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La violación de la República 
por Teodoro Petkoff
lunes, 4 agosto 2008


Como un irónico tributo ante el altar de la diosa “Democracia Participativa” debe ser considerada la promulgación, por parte de Chacumbele, de 26 decretos con fuerza de ley, dentro del marco de la Ley Habilitante. Nadie supo nada de ellos con anticipación, nadie debatió sobre sus contenidos y ni siquiera hoy sería posible hacerlo porque nadie conoce los textos de las leyes, que no han sido publicados. Es el colmo de los colmos. Un verdadero acto de piratería, en todas las acepciones del término.

Desde la coloquial venezolana, que denomina “piratería” toda acción improvisada, carente de sustentación en cualesquiera sean las reglas de juego, por lo general abusiva y aventurera hasta la del diccionario: robo o destrucción de bienes ajenos, acción clandestina y no autorizada. Todas las reglas procedimentales para la elaboración y promulgación de leyes han sido violentadas por este sátrapa en que se viene convirtiendo cada vez a mayor velocidad Hugo Chávez.

Lo de los procedimientos no es irrelevante. Todo lo contrario. En la democracia las formas constituyen parte íntima del fondo de las cosas. Cuando se violentan las formas se violenta el fondo.

Una ley no puede ser promulgada en secreto; tiene que ser conocida antes de su entrada en vigencia y debe ser debatida tanto por la opinión pública (sobre todo si hablamos de “democracia participativa”) y por el parlamento. La Ley Habilitante no excusa a la Asamblea Nacional de conocer y aprobar las leyes que el Ejecutivo presenta dentro del marco de aquella.

Incluso si, como en nuestro caso, el presidente tiene la absoluta seguridad de que un parlamento abyecto, como la actual AN, le garantiza la aprobación de cualquier capricho, la formalidad de llevar las leyes a su seno no debe ser obviada. Ni siquiera el desprecio absoluto que Chacumbele siente por la bancada servil y adulante del PSUV lo autoriza a soslayar el trámite parlamentario. De las 26 leyes la única que medio se conoce es la que reforma la Ley de la FAN.

Esta reforma es completamente inconstitucional. Una ley no puede pasar por encima de la Constitución. Una ley no puede cambiar el nombre de la institución castrense, que en la Constitución es el de Fuerza Armada Nacional. El cognomento de “Bolivariana” es absolutamente contrario al texto magno, como lo es la creación por ley de la Milicia Bolivariana, porque la Constitución reconoce sólo cuatro componentes de la FAN y no cinco. Lo que Chacumbele está haciendo es ir a contrapelo del voto que rechazó la reforma constitucional, donde se planteaban precisamente estos cambios en relación a la FAN. Hugo Chávez está tratando de violar a la República. ¿Se lo vamos a permitir?

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  Artículo publicado originalmente en el vespertino Tal Cual


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