“Aquí va a pasar algo”
Jóvito Villalba
El
gobierno está irritando. El gobierno desbocado cree que
aplasta, y puede que lo logre momentáneamente, pero está
acumulando rencor y rabia. Este es un país que ve pasar
los días y los meses sin acción de gobierno, sólo con
“revolucionarismo” estatista y expropiador. El gobierno
hace nada por gobernar, se limita a gorjeos
revolucionarios. El gobierno provoca inflación, crisis
financiera, arruina a honrados ahorristas con sus gritos
creyendo que asusta, no más, a los inversores en Wall
Street con la esperanza de ponerle la mano a precio de
gallina flaca a la CANTV y a la Electricidad de Caracas.
Dispara el dólar al eliminar el escape estabilizador del
bolívar que representaba la cotización de la telefónica en
Nueva York. El extremista no sabe lo que hace, improvisa,
dispara, destruye.
“Aquí va a pasar algo”, dijo hasta el cansancio Jóvito
Villalba sin que nadie escuchara y el día menos pensado se
produjo el “Caracazo”. Aquí no hay más tranquilidad, mas
calidad de vida, aquí lo que hay es vociferante discurso,
vocinglería estruendosa, escándalo trasnochado. Aquí no
hay acción de gobierno, construcción, desarrollo, aquí lo
que hay es teoría inventada, reciclaje de socialismo real
del siglo XX. El gobierno debería comenzar a asustarse. El
gobierno debería dejar de creer que tiene al país en un
puño. El gobierno debería comenzar a pensar en la famosa
frase de que este país es un cuero seco, cuando se pisa
por un lado se alza por el otro. El gobierno nada en la
prepotencia y saca sus cuentas, todo bajo control, pero se
olvida que la falta de gobierno, de eficiencia, de obra,
lo está estrangulando.
No ven, inmersos en la bonanza personal, que esas rebajas
de sueldo le suenan al país como una burla. Ya las
camionetotas están en la calle, a la vista, pasan delante
de los chavistas que van, ilusionados, a los Consejos
Comunales. La riqueza mal habida es lo más difícil de
ocultar, dice otro viejo refrán. Las casas y los
apartamentos de lujo no pasan desapercibidos. El gobierno
se la anda buscando. Hay escasez en Mercal, desde hace
meses no tenemos azúcar, se ve venir escasez de productos,
mientras el gobierno rediseña, en sueños de burócrata que
no haya que hacer con tantos juguetes, la parafernalia, el
trasnocho, la borrachera ya convertida en resaca. El
gobierno está abusando. Se refocila en que tiene al país
aterrorizado y olvida que el supuestamente aterrorizado
reacciona con inusitadas formas. El gobierno mira a la
Fuerza Armada Nacional y a la reserva y a los batallones y
piensa que con tanta potencia de fuego ni Mr. Diablo puede
con él. Pónganse a creer.
El gobierno se venda los ojos. Dice que el dólar paralelo
a montos escandalosos no afecta para nada los precios. No
ve la inflación galopante, sólo piensa en más impuestos
para paliar la baja del barril de petróleo. Huele a
devaluación, a carestía. El gobierno debería estar
aterrorizado con sus medidas grandilocuentes, si alguien
tiene que estar asustado no es la población sino el
gobierno, pues cada día cava su tumba. Lo dije en mi
artículo que está en esta página:
"3 de diciembre: comienzo del fin". El país se cansó
de esperar gobierno. Ya sabe que no habrá gobierno, sólo
reuniones de madrugada, extenuantes reuniones, para acabar
con el Estado Vargas, para procesar la lista de los cinco
nuevos vicepresidentes, para preparar en la mente
alucinada el discurso televisado del día siguiente donde
de nuevo la población comprobará que aquí no hay ni habrá
gobierno, sólo basura verbal, nacionalizaciones, quiebra
de empresas, pérdida de puestos de trabajo.
El gobierno es víctima de su propia arrogancia, de su
desenfreno, de sus elucubraciones de beodo de petróleo. La
gente común, incluyendo a los chavistas, saben que no
habrá más bienestar, mayor cantidad y calidad de productos
alimenticios, que no habrá un gobierno resolviendo
problemas sino creándolos. Este gobierno es un borracho de
botiquín, camorrero, ineficaz, sordo y ciego. El gobierno
debe comenzar a asustarse. El gobierno debería comenzar a
tomar pastillas para la diarrea. El gobierno se está
poniendo la soga al cuello. Aquí no habrá chavistas y no
chavistas, como en el pasado no hubo tampoco ninguna
división a la hora de pasar la factura. Aquí será pueblo
venezolano sin distinciones.
Este gobierno cansa, obstina, perturba, enardece, al mismo
tiempo que produce risa. Este gobierno desprecia, ofende,
limita, abusa, destruye, se muestra en pelota como el rey
del traje inexistente. Este gobierno es intragable,
insoportable, insufrible. Chavistas y no chavistas
pensamos lo mismo. Aquí va a pasar algo, Jóvito dixit.
tlopezmelendez@cantv.net