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Trulli, el principito 
por Charles Cholaleesa

lunes, 24 mayo 2004


La disponibilidad, cortesía y modestia, de Jarno Trulli, desde siempre lo convirtieron en el consentido de los periodistas que cubrimos la Fórmula 1; y dicha simpatía merecía traducirse en victoria, la cual finalmente se produjo éste domingo en el histórico y prestigioso Gran Premio de Mónaco.

Además, el triunfo de Trulli y su Renault, se produjeron a lo largo de una animada carrera, de esas que hacía rato no presenciábamos. Si bien, Schumacher se había convertido en el héroe imbatible de la temporada 2004, y el público no podía ocultar su aburrimiento, felizmente el resto de los pilotos de la Fórmula 1, quienes hasta ayer se habían convertido en teloneros de Schumacher y la Ferrari, decidieron alzarse y demostraron que también tienen talento.

Trulli, Button y Alonso, con sus respectivas brillantes calificaciones obtenidas el sábado, estaban dándonos un abreboca, además que las estadísticas señalan que el 60% de los pilotos que hacen la pole en Mónaco, ganan la carrera.

Y es que desde que se dio la partida, hubo emoción con la arrancada del kamikaze Sato que sorprendió a Schumacher, mientras los dos Renault y el BAR Honda parecían desprenderse en la punta. Sin embargo, la explosión del motor Honda de Sato, provocó un accidente del cual salió indemne Fisichella. De allí en adelante, Schumacher comenzó a recuperar posiciones realizando en varias ocasiones la vuelta más rápida, y todo parecía indicar que el final sería el mismo de las 5 carreras previas de la temporada.

Sin embargo, se desencadenaron una serie de eventualidades que le otorgaron a la carrera un inusitado suspenso y emoción. Primero fue Ralf, quien hizo que Alonso en la vuelta 42, estrellara su Renault en el túnel a más de 300 km/h, provocando nuevamente la salida del safety car, ocasión que Trulli aprovechó para entrar a pits y ¿adivinen quien se coloca a la cabeza de la carrera? 

A la altura de la vuelta numero 46, cuando el safety car se apresta a quitar la pista, el público se pone de pie, y ve salir del túnel al líder Michael Schumacher, pero con la parte delantera de su Ferrari completamente destruida.

¿No querían emoción? Resulta que la manía que tiene Schumi, de frenar y acelerar bruscamente siempre que está detrás del carro de seguridad, en ésta ocasión la gracia, se le convirtió en trampa, cuando provocó que Montoya le llegara justo en la rueda trasera izquierda del Ferrari, situación en principio un tanto confusa pero que finalmente los jueces de la FIA clasificaron como un simple hecho de la carrera misma.

Será en otra ocasión que Schumacher iguale el record de seis victorias obtenidas en Mónaco por Ayrton Senna; así como también se acabó el zapatero que Schumi pretendía darle al resto de sus compañeros en ésta temporada 2004.

Así las cosas, el principito Trulli una vez que se quitó de encima la amenaza del rey alemán, conservó la concentración y condujo su Renault hasta la meta, para de esa manera en el Gran Premio numero 118 de su carrera, obtener su primera victoria. Imprima el artículo Subir Página