alzamiento militar
de Maracay y de desórdenes en muchas zonas de
Caracas y otras ciudades. Y en la tarde corrieron
versiones que apuntaban hacia la muerte del
Presidente depuesto o su delicado estado de salud.
El gobierno provisional, tras anunciar la
rectificación de sus decretos de disolución de los
demás poderes públicos, lanzó la tesis oficial de
que Chávez sería trasladado fuera del país a un
destino que luego sería precisado.
Con los recursos
informativos que tenían disponibles (primero la
emisora YVKE mundial y luego Venezolana de
Televisión), los aliados de Chávez negaron tal
especie y alertaron sobre cualquier movimiento
destinado a desterrar al comandante. La ministra
del Trabajo, María Cristina Iglesias, difundió las
siglas de la aeronave que supuestamente efectuaría
el traslado desde La Orchila, en contra de la
voluntad de Chávez.
La intención
original de quienes se propusieron volver a
colocar en el aire la señal del canal 8 era
justamente tenerlo todo preparado para recibir
allí a Chávez, una vez que fuese rescatado y
traído a Caracas. Desde allí le dirigiría su
primer mensaje a la nación. La transmisión comenzó
con muchas dificultades y se cayó en varias
oportunidades, pero poco a poco se incorporaron
técnicos suficientes para realizar incluso avances
desde Miraflores para reseñar la juramentación de
Cabello como Presidente encargado.
Mientras avanzaba
la noche fue creciendo la convicción de que Chávez
aparecería de nuevo en Caracas antes de que
saliera el sol.
6.¡Volvió, volvió!
La muchedumbre que se mantuvo en
vigilia frente a Miraflores aplaudió a rabiar a su
líder, entonó el himno nacional y le cantó
'¡Volvió, volvió, volvió...', un remedo del '¡Se
va, se va, se va..!' con el que los opositores han
atormentado a Chávez durante los últimos meses.
El mandatario
escuchó la lectura del documento mediante el cual
Diosdado Cabello le traspasaba de nuevo el mando.
Rompiendo el hielo, se volteó hacia el
vicepresidente y le dijo: 'Bueno, ¿y éste no
piensa entregar nada?'. Se dieron un fuerte
abrazo.
También expresó
su agradecimiento a Isaías Rodríguez, presente en
el podio, por haber sido el primer funcionario que
reclamó, aun a riesgo de su libertad e integridad,
la violación de los procedimientos establecidos
por parte del régimen transitorio.
En su alocución,
dijo que no fue maltratado mientras estuvo en
custodia y pidió calma al país, luego de violentas
manifestaciones y de saqueos.
El reinstalado
Presidente, a pesar del tono conciliador de su
discurso, no dejó de criticar la actitud de los
medios de comunicación, por no informar acerca de
lo que estaba sucediendo en el país. Agradeció, en
cambio, a los corresponsales extranjeros por
reportar lo que realmente sucedía. Acusó a la
policía de reprimir con crueldad a los
manifestantes que exigían su regreso al poder,
diciendo que hay versiones de que la policía abrió
fuego contra manifestantes en algunas barriadas de
Caracas.
7. Contracontra
En varias oportunidades insistió en
afirmar que después de los vertiginosos sucesos
acontecidos entre el jueves y el domingo, su
gobierno no suscitará una escalada represiva. 'Así
que no habrá ninguna retaliación, aquí no habrá
ninguna cacería de brujas. No vengo con ánimos
revanchistas. No, aquí no habrá persecuciones,
aquí no habrá atropello ni abusos', garantizó.
'Yo estaba
seguro, pero completamente seguro de que
volveríamos... lo único, es que jamás me imaginé
es que regresaríamos tan rapidito', bromeó.
Inventor de
palabras como escuálidos para designar a sus
opositores y 'la bicha' como sinónimo de la
Constitución Nacional de 1999, acuñó una nueva,
cuando dijo que 'todavía estoy estupefacto de esta
contracontrarrevolución que permitió tan rápido
retorno del Gobierno revolucionario, democrático y
pacífico de Venezuela', expresó.