TSJ ¿y entonces?
por Luis DE LION
lunes, 15 marzo 2004

Lo que ha estado ocurriendo ésta semana en el TSJ, constituye sin duda una nueva emboscada - como si hiciera falta - a la legalidad y respeto por el marco Constitucional; y peor aún, porque la zancadilla en cuestión es interna, la sedicia viene de adentro mismo del TSJ, una Sala que insurge en contra de otra, en la ocasión la Sala Constitucional que atenta contra la Sala Electoral. 

Visto lo que ha hecho éste régimen con el resto de las Instituciones democráticas; cabría entonces preguntarse - con retraso - si ya en Venezuela podemos hablar del ground zero institucional. 

Así las cosas, en ésta última semana aproximadamente una docena de acciones de nulidad fueron introducidas en la Sala Electoral del TSJ, todas por vía contenciosa electoral, contra la decisión que dictara el CNE mediante la cual dicho organismo acordaba pasar a reparo las llamadas planillas planas. 

¡Molleja de osadía! la de estos accionantes, diría Carrasquero; una actitud enmarcada dentro de un cuadro pillodepresivo diría Jorge Rodríguez; se van a caer de un coco piensa Battistini sin romper su silencio de compinche. 

Sin embargo, mis fuentes me dicen que las acciones de nulidad, estaban muy bien encaminadas y que dentro de la Sala Electoral, todo parecía indicar que no les iba a temblar el pulso para acordar una medida cautelar, la cual traería como resultado, la suspensión de la decisión tomada por el CNE y en consecuencia habría entonces que convocar a los venezolanos a Referéndum Revocatorio. 

Pero nada ni nadie – así sea una sala del TSJ - que sobre el territorio venezolano esté bien encaminado, puede seguir su rumbo, sin toparse con la alcabala de la todopoderosa, autoritaria y destructiva revolución bolivariana. En consecuencia, desde Miraflores se le ordenó con carácter de urgencia, a la Sala Constitucional del TSJ un avocamiento; figura ésta novedosa en nuestra carta magna, tan magna que permite que la Sala Constitucional se avoque, recabe, pida, absorba o atraiga cualquier acción que se esté llevando adelante en cualquier Tribunal de la República, y que conozca o trate lo referente a infracciones constitucionales. 

Y al parecer, como sucede con todo lo que viene o se ordena desde Miraflores, la Sala Constitucional la admitió e inmediatamente acordó la paralización de cualquier acción contra el CNE, y pidió que dichas acciones le fueran remitidas. Pero en ésta ocasión, quien conocía de la acción contra el CNE, no era cualquier Tribunal, sino nada más y nada menos que la Sala Electoral del TSJ, Sala que desde ahora, con el golpe que recibió, quedó desprovista de su potestad – igualmente Constitucional – y en consecuencia no podrá dictar decisión alguna. 

Hasta aquí, amigos lectores, ustedes dirán que entonces desde adentro mismo del TSJ se está armando el mismo alboroto, bochinche y abuso, contra la Constitución que armaran Carrasquero y su banda en el CNE, y todo muy bien orquestado y sin duda dirigido a cumplir con los designios supremos de Miraflores. Pues bien, me dicen mis fuentes, que al momento de avocarse la Sala Constitucional, ésta titubeó por cuanto existen montañas de Jurisprudencia dictadas previamente por la propia Sala Constitucional, a través de las cuales se establece de manera reiterada que nunca una Sala del TSJ puede avocarse al conocimiento de otro expediente que se encuentre dentro del mismo TSJ, es decir en otra Sala. 

Ustedes recordaran cuando hace algunas semanas un presidente Chávez desesperado decía que si la decisión del CNE no le favorecía él iría al TSJ a apelar y así obtener justicia; bueno pues, pareciera que apelar ante el TSJ es un derecho solo reservado para el presidente.

Visto que a la oposición le está prohibido ir al TSJ, a ejercer sus derechos Constitucionales, ¿entonces en que quedamos? En el CNE a quienes le hacen oposición a Chávez los atracan y en la Sala Constitucional del TSJ los rematan, lo que al primero se le pasa el segundo lo repasa. Imprima el artículo Subir Página